Cómo hablar con tus padres u otros adultos
Los más probable es que hables con tus amigos mucho más que con tus padres. Es natural, incluso aunque tú y tus padres tengan una relación estupenda.
De todos modos, sigue siendo muy bueno contar con la ayuda, los consejos y el apoyo de los padres. También puedes contar con el apoyo de otros adultos que sean importantes en tu vida. Tal vez haya un profesor, mentor o entrenador con quien te gusta hablar.
Al principio, te puede parecer extraño eso de abrirte, sobre todo cuando hables sobre algunos temas. O tal vez te parezca difícil si hace mucho que no hablas con tus padres con sinceridad. Aquí encontrarás algunos consejos para facilitártelo.
Hablen sobre las cosas cotidianas y háganlo cada día.
Cuanto más se hace algo, más fácil resulta hacerlo. Hablar con los adultos que forman parte de tu vida sobre las cosas de cada día ayuda a afianzar vuestro vínculo. Y pone las cosas más fáciles para cuando necesites hablar sobre temas más serios.
Encuentren algo sobre lo que hablar todos los días. Las conversaciones pueden ser breves e informales. Habla sobre cómo le fue a tu equipo en el último partido. Comparte algo que haya dicho tu profesor. Háblales sobre un proyecto que están haciendo en la escuela. Comparte con ellos un post o una imagen que sean divertidos. Hasta hablar brevemente sobre lo que habrá para cenar puede ayudar a sentirse más cerca.
Hagan cosas juntos con las que disfruten ambas partes Salgan a dar un paseo. Hagan ejercicio físico juntos. Cocinen, coman, jueguen, pongan o toquen música o salgan a dar una vuelta. Estas actividades les ofrecerán oportunidades para conversar.
Nunca es demasiado tarde para empezar. Si parece que las cosas se han torcido entre tú y uno de tus padres (o ambos), entra con suavidad. Comenta una cosa divertida que haya hecho tu perro. Vean una comedia juntos para compartir unas buenas risas. Hablar sobre cosas pequeñas puede ser una manera de sentirse más cerca.
Cómo hablar sobre temas difíciles
Tal vez tengas que dar una mala noticia a tus padres, como que has suspendido un examen. Tal vez tengas miedo o te sientas estresado por algo. O tal vez haya algo importante que quieras compartir con tus padres, como que hay una persona especial en tu vida. Pero no sabes cómo reaccionarán. O cómo te sentirás tú cuando se lo cuentes. O si encontrarás o no las palabras adecuadas para decírselo.
Para ayudarte a prepararte, puedes:
1. Pensar en qué es lo que quieres o necesitas de tus padres.
¿Quieres contarles algo importante? ¿Quieres pedirles ayuda? ¿Quieres que te escuchen? ¿Necesitas que te apoyen? ¿O que te den consejos? ¿Necesitas que te den permiso para algo? ¿O ayuda en un problema que tienes?
Ayuda mucho tener claro qué es lo que quieres. Ponlo en palabras. Por ejemplo:
- "Necesito contarles un problema que tengo. Solo quiero que me escuchen ahora para que sepan qué es lo que me está angustiando. Todavía no estoy preparado para que me aconsejen."
- "Necesito que me aconsejen sobre algo. ¿Podemos hablar?"
- "Necesito que me den permiso para hacer una excursión con la clase la semana que viene. ¿Les puedo contar?"
2. Pensar en cómo te sientes.
¿Te preocupa cómo podrían reaccionar tus padres u otro adulto? ¿Estás asustado porque se podrían sentir decepcionados o enfadarse mucho? ¿Avergonzado por tener que hablar sobre algo delicado o muy personal? ¿Te sientes culpable de haberte metido en problemas? No permitas que estas emociones te impidan hablar con tus padres. En lugar de ello, deja que tus sentimientos formen parte de la conversación.
Pon tus sentimientos en palabras. Por ejemplo:
- "Les quiero contar algo que es bastante personal. Y me preocupa cómo podrían reaccionar. Pero les lo quiero explicar igual."
- "Necesito hablar con ustedes. Pero temo decepcionaros."
- "Necesito explicarles algo. Pero me da vergüenza."
- "Tengo que contarles algo. No estoy nada de orgulloso de lo que he hecho, y es probable que se enfaden. Pero sé que se los tengo que explicar. ¿Me pueden escuchar?"
3. Practicar.
Si crees que vas a ponerte nervioso o que te vas a bloquear cuando llegue el momento de hablar, prueba a practicar lo que quieres decir ante un espejo. O practica delante de un amigo. La práctica ayuda a construir la seguridad en uno mismo. Te puede ayudar a sentirte más cómodo cuando llegue el momento de hablar.
4. Elegir un buen momento para hablar.
Busca un momento en que tus padres u otro adulto con quien quieras hablar no estén ocupados haciendo otra cosa. Pregúntales: "¿Podemos hablar? ¿Es un buen momento?" Trata de buscar un lugar tranquilo y privado donde no haya distracciones ni otras personas alrededor. Y sí responden que sí, lánzate.