Tres pasos para preocuparte menos
Todas las personas se preocupan, tanto los adultos como los niños. Sin embargo, hay cosas que puedes hacer al respecto. Independientemente de que tus problemas sean grandes o pequeños, tú puedes tomar los siguientes tres pasos:
- Intenta averiguar la razón de tu preocupación.
- Piensa en formas para mejorar a situación.
- Pide ayuda.
1. Averigua la razón
Algunas veces, sabrás exactamente qué es lo que te preocupa. Otras veces, puede que no sepas exactamente la razón. Imagina que estás preocupado sobre un profesor(a) que parece ser mala persona. Pero quizás lo que realmente te preocupa es que estás teniendo problemas con las matemáticas. Si obtienes ayuda con las matemáticas, puede que no tengas problemas con el profesor.
Algunos problemas, como los problemas de familia, son grandes y tienen muchos componentes. Esto puede dificultar el buscar la razón principal del problema o elegir una de las partes para comenzar a resolverlo. Ser capaz de enfocarte en tu problema – o una parte de él—es el primer paso para tomar acción. Si estás teniendo problemas para darte cuenta de lo que te preocupa, lee el paso numero tres y busca ayuda con una persona en la que confíes.
2. Piensa en formas para mejorar a situación
Casi siempre hay algo que puedes hacer para sentirte menos preocupado. Sentarte a pensar en tus problemas no es nada divertido y probablemente no resuelva tu problema. Pero tomar acción al respecto puede ayudarte a sentirte más positivo.
Las calificaciones escolares suelen ser una de las preocupaciones de los niños(as). Si este es uno de tus problemas, hazte las siguientes preguntas:
- ¿Por qué son importantes las calificaciones escolares? ¿Qué significan para mí?
- ¿Cómo me preparo para las clases? ¿Reviso mis notas aunque no haya un examen al día siguiente?
- ¿Tengo un buen sitio para hacer mis deberes escolares?
- ¿He intentado diferentes maneras de estudiar, como por ejemplo, reescribir mis notas, utilizar tarjetas tipo ficha, o estudiar con un compañero?
Si te preocupa una discusión o pelea que has tenido con un compañero, puede que quieras escribir todas las acciones que podrías tomar— desde escribirle una nota a tu amigo o invitándolo a ver un juego de baloncesto. ¿Deberías disculparte por lo que haya pasado entre ustedes? Una vez que tengas una lista sobre los posibles pasos que puedes tomar, puedes elegir la que consideres la mejor elección para recuperar la amistad.
¿Pero qué ocurre si no puedes pensar en ninguna opción para mejorar tu problema en particular? Entonces es el momento de ir al tercer paso (es el próximo de todas maneras) y pedir ayuda.
3. Pide ayuda
Preocuparte puede hacer que te sientas solo. Cuando estás preocupado, puede ayudarte que hables con una persona. Algunas veces las personas dicen cosas como ¿para qué voy a intentarlo si no pueden hacer nada para ayudarme? Pero a continuación te damos dos razones para que lo intentes de todas maneras:
- No sabes con certeza que nadie puede ayudarte hasta que no compartes tus sentimientos y dejas que la persona intente ayudarte.
- Simplemente el acto decirle a otras persona lo que te está molestando puede hacerte sentir un poco mejor. Después no serás el único que estará pensando en tu problema y la persona con quien compartiste tu problema (un familiar, amigo, o consejero) ahora estará pensando en cómo ayudarte.
Unas palabras de cierre sobre las preocupaciones
¿Sabes que preocuparse no es totalmente negativo? Si no estuvieras preocupado (aunque sea un poco) sobre ese examen, quizás no estudiarías para prepararte. Y si no te preocupases sobre tomar demasiado sol, no te protegerías con una loción de protección solar.
Algunos niños se preocupan tanto que esto les impide hacer lo que desean. Si esto te parece familiar y te sientes de este modo, ya sabes lo que puedes hacer. Vuelve a leer el tercer paso y pide un poco de ayuda.