¡No te pongas los dedos en la nariz! En vez de sacártelos, aprendamos algo sobre ellos. Sí, hablemos de los mocos.
Para entender lo que son los mocos, tienes que saber más sobre la mucosidad. La mucosidad es una sustancia pegajosa que se genera dentro de la nariz. Tu nariz y tus senos paranasales generan aproximadamente un cuarto de galón (aproximadamente un litro) de mocos por día.
Los mocos tienen un trabajo muy importante: proteger los pulmones. Cuando inhalas aire a través de la nariz, este aire contiene muchas partículas pequeñas, como polvo, gérmenes y polen. Si estas partículas llegan a los pulmones, es posible que los pulmones se irriten o infecten, haciendo difícil la respiración. Pero, por suerte, los mocos ayudan a atrapar estas partículas, deteniéndolas en la nariz e impidiendo su entrada en los pulmones.
Una vez que estas partículas se meten en la nariz, el moco las rodea y rodea parte de los pelos que recubren el interior de la nariz denominados "cilios". Éstos pelos ayudan a mover el moco y las partículas atrapadas hacia el frente de la nariz o la parte posterior de la garganta. Cuando el moco, la suciedad y otras partículas se pegan y se secan, se crea el moco.
Algunos mocos son pegajosos y blandos y otros secos y duros. Todos tenemos mocos; por lo tanto no es nada del otro mundo. En realidad, los mocos indican que tu nariz está funcionando de la manera que corresponde.
Si tienes que sacarte los mocos, lo mejor que puedes hacer es soplarte la nariz usando un pañuelo de papel. Ponerte los dedos en la nariz no es una buena idea ya que los mocos contienen muchos gérmenes. Además, introducir los dedos en la nariz puede hacerte sangrar.