Las hemorragias nasales no suelen ser peligrosas y son fáciles de controlar, aunque pueden asustar. Intenta no preocuparte; la mayoría de las hemorragias nasales son fáciles de cortar.
¿Cómo puedo cortar una hemorragia nasal?
Prueba estos sencillos consejos para cortar una hemorragia nasal:
- Utiliza pañuelos de papel o un paño húmedo para recoger la sangre.
- Siéntate o ponte de pie.
- Inclina la cabeza hacia delante y pellízcate ambas ventanas nasales a la vez justo debajo del hueso central (o tabique) de la nariz. El hecho de aplicar presión ayuda a cortar la hemorragia, y la nariz suele dejar de sangrar con 10 minutos de presión constante. No dejes de presionar para ir comprobando si se te ha cortado la hemorragia.
Si te sangra la nariz, no te suenes. Esto te puede provocar que te aumente el sangrado. No inclines la cabeza hacia atrás. Esta práctica habitual haría que la sangre te bajara por la garganta. Esto te podría provocar tos o hacer que te atragantaras y, si tragaras mucha sangre, hasta podrías empezar a vomitar.
Si has probado los pasos que acabamos de describir dos veces seguidas pero la nariz te sigue sangrando después del segundo intento, deberías ir a la enfermería de tu colegio o instituto o bien al médico.
Después de cortar la hemorragia, no levantes objetos pesados ni hagas otras actividades que requieran esfuerzo físico e intenta no sonarte la nariz durante las próximas 24 horas.
Ahora que ya has superado tu hemorragia nasal, veamos qué es una hemorragia nasal y cuáles son sus causas.
Distintos tipos de hemorragias nasales
El tipo más habitual de hemorragia nasal es la hemorragia nasal anterior, que afecta a la parte delantera de la nariz. Los capilares, unos vasos sanguíneos diminutos que recubren el interior de la nariz, se pueden romper y empezar a sangrar, causando este tipo de hemorragias.
Otro tipo de hemorragia nasal es la hemorragia nasal posterior, que se produce en la parte trasera o más profunda de la nariz. En este tipo de hemorragias, la sangre baja por la parte posterior de la garganta incluso aunque la persona esté sentada o de pie. Es muy raro que los adolescentes tengan hemorragias nasales posteriores. Son más frecuentes en la gente mayor o en quienes tienen hipertensión arterial (tensión arterial alta) o se han lesionado la cara o la nariz.
¿Cuáles son las causas de las hemorragias nasales?
La principal causa de las hemorragias nasales anteriores es el aire seco. Un clima seco o una calefacción demasiado alta irritan y resecan las mucosas nasales, lo que provoca la formación de costras, que pueden picar y sangrar cuando se rascan o se hurgan. Los resfriados también pueden irritar las mucosas que recubren el interior de la nariz. Las hemorragias nasales pueden ocurrir después de sonarse repetidamente. Combina un resfriado con el aire seco del invierno y tendrás la fórmula perfecta para una hemorragia nasal.
Las alergias también pueden dar problemas, y es posible que tu médico te recete medicamentos, como los antihistamínicos o los descongestivos, para controlar el picor de nariz, el moqueo nasal o la nariz tapada. Estos medicamentos también te pueden resecar las mucosas nasales y contribuir a que te sangre la nariz.
Las heridas o los golpes en la nariz también pueden provocar hemorragias nasales, aunque no suelen ser motivo de alarma. Si alguna vez te lesionas la cara y te sangra la nariz, sigue los pasos indicados previamente para cortarte la hemorragia. Si no consigues detenerla al cabo de 10 minutos o te preocupan otras heridas faciales, busca a un profesional de la medicina de inmediato.
Las hemorragias nasales muy raramente son motivo de alarma, pero las hemorragias nasales frecuentes pueden indicar un problema más grave. Si te sangra la nariz más de una vez a la semana, deberías ir al médico. La mayoría de los casos de hemorragias nasales frecuentes son fáciles de tratar. A veces los pequeños vasos sanguíneos del interior de la nariz se irritan y no se cicatrizan bien. Esto ocurre más a menudo en adolescentes con alergias crónicas y/o que contraen resfriado con frecuencia. Si tienes este problema, tu médico te ayudará a solucionarlo.
Si tu médico descarta una infección de senos nasales, las alergias y la irritación de los vasos sanguíneos, es posible que te mande otras pruebas para saber por qué te sangra tan a menudo la nariz. En contadas ocasiones, la causa de las hemorragias nasales frecuentes es un trastorno hemorrágico o una formación anormal de los capilares de la nariz.
La cocaína (u otras drogas que se esnifan o inhalan por la nariz) también puede provocar hemorragias nasales. Si sospechas que un amigo tuyo consume cocaína, intenta hablar con él y pide ayuda a un adulto de confianza.
¿Se pueden prevenir las hemorragias nasales?
- Cuando te suenes la nariz (sobre todo si estás resfriado), hazlo con suavidad y utiliza un pañuelo de papel suave. No te suenes con demasiada fuerza ni te hurgues la nariz.
- Es posible que tu médico te recomiende un humidificador de vapor frío para humedecer el aire seco en los interiores.
- Mantén húmedo el interior de la nariz aplicándote espray nasal salino (de agua salada), gel, vaselina o pomada antibiótica con suavidad alrededor de los orificios nasales.
- Cuando practiques deportes donde te podrías lesionar la nariz, lleva un equipo atlético protector o de seguridad adecuado.
Tener una hemorragia nasal esporádica te puede preocupar un poco, pero no hace falta que cunda el pánico: ¡ahora ya sabes qué tienes que hacer!