Anteojos y lentes de contacto
¿Por qué hay gente que necesita llevar anteojos y gente que no?
Cada persona tiene ojos con características propias. No solo en lo que se refiere al color, sino también en cómo funcionan y en lo bien que ven. A veces, todas las partes del ojo no funcionan conjuntamente como deberían funcionar. Pero los anteojos y las lentillas (o lentes de contacto) graduados pueden ayudar a la mayoría de la gente a ver mejor.
Cómo funcionan los ojos
El globo ocular consta de la córnea (un tejido transparente que le ayuda a enfocar), el iris (la parte coloreada), la pupila (el círculo negro que hay en el centro del iris, que, de hecho, es el agujero por donde entra la luz), el cristalino (que también ayuda a enfocar) y la retina (ubicada en la parte más posterior del ojo).
Cuando todas estas partes del ojo de un niño funcionan correctamente, ese niño no tendrá problemas en la vista. Puedes ver porque tus ojos captan las imágenes como una cámara fotográfica y las envían a tu cerebro, que se encarga de interpretarlas. Por ejemplo, si tienes un elefante delante, casi instantáneamente tu cerebro te dice: "Eh, esto es un elefante".
Tus ojos necesitan modificar la curvatura de los rayos de luz para que las imágenes se puedan enfocar nítidamente en tu retina. Cuanto mejor se proyecte la imagen en tu retina, más probable será que tu cerebro la interprete correctamente y que la veas con nitidez.
"Refractar" significa modificar la curvatura o la orientación de los rayos de luz. Cuando una persona tiene problemas en la vista, suele tener un problema de refracción. Los anteojos o las lentillas graduados van tan bien porque permiten corregir los problemas de refracción. En otras palabras, reorientan los rayos de luz de tal forma que permiten ver con mayor claridad.
La cirugía mediante láser también permite corregir algunos problemas en la vista, pero no es recomendable en los niños porque todavía están creciendo.
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Miopía e hipermetropía: ¿cuál es cuál?
La miopía y la hipermetropía son problemas de refracción bastante frecuentes. Es fácil confundirlas entre sí.
- La miopía significa que una persona puede ver bien objetos cercanos, como las letras de un libro, pero tiene problemas para ver objetos lejanos.
- La hipermetropía significa que una persona ven bien los objetos lejanos pero tiene problemas para ver objetos cercanos, como las letras de un libro. Cierta cantidad de hipermetropía en un niño es normal porque es capaz de enfocar para compensar la diferencia. Pero algunos niños son muy hipermétropes y necesitan llevar anteojos o lentes de contacto graduados.
En ambos casos, las imágenes no se enfocan correctamente en la retina. En la miopía, las imágenes se enfocan delante de la retina. En la hipermetropía, las imágenes se enfocan detrás de la retina. La forma del globo ocular también puede provocar problemas de refracción.
Otro problema de refracción es el astigmatismo. Ocurre cuando la córnea tiene una forma irregular, de modo que refracta la luz en varias direcciones diferentes. Esto distorsiona las imágenes y hace que las cosas se vean borrosas.
Los anteojos y las lentillas graduados corrigen la vista porque permiten que el ojo enfoque en el punto adecuado de la retina: el que produce la imagen más nítida. Puesto que los ojos de cada persona son diferentes, unos anteojos que permitan a una persona ver a la perfección pueden hacer que otra persona vea muy borroso. ¡Ya lo habrás comprobado si te has probado alguna vez los anteojos de otra persona!
Si necesitas llevar anteojos o lentes de contacto graduados, tu médico te hará una receta. En este caso, la receta no te servirá para comprar un medicamento en una farmacia. Una receta de anteojos o lentes de contacto es un trozo de papel con números escritos (conocidos como graduación). Las personas que te harán los anteojos necesitarán esos números para fabricar unas lentes que corrijan la forma en que tus ojos refractan la luz. Recuerda que la deberían refractar justo en el centro de la retina.
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Revisiones oculares
Si estás teniendo problemas en la vista, tu madre o tu padre deberían llevarte al médico para que te haga una revisión ocular. Esta revisión podría formar parte de la revisión general que te hace tu médico regularmente.
Pero, si tus padres o tu médico creen que podrías necesitar anteojos, debería ir a un especialista. Podrías ir a un oftalmólogo, a un optómetra o a un óptico.
¿En qué se diferencian?
- Un oftalmólogo es un médico que se ha especializado en el tratamiento de problemas de la vista, como el uso de anteojos y de lentes de contacto graduados, pero que también puede hacer operaciones en los ojos cuando sea necesario.
- Un optómetra es un profesional titulado que se ha especializado en hacer revisiones oculares y en determinar la graduación adecuada de los anteojos y las lentes de contacto.
- Un óptico fabrica y/o vende anteojos y lentes de contacto siguiendo las recetas elaboradas por oculistas u optómetras.
En la revisión ocular, probablemente te pedirán que vayas leyendo de una tabla optométrica. Se trata de un cartel que contiene letras o números de diferentes tamaños. También es posible que te pidan que mires un texto de cerca, como si leyeras un libro. Estas pruebas permitirán evaluar lo bien que ves, tanto de cerca como de lejos.
Si necesitaras llevar anteojos o lentes de contacto graduados, la persona que te haga la revisión utilizará un aparato especial que permite probar distintas graduaciones hasta encontrar la que permite ver con mayor nitidez. Es como un par de anteojos muy grandes al que se pueden acoplar y desacoplar con gran rapidez multitud de lentes de distinta graduación. Quien te haga la revisión te probará dos graduaciones diferentes y te preguntará "¿Con esta o con esta otra?". Tú tendrás que responder con cuál de las dos ves más nítido. No hay ninguna respuesta correcta; contesta la que te vaya mejor a ti. ¡Recuerda que la idea es que obtengas la graduación correcta para tener una vista de primera!
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La parte más divertida
Si vas a tener que llevar antojos, ha llegado el momento de elegir su montura. Puede ser divertido probarse varias monturas diferentes. Elige una que sea cómoda y resistente. Pero asegúrate también de que te gusta: ¡vas a llevarla durante mucho tiempo!
Las lentes de los anteojos se pueden fabricar con materiales diferentes, como el cristal de seguridad y el plástico irrompible (policarbonato). Puesto que el cristal tiende a pesar más y puede hacerse añicos, la mayoría de las lentes actuales se fabrican con plástico de policarbonato. Si practicas algún deporte, tal vez te convenga preguntar sobre qué tipo especial de anteojos deberías llevar cuando lo practiques.
Si vas a llevar anteojos, también deberás saber la forma adecuada de limpiarlos. Y te ayudará disponer de una funda donde guardarlas cuando no las lleves puestas. Lo último que deseas es sentarte encima de tus anteojos nuevos y oír un "¡crec!".
Si vas a llevar lentes de contacto graduadas, el oculista o el optómetra te recomendará las que considere más adecuadas para ti. Algunas son desechables (de usar y tirar) y hay otras que duran más tiempo y que se deben limpiar. Cuando sepas qué tipo de lentillas vas a llevar, podrás empezar a convertirte en un experto en cómo llevarlas de una forma segura y cómo mantenerlas bien limpias. Lo más importante sobre las lentes de contacto es seguir unos buenos hábitos higiénicos para prevenir las infecciones oculares.
Pero la parte más divertida de llevar unos anteojos o lentillas nuevas es lo bien que verás. ¡Te ayudarán a ver el mundo entero muchísimo mejor!