Estás viendo un partido de béisbol en la escuela con tus amigos, y ves que Justin, el amigo de tu hermano mayor, está en el banquillo bebiendo de una botella de agua. Con cada sorbo que da, ese bulto grande se le mueve arriba y abajo por la parte delantera del cuello.
Tú y los niños de tu edad no tienen bultos como ese, te dices a ti mismo. Y también te das cuenta que ninguna niña que conozcas tiene ese bulto, sea cual sea su edad. ¿Por qué?
Cuando los niños alcanzan la pubertad, sus cuerpos y su mentes experimentan multitud de cambios. Un cambio con el que deben contar todos los niños es el crecimiento y el cambio de forma de muchas partes de sus cuerpos. Casi todas las partes del cuerpo experimenta este tipo de transformaciones, la laringe también.
La laringe es el órgano de fonación, y se encuentra en la garganta. La laringe es lo que te da la voz, independientemente de que hables, te rías, susurres, cantes o grites. Te puedes encontrar la laringe tocándote la parte delantera de la garganta mientras tarareas. Cuando notes vibraciones bajo los dedos, ¡significa que te la has encontrado!
Cuando crece la laringe durante la pubertad, sobresale en la parte delantera del cuello. Y a eso se le llama la nuez. La laringe de todas las personas crece durante la pubertad, pero las laringes de las chicas no crecen tanto como las de los chicos. Por eso, los chicos tienen nuez. La mayoría de las chicas no tienen nuez, aunque hay algunas que sí que la tienen. Es algo que no tiene ninguna importancia.
La nuez también se llama la "manzana de Adán". ¿Por qué se llama así? Si crees que se llama así debido a la historia del Jardín del Edén, donde Adán se comió un trozo de la manzana prohibida que se le quedó enganchada en la garganta, estarás en lo cierto. La nuez a veces se parece mucho a una manzana pequeña y redondeada colocada debajo de la piel justo delante de la garganta.
Una laringe más desarrollada también da a los chicos una voz más grave. De hecho, a las chicas también se les agrava un poco la voz cuando sus laringes aumentan de tamaño. Pero, al crecer más las laringes de los chicos, sus voces son más graves que las de las chicas.
De todos modos, las laringes no crecen de un día para otro. Si has oído a algunos adolescentes hacer gallos al hablar, lo que habrás oído es a ¡sus laringes tratando de adaptarse a su nuevo tamaño!