¿Qué son las lesiones del plexo braquial?
Las lesiones del plexo braquial son lesiones en la red de nervios que proporciona sensibilidad y control a los músculos del hombro, el brazo, el antebrazo, la mano y los dedos. Estas lesiones son comunes en los deportes. La mayoría desaparecen bastante rápido.
¿Qué ocurre en las lesiones del plexo braquial?
La red de nervios del plexo braquial comienza con las raíces nerviosas de la médula espinal en el cuello y llega hasta la axila. Desde allí, los nervios se ramifican y continúan a lo largo del brazo, la mano y los dedos.
Cuando una fuerza aumenta el ángulo entre el cuello y los hombros, los nervios del plexo braquial pueden estirarse o desgarrarse. La lesión también puede arrancar las raíces nerviosas del plexo braquial de la médula espinal. Los nervios dañados pierden un poco de sensibilidad y hacen que los movimientos de los músculos sean débiles.
¿Cuáles son los signos y síntomas de una lesión del plexo braquial?
Los niños con una lesión del plexo braquial pueden quejarse de lo siguiente:
- dolor o electricidad en el brazo
- adormecimiento del brazo o los dedos
- torpeza o debilidad en la mano o el brazo
- sensación de calor en el área afectada
Una lesión grave puede provocar una parálisis (pérdida del movimiento) del brazo y pérdida de sensibilidad.
¿Quiénes sufren lesiones del plexo braquial?
Los jugadores de fútbol americano son quienes tienen más riesgos de sufrir lesiones del plexo braquial. Pero también pueden aparecer en niños y adolescentes que practican los siguientes deportes:
- rugby
- hockey
- lucha
- gimnasia artística
Las lesiones del plexo braquial también pueden ser a causa de un accidente (una caída de una bicicleta o una colisión de automóvil) cuando la cabeza pega un tirón hacia un costado o se recibe un golpe en el cuello y el hombro.
Las lesiones del plexo braquial en recién nacidos son menos habituales. Pueden ocurrir si hay una complicación en el parto, por ejemplo si el niño viene de nalgas o si se trata de un bebé grande y con hombros demasiado anchos para pasar por el canal de parto.
¿Cómo se diagnostican las lesiones del plexo braquial?
En general, los médicos reconocen las lesiones del plexo braquial por los síntomas del niño o adolescente y por medio de un examen físico. El médico comprobará la fuerza, los reflejos y el rango de movimiento del brazo.
Es posible que también pida exámenes por imágenes, como radiografías o una resonancia magnética si el niño tiene lo siguiente:
- antecedentes de lesiones del plexo braquial
- dolor en el cuello o reducción de su movilidad
- síntomas en ambos brazos
- debilidad que se prolonga durante más de unos pocos días
- problemas para pensar, hablar o de memoria
Los exámenes también les permiten a los médicos ver el grado de la lesión y descartar una afección más grave, como una fractura de la columna.
¿Cómo se tratan las lesiones del plexo braquial?
El tratamiento depende de la gravedad de la lesión. Muchas lesiones leves no necesitan tratamiento porque la sensibilidad y el control del músculo regresan a los pocos minutos.
Los niños con una lesión duradera tal vez necesiten lo siguiente:
- Aplicar hielo en la zona afectada. Utilice una bolsa de hielo o una compresa fría durante 20 minutos seguidos cada 2 a 3 horas durante el primer par de días para reducir la hinchazón.
- Medicamentos antiinflamatorios. Los analgésicos (como el ibuprofeno o el paracetamol) pueden ayudar a aliviar el dolor y la inflamación del cuello y el hombro.
- Ejercicios para el rango del movimiento. Para mantener el cuello, el hombro, el brazo y la mano ágiles y flexibles mientras los nervios se curan, el médico tal vez recomiende algunos ejercicios. Estos ejercicios también pueden ayudar a aliviar los espasmos musculares.
¿Qué más debería saber?
La mayoría de las lesiones del plexo braquial desaparecen por sí solas. Los niños con una lesión más grave pueden trabajar con un fisioterapeuta o un entrenador para mantener los músculos fuertes mientras se curan.
Las lesiones del plexo braquial deben estar totalmente sanas antes de que los niños vuelvan a practicar deportes. Para reducir las probabilidades de una lesión del plexo braquial, los niños que practican deportes de contacto deben hacer lo siguiente:
- Mantener los músculos del cuello y el hombro tan fuertes y flexibles como puedan.
- Estirar suavemente los músculos del cuello antes de cualquier actividad deportiva.
- Usar equipo de protección (como un collarín para fútbol americano u hombreras especialmente diseñadas).
- Usar técnicas deportivas adecuadas (jamás taclear con la cabeza durante un partido de fútbol americano, etc.).