La comunicación y su hijo de 13 a 18 años
Durante este período, los adolescentes pasan gran parte del tiempo fuera de casa: en su centro de estudios, practicando actividades extraescolares, trabajando o con sus amigos. Pero es importante que intente hablar con su hijo cada día para compartir opiniones, ideas e información.
La comunicación con su hijo adolescente
Aquí tiene algunos consejos que le ayudarán a comunicarse con su hijo en edad adolescente:
- Resérvese un tiempo durante el día o al anochecer para que escuchar a su hijo mientras le hable sobre sus actividades; asegúrese de que él sabe que a usted le interesa de verdad lo que él le explica y que lo escucha atentamente.
- Recuerde que debe hablar con su hijo, no a su hijo.
- Hágale preguntas que no se puedan contestar con un "sí" o un "no" para favorecer conversaciones más elaboradas.
- Aproveche los ratos muertos que pasen juntos cuando vayan en el coche para hablar con su hijo.
- Resérvese tiempo también para celebraciones escolares o deportivas, para jugar con su hijo y para hablar con él sobre temas de actualidad.
Vocabulario y comunicación
Los adolescentes se comunican básicamente como si fueran adultos, con un grado de madurez que va aumentando a lo largo de sus años de escolarización. Ya entienden el lenguaje abstracto, como las siguientes:
- frases hechas o modismos (por ejemplo, "a troche y moche")
- lenguaje figurado o comparaciones (por ejemplo, "tus ojos brillan como estrellas")
- metáforas (por ejemplo, "ese lugar fue como un nido de víboras"
Sus explicaciones se pueden volver más figuradas y menos literales.
Los adolescentes deberían ser capaces de procesar textos y significados abstractos, relacionar el significado de las palabras con el contexto, entender los signos de puntuación y formar estructuras sintácticas complejas. De todos modos, comunicarse es mucho más que utilizar y entender palabras; también incluye qué piensan los adolescentes sobre sí mismos, sus compañeros de clase y las figuras de autoridad.
Conforme los adolescentes buscan independizarse de su familia y establecer su propia identidad, empiezan a pensar en abstracto y a preocuparse por cuestiones morales. Todo esto modula su forma de pensar y de comunicarse.
¿Cuándo deberíamos buscar ayuda?
Debería comunicarse con regularidad con los maestros de su hijo sobre sus habilidades lingüísticas en general y sobre sus avances en este campo. Si sus maestros sospecharan que su hijo podría tener un problema de aprendizaje basado en el lenguaje, sería necesario hacerle una evaluación completa. Esta evaluación puede incluir pruebas de audición, una evaluación psicopedagógica (con pruebas estandarizadas para evaluar su estilo de aprendizaje y sus procesos cognitivos), así como una evaluación logopédica (del habla y el lenguaje).
Un adolescente con un problema de comunicación específico, como la tartamudez, se debe derivar al logopeda de su centro de estudios (un experto que evalúa y trata los trastornos del habla y del lenguaje).
Los problemas relacionados con la vocalización, como la disfonía, la voz aérea, o la roquera, pueden requerir una evaluación por parte de un otorrinolaringólogo (un médico especializado en la nariz, el oído y la garganta).
Los padres suelen creer que la adolescencia es un período donde la comunicación resulta difícil y que es normal que los adolescentes desafíen a sus padres y se resistan a la autoridad. Pero aquellas conductas que provocan graves altercados en una familia pueden no formar parte de la rebelión normal propia de adolescencia. Si considera que la relación con su hijo es particularmente difícil, háblelo con su médico.