Hoja informativa sobre el síndrome de fatiga crónica (para las escuelas)
Qué deben saber los maestros
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad discapacitante que causa debilidad y cansancio extremo. Hace que actividades cotidianas, como levantarse de la cama, vestirse y comer, cuesten mucho esfuerzo. Es más frecuente en las mujeres que en los hombres, y afecta más a los adolescentes que a los niños.
El síndrome de fatiga crónica puede afectar a la escuela, el trabajo y las actividades de ocio. Puede causar síntomas físicos y emocionales que pueden durar meses e, incluso, años.
A veces, el síndrome de fatiga crónica se llama encefalomielitis miálgica (EM). “Miálgica” significa dolores musculares. “Encefalomielitis” significa que puede haber inflamación en el cerebro o en la médula espinal.
Los científicos han estado investigando el síndrome de fatiga crónica desde hace muchos años, pero aún no están seguros de cuál es la causa.
Los síntomas pueden variar, y pueden incluir los siguientes:
- cansancio extremo o fatiga
- despistes o problemas de concentración
- dolor de cabeza
- dolores de estómago
- empeoramiento de los síntomas después del esfuerzo físico o mental (lo que se conoce como malestar post esfuerzo)
- síntomas o mareos que empeoran al ponerse de pie o al sentarse después de haber estado recostado
- problemas de sueño, como dificultad para conciliar el sueño o dormir, o no sentirse descansado después de dormir
Los alumnos con síndrome de fatiga crónica pueden:
- perder tiempo de clase y de tareas escolares debido a los síntomas del síndrome de fatiga crónica.
- necesitar más tiempo para hacer los exámenes y las tareas escolares
- parecer ser vagos, apáticos, dejados, inatentos
- tener depresión o ansiedad
- requerir un plan de educación 504 o un plan de educación individualizada (PEI) (IEP, por sus siglas en inglés)
- tener dificultades para relacionarse con sus compañeros de clase por los síntomas y por el tiempo de clase que pierden
Qué pueden hacer los maestros
El síndrome de fatiga crónica puede afectar a la asistencia del alumno a clase, a sus interacciones con sus compañeros de clase, a la ejecución de las tareas escolares y al rendimiento académico general.
Los síntomas del síndrome de fatiga crónica pueden variar entre alumnos, y los síntomas de un alumno pueden variar de un día a otro y de una semana a otra. Por eso es tan importante entender las necesidades particulares de cada alumno. Trabajar conjuntamente y en calidad de equipo con el alumno, su padres o tutores, la dirección de la escuela y el orientador escolar es la mejor manera de tender hacia unos resultados positivos.
Los profesores también pueden ayudar:
- reduciendo la cantidad de deberes y la sobrecarga de información siempre que sea posible
- ayudando al alumno a tomar apuntes, si es necesario
- teniendo paciencia con el alumno, sobre todo durante las horas de la mañana, cuando los síntomas del síndrome de fatiga crónica suelen ser peores
- recomendando tutorías si el alumno tiene problemas para llevar cabo las tareas escolares
- permitiendo que el alumno tenga más tiempo para los exámenes y las tareas escolares
- ofreciendo al alumno herramientas para organizarse las tares, como el uso de agendas y de planificadores del trabajo
La depresión o la ansiedad pueden aparecer en los alumnos con síndrome de fatiga crónica; por lo tanto, es importante que esté pendiente de posibles signos de sufrimiento emocional, y que pida ayuda en caso necesario.