Ir a un logopeda
Algunos niños tienen dificultades para pronunciar o no saben pronunciar algunos sonidos o algunas palabras. Esto les puede resultar frustrante porque a los demás les puede costar entender lo que les intentan decir.
Lo bueno es que estos niños pueden recibir un tipo especial de tratamiento, llamado logopedia (terapia del habla).
¿En qué consiste la logopedia?
La logopedia ayuda a personas de todas las edades que tengan trastornos del habla o del lenguaje. He aquí algunos de esos trastornos:
- Trastornos de la articulación: un niño tiene dificultades al pronunciar ciertos sonidos, de modo que no puede decir correctamente algunas palabras. "Correr" lo puede pronunciar como "coguer." O "sano" como "zano." El sigmatismo (pronunciar las eses como si fueran zetas) se considera un trastorno de la articulación.
- Trastornos de la fluidez: si un niño repite ciertos sonidos y tiene problemas para decir palabras completas, puede tener un trastorno de la fluidez. Por ejemplo, un niño que trata de decir "historia" puede quedarse enganchado con el principio "hist" y decir "hist-hist-hist-historia". O puede alargar ciertos sonidos y decir "hisssstoria." La tartamudez es un trastorno de la fluidez.
- Trastornos de resonancia o de la voz: un niño puede tener un trastorno de la voz si la gente tiene problemas para entenderlo. Puede empezar una frase hablando alto y claro, pero acabarla bajando la voz y hablando con escasa claridad. A veces, parece como si los niños con este trastorno estuvieran acatarrados o hablaran a través de la nariz.
- Trastornos del lenguaje: un niño a quien le cuesta entender a los demás o que tiene dificultades para unir varias palabras a fin de expresar sus ideas puede tener un trastorno del lenguaje.
¿Quién se puede beneficiar de la logopedia?
Muchos niños hacen sesiones de logopedia. Es una forma estupenda de aprender a hablar con más claridad. A veces, los niños tienen una afección médica que les dificulta la conducta de hablar. He aquí algunas de las afecciones que pueden tener:
- hipoacusia o sordera
- debilidad en los músculos que hay alrededor de la boca.
- nódulos vocales / ronquera
- autismo
- trastorno de la respiración
- trastorno de la deglución (conducta de tragar)
¿En qué consiste la logopedia?
Un niño que vaya a logopedia por primera vez deberá someterse a una prueba logopédica. Pero no te preocupes, no se trata de un examen como los que haces en la escuela, o sea que no va a afectar a tus notas. Se trata de una prueba para saber qué tipo de problemas del habla tienen un niño.
Al niño le pedirán que diga ciertos sonidos y ciertas palabras. Es posible que graben lo que vaya diciendo y que el logopeda vaya escribiendo cosas durante la prueba. La prueba ayudará al logopeda a saber qué es lo que necesita el niño y a decidir qué tratamientos le pueden ir mejor.
El "tratamiento" de los problemas del habla es la práctica. Si un niño tiene problemas en la articulación o la fluidez verbal, el logopeda pasará tiempo con él enseñándole a hacer los sonidos adecuados. El terapeuta emitirá los sonidos delante del niño y le pedirá que trate de imitarlos. Esto supondrá copiar la forma en que el logopeda coloca y mueve los labios, la boca y la lengua al emitir los sonidos.
Los espejos pueden ir muy bien en estas situaciones. El terapeuta le puede pedir al niño que emita los sonidos mirándose en un espejo. Algunos logopedas usan juegos para hacer la práctica más entretenida.
Si vas a un logopeda porque tienes un trastorno del lenguaje, es posible que sus sesiones te recuerden un poco a lo que haces en la escuela. El logopeda te ayudará en la gramática, por ejemplo, cómo unir palabras correctamente para formar frases que expresen ideas con claridad. Si tienes problemas para entender lo que te dicen, es posible que trabajes esas habilidades mediante juegos.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento?
Algunos tratamientos son cortos y otros son más largos. Todo depende del problema concreto que tenga cada niño. Los niños pueden ir a logopedia una vez a la semana o varias veces a la semana. Su tratamiento puede durar varias semanas, varios meses o incluso varios años.
Si tienes un problema que afecta al habla, el mejor consejo es practicar, practicar y practicar. Busca tiempo para poder dedicarlo a lo que te ha enseñado tu logopeda. Practica delante de un espejo. Pide a tu padre o a tu madre que te ayuden en la práctica.
Como al practicar los tiros libres o al memorizar las tablas de multiplicar, ¡el esfuerzo compensa!