Preguntas más frecuentes sobre la lactancia materna: Preocupaciones más frecuentes
Amamantar a un bebé es de lo más natural, pero una buena lactancia materna requiere práctica. Aquí encontrará respuestas a las preguntas más frecuentes relacionadas con la lactancia materna.
¿Puedo seguir amantando a mi bebé si estoy enferma?
En la mayoría de los casos la respuesta será "sí", porque la mayoría de las enfermedades no son peligrosas para los bebés. Si no se siente bien, recuerde que su cuerpo estará generando anticuerpos para combatir una enfermedad y que su bebé recibirá esos anticuerpos a través de la leche materna.
Si contrajo una infección por coronavirus, no es probable que este virus llegue a su leche materna. Pero se lo podría contagiar a su bebé través de las gotitas que usted expele al hablar, toser o estornudar. Hable con su médico para preguntarle si puede seguir amamantando a su bebé o si es mejor que se extraiga leche con una bomba para que un cuidador que esté sano se la dé al bebé con un biberón.
Si le permiten amamantar a su bebé, hágalo llevando puesta una mascarilla y lavándose las manos a conciencia antes y después de amamantarlo. Si no, otro cuidador deberá darle al bebé biberones de la leche que usted se habrá sacado previamente. Esa persona también debería llevar puesta una mascarilla y lavarse las manos antes y después de alimentar a su bebé.
Es posible que usted desarrolle enfermedades o tome medicamentos que afecten su capacidad para amamantar a su bebé. Hable con su médico o con un asesor de lactancia antes de abandonar la lactancia materna.
Mi hijo no quiere mamar. ¿Qué le pasa?
Los bebés pueden dejar de mamar y hacer una especie de "huelga de lactancia" por muchos motivos. Es posible que haya algo que esté incomodando a su bebé, como unas encías doloridas debido a la dentición, una infección de oído, una infección en la boca llamada candidiasis oral o muguet o, incluso, que tenga la nariz tapada o moqueo nasal. Otros motivos pueden ser que usted huele diferente por haber cambiado de jabón o de perfume, o que haya cambiado la dieta y su leche sepa diferente.
Sin importar cuál sea la causa, usted y su bebé podrán superar este obstáculo transitorio. He aquí algunos consejos:
- Haga que la experiencia de mamar sea lo más divertida posible para su bebé. Elogie, acaricie y bese a su pequeño, además de detenerse para consolarlo siempre que lo vea frustrado o alterado.
- Amamante a su bebé cuando esté adormilado, momento en que es probable que esté más dispuesto a cooperar. Asegúrese de que no haya cosas que lo puedan distraer.
- Favorezca la bajada de la leche estimulándose el pecho con la manos o con una bomba antes de amamantar al bebé para que él pueda obtener la leche de inmediato.
- Amamante a su bebé mientras lo mece o mientras pasea con él, llevándolo en un portabebés tipo bandolera compatible con la lactancia.
Las huelgas de lactancia son normales y no suelen durar más de un par de días. Hasta que su bebé no vuelva a mamar bien, use la bomba o extraigase leche manualmente para mantener su producción de leche y asegúrese de que su bebé coma lo suficiente. Cuando su hijo esté preparado para dejar de mamar de forma definitiva (el destete), el proceso probablemente lleve semanas o meses.
¿Es adecuado que le ofrezca un chupete a mi bebé?
Los chupetes hacen que sea menos probable que los bebés mueran por síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Los chupetes también calman a los bebés y satisfacen el deseo de succionar algo. Por eso, los expertos recomiendan ofrecer un chupete al bebé a la hora de la siesta y de acostarlo por la noche a partir de las 3 o 4 semanas de vida. En torno a ese momento, la lactancia suele estar bien establecida. Siga ofreciéndole el chupete a su bebé hasta que su hijo cumpla un año. Si a su bebé no le gusta usar chupete, no lo fuerce a usarlo.
A algunos padres les preocupa ofrecer chupetes a su bebés antes de las 3 o 4 semanas de vida porque temen que eso les cree confusión y haga que sean menos proclives a mamar. O les puede preocupar no saber distinguir cuándo su hijo tiene hambre si usa un chupete. Pero no hay nada de malo en darle a un bebe un chupete de vez en cuando durante su primer mes de vida (por ejemplo, durante la circuncisión) y no interferirá en sus esfuerzos para amamantarlo.
Mi bebé está mamando a modo de consuelo. ¿Es normal?
Si su bebé parece estar obteniendo suficiente cantidad de leche pero sigue succionando durante una hora seguida o más, es posible que su pequeño esté mamando para consolarse en vez de para alimentarse. Esto se conoce como succión no nutritiva o tranquilizadora.
Pero, ¿cómo puede darse cuenta de la diferencia? Un bebé que se haya alimentando bien puede seguir pegado al pecho, pero:
- parece estar satisfecho
- deja de succionar y de tragar
- juega con el pezón.
Si se da cuenta de que le está ocurriendo eso a su bebé, puede ofrecerle su propio pulgar o su propia mano para que los succione. También puede considerar darle un chupete una vez que se amamante correctamente.
¿Puedo pasar de leche materna a alimentación con fórmula?
Si bien la leche materna es la primera opción de los pediatras para los recién nacidos, la realidad es que no todas las mamás pueden amamantar. Tiene que elegir lo que se adapte a usted y su familia.
Muchas madres no pueden amamantar debido a una afección médica; a medicamentos que deben tomar; o por diferentes problemas de horarios, viajes o trabajo. Y si bien a algunas mamás les resulta sencillo amamantar desde el primer momento, a otras les cuesta mucho. Incluso con la ayuda de un asesor de lactancia, pueden notar que el bebé simplemente no se acostumbra. El estrés de desear dar el pecho pero tener que luchar para lograrlo puede ser demasiado, en especial con todos los cambios que trae aparejada la llegada de un bebé.
Algunas mamás se extraen la leche y se la dan al bebé con un biberón. Pero otras optan por la alimentación con fórmula. Si usted toma esta decisión, puede quedarse tranquila porque la fórmula comercial para bebés es una alternativa nutritiva a la leche materna. Y la alimentación con biberón también tiene algunas ventajas: permite que las parejas, los abuelos y otros cuidadores participen en la alimentación del bebé y disfruten de un tiempo de calidad que les permite crear lazos. Como la fórmula se digiere más lentamente que la leche materna, los bebés alimentados con fórmula no suelen necesitar tantas alimentaciones como los bebés amamantados.
Por lo tanto, si usa fórmula no le estará dando a su bebé menos de lo que necesita. Está haciendo todo lo posible para ayudar a su bebé a crecer.
Si tiene preguntas sobre la lactancia materna, hable con su médico o con un asesor de lactancia.