Es una sensación de fiebre. O tal vez la de un resfrío. Sin embargo, al mirarte en el espejo y ver el sarpullido, sabes que no es el juego en el que hay que unir los puntos. Es varicela.
Y, sin duda, la varicela produce picazón. Estas son las razones: Después de que los puntos rojos te aparecen en el cuerpo, se llenan con un líquido transparente. Estas ampollas llenas de líquido se llaman vesículas. Las vesículas liberan sustancias químicas en la piel que estimulan los nervios que te producen picazón.
Estos nervios que se encuentran en las capas superiores de la piel le informan al cerebro que hay algo que produce picazón. Son los mismos nervios que se estimulan cuando tienes una reacción a la picadura de un mosquito. Cuando estos nervios se irritan, le envían un mensaje al cerebro: "Hay algo en la piel: debes deshacerte de eso". El cerebro envía un mensaje de respuesta a la mano y al brazo que dice, "Rasquen la picazón".
¿Cuándo se detendrá la picazón?
Tal vez sientas que la picazón nunca se detendrá, pero la buena noticia es que, después de tres o cuatro días, empezarás a sentirte mejor. Aproximadamente en el término de una semana, en las vesículas se formarán costras, y dejarás de sentir tanta picazón.
Mientras tanto, haz todo lo posible por no rascarte. Al rascarte, se pueden diseminar las bacterias de la piel que podrían causar una infección. Córtate bien las uñas de las manos, para no lastimarte la piel si te rascas. Además, lávate las manos seguido durante esta época. Mantente ocupado y no tendrás tantos deseos de rascarte. Cuando no estés descansando, lee algunos libros, juega un juego de mesa o mira una película.
Si el médico lo recomienda, tu madre o tu padre pueden ayudarte para que te apliques una crema o una loción para evitar la picazón. El médico también puede recomendar que tomes un medicamento líquido o en comprimidos para aliviar la picazón. Estos medicamentos pueden ser especialmente útiles si no puedes dormir porque estás muy ocupado rascándote.
Hay otra cosa que podrías probar si tienes picazón: la avena. ¿Y sabes qué? No la comes: te bañas en ella. Bueno, no te bañas exactamente en un tazón de avena tibia y espesa, sino que tu mamá o tu papá pueden agregar algo de harina de avena o un polvo de baño a base de avena al agua de la bañera. Ah, la avena. Ya no es solo para el desayuno.