¿Qué es la laringomalacia?
La laringomalacia es una causa habitual de la respiración ruidosa en los bebés. Ocurre cuando la laringe de un bebé (u órgano de fonación) está blanda y laxa. Cuando el bebé toma aire o inspira, la parte de la laringe que está por encima de las cuerdas vocales cae y obstruye temporalmente las vías respiratorias del bebé.
La laringomalacia suele mejorar por sí sola en torno a cuando el niño cumple un año.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la laringomalacia?
Los bebés con laringomalacia emiten un sonido penetrante y áspero al inspirar. Este sonido, llamado estridor, puede empezar tan pronto como en cuanto nace el bebé o, más a menudo, durante las primeras semanas que siguen a su nacimiento. Los síntomas suelen empeorar a lo largo de varios meses.
La mayoría de los bebés con laringomalacia no tienen problemas para respirar o alimentarse, a pesar de que su respiración sea ruidosa. La respiración suele ser más ruidosa cuando el bebé está llorando, se está alimentando, está durmiendo, está acostado o tiene una infección en las vías respiratorias altas.
La mayoría de los bebés con esta afección tienen síntomas leves. Un bebé cuyos síntomas son más graves puede:
- tener dificultades para respirar (fíjese si su bebé tiene tirones o contracciones en el pecho o el estómago al respirar)
- tener dificultades para alimentarse
- tener una escasa ganancia de peso
- hacer pausas al respirar (apnea)
- tener la piel o los labios azulados (cianosis)
Llame al médico de inmediato si su bebé presenta estos síntomas o si su respiración empeorara de repente.
Los bebés con laringomalacia suelen tener reflujo gastroesofágico (RGE). Esto ocurre cuando los alimentos y los jugos gástricos ácidos suben por el esófago. Si los jugos gástricos ácidos llegan hasta la laringe, los síntomas pueden empeorar. Hay leches de fórmula y medicamentos para ayudar a regular el reflujo que pueden aliviar los síntomas respiratorios.
Causas de la laringomalacia
Los médicos no saben qué es lo que causa las laringomalacias, pero es posible que tengan algún tipo de relación con cómo se ha formado la laringe antes del nacimiento del bebé. Los músculos que sostienen la laringe pueden ser débiles o no coordinarse bien con la respiración. El reflujo gastroesofágico también puede desempeñar un papel.
¿Cómo se diagnostican las laringomalacias?
Los médicos suelen sospechar una laringomalacia cuando nace un bebé o poco después de que nazca basándose en los síntomas que presenta y en una exploración médica. Para confirmar el diagnóstico, un pediatra especializado en la garganta, el oído y la nariz (otorrinolaringólogo pediátrico) llevará a cabo un procedimiento llamado laringoscopia flexible. En este procedimiento, el médico pasa un tubo muy fino y flexible a través de la nariz o de la boca del bebé para observar las vías respiratorias y las cuerdas vocales de la laringe.
El médico puede medir la concentración de oxígeno en sangre y pedir otras pruebas para evaluar posibles problemas de deglución o el RGE. El crecimiento y la ganancia de peso del bebé también son muy importantes.
¿Cómo se trata la laringomalacia?
La mayoría de las veces las laringomalacias mejoran por sí mismas, generalmente en torno al primer cumpleaños. Sus médicos le harán a su bebé exploraciones con regularidad para evaluarle la respiración y el peso. Puesto que la mayoría de los bebés con laringomalacia también padecen RGE, los médicos les suelen recetar medicamentos antirreflujo.
Un bebé con importantes dificultades para respirar o de escaso crecimiento puede necesitar una operación llamada supraglotoplastia. Los médicos llevan a cabo esta operación a través de la boca del bebé para tensar el tejido laxo que cae sobre la laringe. Esta operación mejorará la alimentación y la respiración del bebé.
¿Qué más debería saber?
La respiración y otros síntomas de la laringomalacia suelen empeorar a lo largo de varios meses, y luego empiezan a mejorar a partir de que el bebé tiene de 3 a 6 meses de edad. Los síntomas suelen desparecer por completo en la mayoría de los niños. En algunas ocasiones, un niño mayor con antecedentes de laringomalacia puede tener la respiración ruidosa mientras hace ejercicio, durante las infecciones de origen viral o mientras duerme.