¿Qué es el síndrome de Gilles de la Tourette?
El síndrome de Gilles de la Tourette es un problema que afecta al sistema nervioso central de una persona y le causa tics. Los tics son movimientos o sonidos que una persona no puede controlar y que se repiten una y otra vez.
Los tics son como una especie de hipo. No los planificas ni los quieres tener. A veces, un niño puede ser capaz de contener un tic durante un breve período de tiempo. Pero la tensión se acumulará en su interior y, al final, el niño se verá obligado a hacer el tic.
¿Cuáles son los signos y los síntomas del síndrome de Gilles de la Tourette?
La gente con síndrome de Gilles de la Tourette tiene tanto tics motores como tics vocales.
- Los tics motores son contracturas o movimientos involuntarios que hace una persona sin poderlos controlar. Entre ellos, se incluyen parpadear, agitar la cabeza, sacudir los brazos o encogerse de hombros.
- Los tics vocales son sonidos que una persona hace con la boca y que no puede controlar. Entre ellos, se incluye aclararse la garganta, carraspear, gruñir, resoplar y toser.
La gente con síndrome de Gilles de la Tourette a veces tiene más de un tic a la vez. Los tics pueden ocurrir en cualquier momento del día. Pero suelen ocurrir menos a menudo o desaparecer por completo cuando la persona está concentrada (como cuando trabaja con una computadora) o relajada (mientras escucha música).
El tipo de tics que se hacen y su frecuencia suelen ir cambiando a lo largo del tiempo. Los tics suelen empeorar cuando una persona está bajo estrés (como cuando tiene que estudiar para un examen importante) o muy emocionada o ilusionada con algo (como en una fiesta de cumpleaños o una actividad deportiva).
A veces, la gente con síndrome de Gilles de la Tourette puede presentar también otras afecciones, como un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), o un problema de aprendizaje.
¿Cómo se trata el síndrome de Gilles de la Tourette?
Para poderle diagnosticar el síndrome de Gilles de la Tourette a una persona, esta debe tener por lo menos dos tics motores y un tic vocal. La persona debe presentar los tics cada día o ir y venir a lo largo de un año y estos deben empezar antes de que la persona cumpla 18 años.
El síndrome de Gilles de la Tourette no tiene cura pero, en la mayoría de los casos, no es necesario tratarlo. Un niño puede afrontar sus tics y seguir llevando una vida normal, yendo a la escuela y jugando con sus amigos. Si los tics le dificultan la vida normal, su médico le puede sugerir que tome un medicamento.
El estrés y la preocupación pueden hacer que los tics empeoren, y a los niños les puede alterar el hecho de tener tics, por lo que pueden suponer a nivel social. Hablar con un psicólogo o un psiquiatra los puede ayudar. Un terapeuta puede enseñar estrategias de afrontamiento y técnicas de relajación, y puede ayudar a los niños para que aprendan a explicar sus tics a los demás. Estos profesionales también pueden ayudar en otros problemas que se pueden dar junto con el síndrome de Gilles de la Tourette, como el TDAH y la ansiedad.
¿Cómo me debería comportar con alguien que tiene este síndrome?
Los niños con síndrome de Gilles de la Tourette quieren que los traten como a cualquier otra persona. Pueden llevar una vida completamente normal, como los demás niños.
Muchos niños con síndrome de Gilles de la Tourette mejoran cuando se hacen mayores. Algunas personas siempre vivirán con este síndrome, pero pueden disfrutar de las cosas y perseguir sus sueños, igual que sus amigos.