Hoja informativa sobre la hemofilia (para las escuelas)
Qué deben saber los maestros
La hemofilia es un trastorno de origen genético que impide que la sangre se coagule adecuadamente. A las personas con hemofilia, les pueden salir moretones con facilidad, y pueden sangrar mucho y durante mucho tiempo seguido después de hacerse una herida. El sangrado puede ocurrir en todas las partes del cuerpo, incluyendo las articulaciones, los músculos, el cerebro y el tubo digestivo. Una persona puede tener una hemofilia leve, moderada o más grave.
Los alumnos con hemofilia pueden:
- necesitar desplazarse a la enfermería escolar para medicarse o para evaluar sus moretones, cortes o hemorragias
- perder tiempo de clase y tareas escolares debido a las visitas médicas
- tener un puerto implantado en el pecho para hacerse infusiones por vía intravenosa
- llevar casco u otro equipo de protección
- necesitar que se hagan cambios en el entorno del aula
- estar avergonzados o agobiados por tener hemofilia
Qué pueden hacer los maestros
Una herida en un alumno con hemofilia, sobre todo si es en la cabeza, se debe tratar como una emergencia: pida ayuda médica de inmediato. Asegúrese de que sus alumnos con hemofilia disponen de un plan individualizado para cuidar de su enfermedad, y esté preparado para responder según las explicaciones de ese plan.
Permita que sus alumnos hagan en casa las tareas y los trabajos escolares que se pierdan por tener que faltar a clase. En algunos casos, la instrucción en casa mediante clases particulares puede ser apropiada.
El ejercicio es importante para los niños y los adolescentes con hemofilia, porque hace que se les fortalezcan los músculos, que protegen las articulaciones. Los deportes de contacto no son seguros para estos alumnos, aunque pueden practicar una amplia variedad de otros tipos de actividades. Hable con los padres de los alumnos con hemofilia para saber qué actividades físicas son adecuadas para ellos y cuáles no lo son.