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¿Qué es el glaucoma? 

El glaucoma es una afección que daña el nervio óptico del ojo. Va empeorando a lo largo del tiempo y puede conducir a pérdidas de la visión si no se trata. Las lesiones que se derivan del glaucoma suelen estar ligadas al aumento de la presión dentro del ojo (presión intraocular).

Las revisiones oculares regulares pueden ayudar a los médicos a detectar el glaucoma pronto y a iniciar el tratamiento de inmediato. 

¿Qué ocurre en el glaucoma? 

Normalmente, un ojo sano fabrica un líquido transparente que se drena lentamente del ojo. 

En una persona con glaucoma, el ojo suele fabricar demasiado líquido muy deprisa o bien este líquido sale del ojo muy lentamente. Eso hace que aumente la presión intraocular, lo que puede conducir a lesiones en el nervio óptico y a problemas en la vista. 

¿Qué problemas puede haber?

El glaucoma puede hacer que una persona vea mal y hasta le puede causar una ceguera total. Esto se debe a que el nervio óptico es el principal nervio que lleva señales visuales del ojo al cerebro, lo que nos permite ver. 

Si una persona pierde la vista debido al glaucoma, no la podrá recuperar, incluso aunque su presión intraocular se normalice. 

Cuando un niño tiene glaucoma, su pérdida de visión ocurre más deprisa y suele ser más grave que cuando el glaucoma afecta a una persona adulta. 

¿Cuáles son los signos y los síntomas del glaucoma?

Los médicos pueden detectar síntomas del glaucoma cuando nace el bebé. Pero el glaucoma no siempre se pone de manifiesto desde el principio. Los niños lo pueden desarrollar cuando crecen.