Organizarse, concentrarse y terminar el trabajo
Los deberes llevan tiempo. Pero no deben llevar demasiado tiempo. A ti también te gusta jugar, relajarte y hacer otras cosas. Pero si no te organizas o te dejas distraer fácilmente por otras cosas, hacer los deberes te puede llevar mucho más tiempo del necesario.
Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a hacer los deberes:
- en menos tiempo
- con menos estrés
- y trabajando lo mejor posible
Puedes leer estos consejos a uno de tus papás o a un profesor. Luego escoge un consejo y ponlo a prueba. Después de probarlo, atrévete con los demás. Dentro de poco, estarás haciendo los deberes como un verdadero profesional. Y tendrás más tiempo libre.
1. Organízate bien
Organizarse significa tener las cosas que necesitas y saber dónde encontrarlas. Si te organizas bien, no tendrás que posponer los deberes mientras te dedicas a buscar lo que necesitas.
Organiza tus cosas. Etiqueta tus cuadernos y carpetas e introduce tus trabajos escolares en la carpeta correspondiente. Ten una carpeta donde guardes los papeles que necesitas para hacer los deberes (haz que sea de un color llamativo para que la encuentres con facilidad). Ten otra carpeta para guardar los deberes ya acabados (escoge otro color llamativo que sea diferente). Coloca los papeles siempre en su sitio. Así, siempre sabrás dónde buscar. Y encontrarás lo que necesites.
Vacía tu mochila todas las tardes, para que solo tengas allí lo que corresponda para el día siguiente. Lleva una bolsa o estuche transparente provisto de cremallera dentro de tu mochila para guardar todos los objetos pequeños que necesites usar en la escuela. Así, no se te perderán las cosas en el fondo de la mochila. Tu papá o tu profesor te puede mostrar cómo organizar la mochila para tenerla bien organizada y limpia. Ellos te pueden ayudar al principio. Y luego lo puedes hacer por ti solo.
Guarda las cosas que te lleves a la escuela en el mismo lugar todos los días. De este modo, siempre te resultará fácil encontrar la mochila, los zapatos y el abrigo.
Organiza tu espacio. Escoge un lugar para hacer los deberes. Lo mejor es que uses un escritorio o una mesa. No hagas los deberes en la cama. Si lo haces, será muy fácil que te entre sueño, que empieces a soñar despierto o que te pongas a jugar en vez de hacer los deberes.
Cuando llegue la hora de hacer los deberes, reúne todas las cosas que necesitarás. Llévatelo todo al lugar donde haces los deberes. Si usas una tableta o una computadora portátil, asegúrate de que estén cargadas. Guarda el cargador en el mismo sitio para que no tengas que perder tiempo buscándolo.
En la escuela, mantén limpios y ordenados tu casillero y tu pupitre. Tal vez necesites hacerlo una vez a la semana si estos lugares se te desordenan o se te llenan de cosas. Si no estás seguro sobre qué conservar y qué tirar, pregunta a tu profesor para que te ayude.
Organiza tu tiempo. ¿Cuál es el mejor momento para hacer los deberes? Cada persona es diferente. A veces, es posible hacer parte de los deberes mientras estás en la escuela. Eso es genial. Además, allí cuentas con profesores a quienes poder preguntar si necesitas ayuda. Pero es posible que también tengas que hacer deberes en casa.
A algunas personas les gusta empezar a hacer los deberes al llegar a casa. Les gusta tenerlos acabados pronto y disponer de tiempo libre cuando los tengan acabados. Otras personas prefieren tener un poco de tiempo libre antes de ponerse a hacer los deberes. Pero puede ser duro tener que dejar de jugar para empezar a hacer los deberes. Y podrías estar demasiado cansado si esperaras hasta que se acerque la hora de cenar para hacer los deberes.
El mejor momento para hacer los deberes es cuando no estés demasiado cansado. Averigua qué es lo mejor para ti. Haz un hábito de la tarea de hacer los deberes en el mismo sitio y a la misma hora cada día.
2. Concéntrate
Cuando llegue el momento de hacer los deberes, llegará el momento de concentrarte. Esto significa centrar tu atención en los deberes.
Retira todos los dispositivos. Algunas personas intentan hacer los deberes mientras están hablando con un amigo. Otras escuchan música o tienen puesto su programa o su vídeo favorito de fondo. Pero todas estas cosas te pueden distraer. Harán que tus deberes te lleven más tiempo y te impedirán dar lo mejor de ti mismo.
Recuérdate que es el momento de hacer los deberes. Prométete a ti mismo un rato de tiempo libre cuando hayas terminado. Así, tardarás menos tiempo en hacer los deberes y darás lo mejor de ti mismo.
Baja el ritmo y tómate el tiempo que necesites. Si haces los deberes a toda prisa, será mucho más probable que cometas errores, te queden cosas por hacer, tengas descuidos y te queden los deberes más sucios o desordenados. No se aprende tan bien cuando se va a toda prisa. Eso se debe a que tu mente no está plenamente centrada en lo que tienes entre manos. Tu mente va deprisa porque solo le interesa acabar la tarea. Si le dedicas tiempo a los deberes, estos te exigirán perder menos tiempo.
Para bajar el ritmo, ayuda hacer unas cuantas respiraciones profundas. Inspira a través de la nariz. Espira lentamente. Esto te puede ayudar a mantenerte concentrado y a bajar el ritmo
Revisa tu lista de deberes. Si anotas tus deberes en la agenda, revisa allí tus deberes. Si tus profesores cuelgan los deberes en una plataforma de aprendizaje, revísala para saber qué es lo que tienes que hacer. Luego elabora un listado de todas las tareas que tengas que hacer.
Ponte manos a la obra. Escoge la primera tarea en que quieras trabajar. Háblate a ti mismo. Por ejemplo: "Bien, empezaré por los problemas de matemáticas. Primero, leeré el primer problema." Después de que lo hayas hecho, pregúntate a ti mismo: "¿Cuál es el siguiente paso?" El próximo paso podría ser: "Tengo que anotar todas las cifras que tengo que sumar." Y luego súmalas. Escribe tu respuesta. Revisa lo que has hecho para comprobar que es correcto. Da un paso cada vez. Mantén tu mente bien centrada en lo que estés haciendo. Y luego da el próximo paso.
Sigue adelante. Cuando completes una parte de tus deberes, táchalo de tu lista. Eso sienta muy bien. Da gusto ver tus avances. Luego, escoge la siguiente tarea de la lista. Algunas personas prefieren hacer antes las cosas más difíciles. Hay otras que prefieren empezar por lo fácil. O te puedes limitar a hacer las cosas según el orden en que aparezcan en tu lista de deberes.
Fíjate en los momentos en que tu mente empiece a vagar. Es normal distraerse. Pero cuando llega el momento de hacer los deberes, tu función consiste en saber detectar cuándo tu mente empieza a vagar. Cuando te des cuenta de que estás pensando en algo que no son tus deberes, no te enfades contigo mismo. Basta con que vuelvas a dirigir tu atención de nuevo hacia tus tareas. Pregúntate a ti mismo: "¿Qué se supone que estaba haciendo?”. Respuesta: “Bien, estaba haciendo los deberes.” Y vuelve a centrarte en ellos.
Haz pausas para descansar. Trata de trabajar durante 10 o 15 minutos seguidos. Luego haz un descanso de 5 minutos. Puedes programar una alarma para calcular el tiempo. Para ayudar a tu mente a mantener la concentración, te puedes levantar de la silla y darte una vuelta. Pero no te pongas a jugar ni a hacer otra cosa que te guste. Basta con que te des un par de vueltas por el lugar donde haces los deberes. Bebe un vaso de agua o levántate y haz un estiramiento. Haz varios saltos de tijera o sube y baja las escaleras. Moverte y respirar ayuda a mantener tu mente bien alerta y lista para concentrarte.
Si te empiezas a aburrir, puedes hacer parte de tus tareas estando levantado. Lee en voz alta. Trabaja las cosas que necesitas memorizar estando de pie o caminando.
3. ¡Termina tu trabajo!
¡Ya estás cerca del final! ¡No te des por vencido! Sigue delante y dale los últimos toques.
Revisa tu trabajo. Asegúrate de que tus deberes estén bien presentados. Busca errores y, si los encuentras, corrígelos. Dale los toques finales. ¿Hay algo que olvidaste? Revisa tu lista. ¡Asegúrate de que todas tus tareas llevan tu nombre!
Siéntete orgulloso de tu esfuerzo. Tómate un rato para fijarte en las cosas que has hecho bien. Por ejemplo, es posible que te hayas esforzado, lo hayas hecho lo mejor posible o que hayas detectado y corregido errores. Tal vez no tiraste la toalla aunque estuviste tentado a hacerlo, o supiste pedir ayuda. Tal vez fuiste capaz de seguir adelante, aunque no te apeteciera hacerlo. Tal vez te diste cuenta de que al final las cosas te costaban menos que al principio. Tal vez ahora notes que vas bien preparado para el examen que tienes mañana. Todas son buenas razones para sentirte orgulloso de tu trabajo y de ti mismo.
Coloca tus tareas donde corresponda. Si tienes que entregar tus deberes en una plataforma de aprendizaje en línea, asegúrate de seguir las instrucciones necesarias para que le lleguen bien a tus profesores. Coloca los deberes que sean por escrito en su carpeta correspondiente. Asegúrate de meter la carpeta dentro de la mochila. Coloca la mochila en su lugar. ¡Bravo! ¡YA HAS TERMINADO!
Pide ayuda si la necesitas
A algunos niños les resulta fácil ser organizados y concentrarse en sus tareas. Pero a otros niños, como los diagnosticados de TDAH, esto no les resulta nada de sencillo. Todo el mundo puede mejorar en sus habilidades. A veces, solo hace falta un poco más de práctica y un poco de ayuda de otras personas.
Pídele a uno de tus papás o a un profesor que te ayude a organizarte las cosas. Juntos, podrán organizar tus cosas de una manera que te funcione. Si se te vuelven a desorganizar las cosas otra vez, pide ayuda de nuevo. Con la práctica y con ayuda, te acabarás volviendo más organizado.
Si tienes problemas para concentrarte en tus deberes, para ponerte manos a la obra o para completar tus deberes, los adultos también te pueden ayudar. En menos tiempo del que crees, serás capaz de hacerlo tú solo.
Es algo que requiere de práctica. Ten paciencia contigo mismo mientras aprendes a organizarte, concentrarte y acabar las cosas. Prueba algunos de nuestros consejos. Empieza aplicando uno cada vez. Cuanto más practiques, mejor te saldrá.