Mantener una buena relación con su hijo preadolescente
Mantenerse conectado a medida que los niños se acercan a la adolescencia y se vuelven más independientes puede ser un desafío para los padres. Pero esto es tanto o más importante que nunca.
A medida que los niños entran en la etapa de la preadolescencia, las actividades escolares, los nuevos intereses y la mayor vida social se vuelven algo muy importante para ellos. Aun así, los padres continúan siendo un cimiento importante para la vida de un preadolescente y son una fuente de amor, orientación y apoyo.
Una buena relación con sus padres les da a sus hijos preadolescentes una sensación de seguridad y los ayuda a generar la resiliencia que todos niño necesita para enfrentar los altibajos de la vida.
¿Qué debo esperar?
Esta puede ser una etapa compleja para los padres. Es probable que, repentinamente, su hijo preadolescente se comporte como si no necesitara o quisiera su orientación y es posible que, por momentos, hasta parezca sentirse avergonzado de usted. Este es el momento en el que los hijos comienzan a confiar más en sus pares y a pedir más espacio y privacidad (prepárese para ver la puerta de su habitación cerrada con más frecuencia).
Por más difícil que le resulte aceptar estos cambios, intente no tomárselo como algo personal. Son todas señales normales de una mayor independencia. La mejor manera de sobrellevarlas es encontrar un equilibrio: dele más espacio a su hijo expandiendo los límites, a la vez que continúa haciendo cumplir los valores familiares y las reglas importantes de la casa. Por ejemplo, si un hijo pide más privacidad podría permitirle ganarse el privilegio de tener una cerradura en la puerta de su cuarto si hace las tareas del hogar durante un determinado período de tiempo.
Los padres no tienen que desentenderse de su hijo por completo. Usted continúa siendo una influencia importante; simplemente su hijo preadolescente tal vez responda mejor a su ejemplo que a las instrucciones que usted le da. Por un tiempo, asegúrese de predicar con el ejemplo y no tanto con las palabras.
Si usted es un modelo de las cualidades que desea que su hijo adolescente aprenda y ponga en práctica (comunicación respetuosa, amabilidad, hábitos saludables y realización de las responsabilidades diarias sin quejarse), será más probable que su hijo las copie.
¿Qué pueden hacer los padres?
Las cosas pequeñas y sencillas pueden reforzar el vínculo. Hágase un tiempo en su horario para tener momentos especiales, aproveche las rutinas que ya comparten y demuéstrele que le importa.
A continuación, encontrará algunos consejos:
- Comidas familiares: Preparar una comida puede parecer trabajoso, especialmente después de un largo día. Pero las comidas compartidas en familia pueden ofrecerles un tiempo valioso juntos. Programar la comida tal como haría con cualquier otra actividad puede ser una manera útil de asegurarse de que sea una prioridad en su día. Sin importar si es una comida casera, comprada o una combinación de ambas, siéntense a comer juntos. Apaguen el televisor y guarden los celulares. Si es imposible compartir el momento de la comida todas las noches, programe una cena familiar por semana en una noche que todos puedan estar presentes. Haga que sea algo entretenido y que todos participen en la preparación y la limpieza. Compartir una actividad ayuda a generar una cercanía y conexión, y si todos hacen algo, tendrán una sensación de responsabilidad y trabajo en equipo.
- Horario de ir a la cama y decir buenas noches: Es posible que su hijo ya no necesite que lo arropen, pero mantenga una rutina sistemática para la hora de irse a dormir que ayude a los preadolescentes a dormir lo suficiente para crecer sanos y fuertes. Busque una manera de poder relajarse juntos antes de irse a dormir. Lean juntos. Repasen los hechos destacados del día y conversen sobre el día siguiente. E incluso, si su hijo preadolescente ya está grande para la rutina de arroparlo cuando se acueste, nunca está de más un beso o un abrazo de buenas noches. Si su hijo adolescente se siente incómodo o molesto, respete sus límites y simplemente apóyele la mano sobre el hombro o la espalda mientras le desea que pase una buena noche.
- Compartan tiempo ordinario: Encuentre pequeñas actividades que le permitan pasar tiempo juntos. Invite a su hijo preadolescente a ir con usted a pasear al perro. Pregúntele si pueden salir a correr juntos. Lavar el auto, hornear galletas, mirar películas o su programa favorito de televisión son oportunidades de disfrutar mutuamente de su compañía. El tiempo que pasan juntos es una oportunidad para que los niños le cuenten qué están pensando. Incluso un viaje en auto es una oportunidad de vincularse. Mientras usted maneja, su hijo adolescente estará más predispuesto a mencionar un tema complejo. Como usted está concentrado en el camino, no es necesario hacer contacto visual y esto puede hacer que su hijo no se sienta incómodo y se abra.
- Cree tiempo especial: Haga que sea una tradición celebrar los logros familiares, además de los cumpleaños o las fiestas. Celebrar las ocasiones menos importantes, como un buen boletín de calificaciones o el final de la temporada deportiva, ayuda a reforzar los lazos familiares.
- Demuestre afecto: No subestime el valor de decirle y demostrarle a su hijo adolescente cuánto lo ama. Hacerlo hará que su hijo se sienta seguro y amado, mientras le enseña maneras sanas de demostrar afecto. Aun así, los preadolescentes tal vez comiencen a sentirse incómodos con las grandes demostraciones de afecto de sus padres, en especial si son en público. Es posible que intenten evitar los abrazos y besos, pero es importante saber que esto tiene que ver con los límites, no con usted. Puede resultar útil reservar estos tipos de muestras de cariño para los momentos en los que los amigos no están cerca. Cuando estén en público, encuentre otras maneras de demostrar que lo quiere. Una sonrisa o un saludo con la mano pueden ser una señal de cariño y a la vez se respetan los límites físicos que son importantes. Reconozca en voz alta las cualidades positivas y las habilidades de su hijo cuando las vea. Podría decirle: "¡Qué hermoso dibujo! Has mejorado mucho tus habilidades artísticas este año" o "¡Qué bien estuviste en la práctica de hoy de béisbol! Me encantó verte".
- Involúcrese: Involúcrese en las cosas que su hijo emprenda. Si participa activamente podrán pasar más tiempo juntos y compartir experiencias. Al mismo tiempo, reconozca que es normal que su hijo quiera hacer actividades de manera independiente. No es necesario que usted sea el líder del grupo Scout, el representante de los padres en la escuela o el entrenador del equipo de fútbol para participar activamente. Vaya a los partidos y los entrenamientos cuando pueda hacerlo; cuando no pueda, pregúntele cómo estuvo todo y escuche atentamente. Ayude a sus hijos a superar las frustraciones y demuestre empatía si una mala jugada terminó haciendo que el equipo contrario ganara. Su actitud frente a los contratiempos les enseñará a aceptarlos y sentirse bien con ellos, además de juntar coraje para volver a intentarlo.
- Manténgase interesado: Manténgase interesado en las ideas, los sentimientos y las experiencias de su hijo preadolescente. Comprenda que es normal que no opine lo mismo que usted. Si escucha lo que le está diciendo, le será más sencillo ofrecerle la orientación, la perspectiva y el apoyo que necesita. Responda sin enjuiciar y hará que sea más probable que su hijo acuda a usted si surge un problema complejo.
- Administre los dispositivos electrónicos: A medida que los niños crecen, es más probable que tengan (y usen cada vez más) su propia tableta, computadora portátil o teléfono. Si bien un poco de tiempo de pantalla es una manera útil de que los preadolescentes se mantengan conectados con sus amigos, el uso excesivo o sin restricciones puede dar lugar a desafíos y reducir la calidad y la frecuencia del tiempo para la familia. Establezca límites coherentes con sus valores y permita cierta libertad dentro de esos límites. No espíe las conversaciones en las redes sociales o los mensajes de texto, a menos que sea necesario para la seguridad y el bienestar de su hijo. Las configuraciones que limitan el tiempo de pantalla y los filtros para las aplicaciones, los programas, los juegos y los sitios (como Circle with Disney) pueden ayudar a hacer cumplir los límites. Por último, asegúrese de ser un modelo de uso saludable de los dispositivos electrónicos.
- Cambie su estilo de comunicación: La nueva independencia de su hijo preadolescente probablemente provoque algunos cambios en la comunicación. Si bien un niño pequeño podría apreciar que usted resuelva un problema con un amigo hablando con su mamá, un preadolescente no querrá una solución de este tipo. Para muchos preadolescentes, conversar sobre un desafío de la vida con sus padres ya no significa que busquen que los padres les den una solución; solo quieren ser escuchados y recibir apoyo. Es posible que sienta la necesidad de resolver cada problema que mencione su hijo preadolescente (o de llamar a sus maestros o amigos para resolverlo directamente). Pero cuando se trate de pequeños problemas, recuerde que tal vez estén buscando un espacio para desahogarse y recibir apoyo para resolverlo por sí solos. Cuando escuche un problema que no requiera una solución de un adulto, puede decirle algo como: "Realmente es complicado. Entiendo por qué estás enojado. Cuentas conmigo si necesitas algo o si quieres seguir hablando de esto". Si quiere ayuda, la pedirá. Su apoyo, escucha y empatía lo ayudarán a sentir que tiene las herramientas para encontrar la solución por sí mismo.