¿Qué es una invaginación intestinal?
Las invaginaciones intestinales ocurren cuando una parte del intestino se desliza dentro de la parte siguiente, como sucede con las piezas consecutivas de un telescopio.
Cuando ocurre este desplazamiento:
- El paso de líquidos y alimentos a lo largo del intestino puede quedar obstruido.
- El intestino se puede hinchar y sangrar.
- Se puede ver interrumpida la irrigación sanguínea a la parte del intestino afectada. Con el tiempo, esa parte del intestino puede llegar a morir.
La invaginación intestinal es una urgencia médica que requiere un tratamiento médico inmediato. Se trata de la emergencia abdominal más frecuente en los niños menores de 2 años.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de una invaginación intestinal?
Los bebés y los niños con invaginación intestinal tienen fuertes dolores abdominales que:
- suelen empezar de repente
- hacen que el niño doble las rodillas y se las lleve al pecho
- hacen que el niño llore muy fuerte
Cuando se le alivia el dolor, el niño puede dejar de llorar durante un tiempo y parecer que se encuentra mejor. El dolor suele ir y venir, pero puede ser muy intenso cuando vuelve.
Entre sus síntomas, también se pueden incluir los siguientes:
- tener el vientre hinchado
- vómitos
- vomitar bilis, un líquido verde amarillento y de sabor amargo
- hacer heces (cacas) mezcladas con sangre y mucosidades, lo que se conoce como "jalea de grosella"
- quejidos motivados por el dolor
Si la enfermedad prosigue, el niño puede:
- debilitarse
- tener fiebre
- parecer entrar en estado de choque. En este problema de riesgo vital, la falta de irrigación sanguínea a los órganos del cuerpo hace que el corazón bombee más deprisa y que baje la tensión arterial.
¿Cuáles son las causas de las invaginaciones intestinales?
La mayoría de las veces, los médicos desconocen la causa de las invaginaciones intestinales que diagnostican. En algunos casos, pueden seguir a una gastroenteritis (o "gripe estomacal o intestinal") reciente. Las invaginaciones intestinales también se pueden desarrollar después de un resfriado o de la gripe. Las infecciones gastrointestinales provocadas por virus o bacterias pueden hacer que se hinche el tejido linfático que recubre las paredes intestinales, cuya función consiste en luchar contra las infecciones. Esto puede hacer que una parte del intestino se deslice dentro de otra.
En los niños menores de 3 meses de edad o mayores de 5, es más probable que las invaginaciones intestinales estén causadas por una afección subyacente, como tener los ganglios linfáticos agrandados, un tumor, o un problema en un vaso sanguíneo intestinal.
Las invaginaciones intestinales son más frecuentes en los bebés de 5 a 9 meses de edad, pero los niños mayores también las pueden tener. Los niños tienen más invaginaciones intestinales que las niñas.
¿Cómo se diagnostican las invaginaciones intestinales?
Los médicos suelen sospechar una invaginación intestinal cuando un niño no deja de tener episodios de fuerte dolor abdominal, dobla las rodillas hacia el pecho, vomita, está muy somnoliento o hace heces con sangre y mucosidades.
Durante la visita, el médico:
- le hará una exploración física, prestando una atención especial al abdomen, que puede estar hinchado o molestar cuando se le toca. A veces, el médico podrá notar al tacto la parte del intestino afectada.
- preguntará por la salud del niño, la salud de su familia, cualquier medicamento que esté tomando y las alergias que padezca.
¿Cómo se tratan las invaginaciones intestinales?
Si el médico sospecha una invaginación intestinal, indicará que su paciente acuda a un servicio de urgencias médicas. Por lo general, los médicos que trabajan en urgencias pedirán que un cirujano pediátrico vea al niño de inmediato. El médico de urgencias es posible que pida una ecografía abdominal o una radiografía, que a veces pueden mostrar obstrucciones intestinales. Si el niño parece estar muy enfermo, pudiendo tener dañado el intestino, lo más probable es que el cirujano se lo lleve al quirófano de inmediato para corregir la obstrucción intestinal.
Hay dos tipos de enemas que se suelen usar para diagnosticar y tratar las invaginaciones intestinales al mismo tiempo:
- En un enema de aire, los médicos colocan un pequeño tubo blando dentro del recto (por donde salen las heces) y hacen que pase aire a su través. El aire pasa a través de los intestinos y marca el contorno de los intestinos en una radiografía. Si hubiera una invaginación intestinal, se vería el trozo de intestino que se ha desplazado hacia el interior del siguiente, como si se tratara de un telescopio. Al mismo tiempo, la presión del aire desplegaría la parte del intestino que se habría metido dentro del mismo intestino y corregiría la obstrucción.
- En un enema de bario, se usa una mezcla líquida de bario, en vez de aire, para corregir la obstrucción intestinal de la misma manera.
Ambos tipos de enemas son muy seguros, y los niños se suelen recuperar muy bien después de someterse a ellos. La mayoría de los niños tratados con enema no necesitan operarse. En una cantidad reducida de niños, la invaginación intestinal puede reaparecer, generalmente durante las 72 horas posteriores al procedimiento. Es posible que se tenga que repetir el enema.
Un niño se deberá someter a una operación si se le ha desgarrado el intestino, el enema no logra corregir la invaginación, o está demasiado enfermo para que le hagan un enema. Esto es lo que suele ocurrir en los niños mayores. En estos casos, el cirujano debe tratar de reparar la obstrucción intestinal. Pero, si la parte del intestino afectada está muy dañada, puede ser necesario extraerla por completo en la operación.
Después del tratamiento, el niño permanecerá en el hospital y se alimentará por VI (vía intravenosa) hasta que pueda volver a comer y se normalice su función intestinal. Los médicos observarán atentamente al paciente para asegurarse de que la invaginación intestinal no reaparece. Algunos bebés también pueden recibir antibióticos para prevenir posibles infecciones.
¿Cuándo debería llamar al médico?
Las invaginaciones intestinales son urgencias médicas. Llame al médico de su hijo o diríjanse de inmediato a un servicio de urgencias médicas si su hijo presenta cualquier signo de invaginación intestinal, como:
- episodios repetidos de dolores abdominales (retortijones) muy fuertes
- vómitos
- somnolencia
- heces con sangre y mucosidades
La mayoría de los niños a quienes se les trata una invaginación intestinal durante las primeras 24 horas se recuperan sin problemas. Pero una invaginación intestinal no tratada puede causar graves problemas que empeoran deprisa. Por eso es tan importante pedir ayuda médica de inmediato; cada segundo cuenta.