Los perros y cómo prevenir sus mordeduras
Tal vez te encanten los perros y te gustaría acariciar a todos los que se crucen en tu camino. O tal vez te aterren los perros y te gustaría mudarte a un vecindario sin perros. En cualquier caso, los perros forman parte de la vida.
Hay millones de personas que tienen perros como mascotas. Los verás en pueblos, ciudades, el campo y cuando estés de vacaciones. Los hay de todos los tamaños, formas y personalidades, ¡igual que los niños!
Como ocurre con muchos tipos de mascotas, e independientemente de lo pequeños o de lo "bonitos" que sean, debes respetar a los perros, porque son unos animales que, bajo ciertas circunstancias, te podrían hacer daño. Puedes respetar a un perro dándole espacio y siguiendo ciertas reglas. Estas reglas no solo sirven para conseguir que el perro esté más feliz, sino que también te pueden proteger de sus mordeduras.
Ten unos buenos modales con los perros
Cuando hablamos de "tener buenos modales con los perros" no nos referimos a que te comportes como ellos ¡comiendo del suelo y haciendo pis en el patio de tu casa! Nos referimos a que deberías seguir ciertas reglas cuando conozcas a perros o pases el rato con ellos.
Cuando te presentan a una persona que no conoces, tal vez tu mamá o tu papá te haya enseñado a dar la mano y a decir "Encantado/a de conocerte". Pues bien, también hay que tener unos buenos modales cuando nos relacionamos con los perros. Esto significa seguir una serie de pasos cada vez que conozcas a perros o que pases el rato con ellos. A los perros les encantará que seas tan educado con ellos, y lo mejor de todo es que ¡será menos probable que te muerdan!
¿Dónde puedo ir para aprender? ¡Estás en el lugar indicado!
Aprende a mantenerte seguro cerca de los perros
Un experto en perros ha diseñado las siguientes pautas sencillas para que los niños sepan cómo evitar las mordeduras de perro.
- No molestes a los perros
- Acarícialos solo con el permiso de sus amos
- Dales espacio
- Muévete despacio
- Pide ayuda siempre
- Los dedos juntos
- Hasta los perros buenos pueden morder
Hablemos un poco sobre cada una de las reglas.
No molestes a los perros, por favor: molestar a un perro lo puede poner lo bastante enfadado y frustrado como para llegar a morder a quien lo molesta. Por ejemplo, si un perro tiene comida o un juguete, no trates de quitárselo nunca. No te gustaría nada que alguien te quitara un tentempié mientras tratas de comértelo, ¿verdad?
Acarícialos solo con el permiso de sus amos: no acaricies nunca un perro sin contar con el permiso de su amo. Hay perros a quienes no les gusta que los toquen los desconocidos. Y no trates nunca de acariciar a un perro callejero.
Dales espacio: sobre todo los niños pequeños pueden lanzarse encima de un perrito y tratar de acariciarlo o de darle un abrazo. Pero los perros necesitan espacio. Acercarse a un perro de golpe o sin avisar o invadir su espacio lo puede asustar o enfadar.
Muévete despacio: a algunos perros les gusta perseguir y morder. Por descontado, ¡tú no quieres que te persiga ni te muerda un perro! La manera de evitarlo consiste en moverse despacio cuando se está cerca de un perro. No corras nunca hacia un perro ni te escapes de él corriendo. Si un perro que no conoces, corre hacia ti, quédate bien quieto, como si estuvieras congelado. Si necesitas alejarte de él, retrocede lentamente.
Pide ayuda siempre: puede ser tentador llevarse a casa a un perro que parece estar perdido o herido. Pero los animales perdidos o heridos pueden estar asustados y/o tener dolor. En vez de llevártelo a casa, encuentra a un adulto que pueda decidir cómo cuidar de ese animal.
Los dedos juntos: cuando des algún obsequio a un perro para que se lo coma, ponte el alimento en la palma de la mano y mantén los dedos bien juntos y pegados. ¿Por qué? Porque así será más difícil que el perro confunda tus dedos con el obsequio que le ofreces.
Hasta los perros buenos pueden morder: hay algunas personas que se sorprenden de que su perro muerda a alguien, pero todos los perros pueden morder. Evita hacer cosas que podrían asustar o enfadar a un perro, como acorralarlo en una esquina o molestarlo mientras duerme. Aprende también los signos de alarma de que un perro te podría morder, como gruñir, retroceder o levantar los labios y enseñar los dientes.
Pide a un adulto que te vigile
Aunque hay muchos perros a quienes les encantan los niños, lo más seguro para todos los implicados es que, cuando un niño se relacione con un perro, un adulto esté pendiente tanto de él como del perro. El adulto puede ayudar a controlar al perro o puede tomar la decisión de que el perro ya ha jugado lo suficiente con el niño y ha llegado el momento de separarlos.
Los adultos también te pueden recordar que tengas unos buenos modales con los perros. Y los adultos te pueden ayudar a saber que tus modales con los perros pueden cambiar un poco en función de lo bien que conozcas al animal. Por ejemplo, podrías jugar a que tu nuevo cachorro te persiga. ¡Pero no te gustaría perseguir ni ser perseguido por un perro desconocido y gruñón!
En lo que se refiere a los perros desconocidos, aquí tienes otra razón para acudir a un adulto. Si un perro desconocido se pasea por tu barrio, un adulto podrá decidir qué hacer. Tal vez sea mejor que te refugies en casa hasta que llegue la ayuda o el perro vuelva a estar con su amo.
Cuando los niños son educados con los perros (y los adultos los supervisan a ambos mientras se relacionan), el día puede acabar como debería acabar: ¡con niños felices, perros felices y sin mordeduras!