¿Qué es una tendinitis de Aquiles?
Una tendinitis de Aquiles es una inflamación (irritación e hinchazón) del tendón de Aquiles. El tendón de Aquiles es una tira de tejido ubicada en la parte posterior del pie. Conecta el hueso del talón con los músculos de la pantorrilla.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la tendinitis de Aquiles?
La tendinitis de Aquiles causa dolor un poco más arriba del talón y en la parte inferior de la pierna, sobre todo después de correr o de hacer otro tipo de actividades físicas. El dolor empeora cuando se hace ejercicio físico y mejora con el reposo.
Las personas con tendinitis de Aquiles también pueden tener:
- rigidez y molestias en el talón, sobre todo por la mañana
- hinchazón o nódulos duros en el tendón de Aquiles
- sonido similar al crujido o chasquido al mover el tobillo o al presionar el tendón de Aquiles
- debilidad en la pierna afectada
- dolor al estirar el pie
- dolor provocado por la presión del calzado
Causas de la tendinitis de Aquiles
La tendinitis de Aquiles suele ser una lesión por sobrecarga (cuando movimientos que se hacen de forma repetitiva lesionan una parte del cuerpo). También puede ocurrir cuando una persona:
- aumenta de repente el ejercicio físico
- no calienta los músculos de la pantorrilla antes de hacer ejercicio
- hace ejercicio físico con un calzado desgastado, que no le sujeta bien el pie o de talla incorrecta
- no estira el tendón de Aquiles ni la parte posterior de la pierna después de estar activo físicamente
- recibe un golpe directo en esa parte del cuerpo
¿Quién puede desarrollar una tendinitis de Aquiles?
La tendinitis de Aquiles suele afectar a personas que practican deportes donde se fuerza mucho el talón, como correr, saltar, el tenis, el baloncesto, el patinaje artístico, el esquí y el baile.
¿Cómo se diagnostica?
Para diagnosticar una tendinitis de Aquiles, los profesionales de la salud:
- preguntan sobre los síntomas del paciente
- hacen una exploración física al paciente
En algunas ocasiones, los médicos piden pruebas de diagnóstico por la imagen, como radiografías o resonancias magnéticas (RM) (si creen que el tendón de Aquiles podría estar desgarrado o roto).
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la tendinitis de Aquiles empieza tomándose un descanso con respecto a la actividad física que ha conducido a esta lesión. Suele estar bien hacer ejercicios que no supongan levantar peso, como la natación o el ciclismo suave en terreno plano, así como actividades de estiramientos tipo yoga. Si una persona con tendinitis de Aquiles no hace reposo, el tendón puede acabar lesionándose más.
Es posible que el profesional de la salud que lleva a su hijo recomiende:
- hacer estiramientos del tendón de Aquiles durante 30 segundos seguidos de 3 a 4 veces al día
- poner hielo o un paquete de frío en el talón cada 1 o 2 horas, durante 15 minutos seguidos. (Colocar una toalla fina o delgada sobre la piel para protegerla del frío).
- vendar o colocar una cinta adhesiva alrededor del tendón de Aquiles
- elevar el pie, colocándolo por encima de la altura del corazón para ayudar a reducir la hinchazón
- tomar ibuprofeno (Advil, Motrin o la marca genérica de una tienda) para ayudar a aliviar el dolor y la hinchazón
- estirar y fortalecer los músculos mediante fisioterapia o un programa de ejercicio físico en casa
- llevar una bota ortopédica y usar muletas para mantener inmóvil el tendón
- usar unas plantillas dentro del calzado (también conocidas como órtesis para el calzado) indicadas por tu profesional de la salud o por una persona con experiencia en ortopedia
- colocar protectores acolchados en el tendón de Aquiles si este roza con la superficie del calzado o ir cambiando de calzado
- fortalecer los músculos que rodean el tendón para no forzar tanto el tendón de Aquiles y para que estos músculos sostengan mejor el tobillo
Las inyecciones de esteroides en o alrededor del tendón de Aquiles se han asociado a ruptura del tendón, por lo que no se recomiendan.
Raramente, una persona puede necesitar operarse el tendón de Aquiles si no remiten sus síntomas después de haber seguido todas las recomendaciones de su médico.
¿Qué más debería saber?
Con reposo, la tendinitis de Aquiles suele mejorar en un plazo de entre 6 semanas y pocos meses. Para reducir las probabilidades de volver a tener otra tendinitis de Aquiles:
- Mantente en forma a lo largo de todo el año. Bebe abundante cantidad de agua para mitigar la inflamación, y aliméntate de forma saludable, comiendo cereales en granos, verdura y fruta para reducir la inflamación.
- Incrementa la intensidad y la duración de las sesiones de entrenamiento de forma gradual. Los expertos recomiendan aumentar solo un 10% la actividad cada semana. Esto es especialmente importante si has estado inactivo durante un tiempo o cuando estás empezando a practicar un deporte nuevo.
- Haz siempre sesiones de precalentamiento antes de correr o de jugar a cualquier deporte y haz sesiones de enfriamiento mediante estiramientos al dejar de entrenar o de jugar.
- Haz estiramientos de piernas, sobre todo de las pantorrillas, los isquiotibiales, los cuádriceps y otros músculos del muslo. Al concluir la actividad, mantén el estiramiento durante 30 segundos y repítelo varias veces al día.
- Lleva un calzado deportivo que sea de tu talla y que esté fabricado específicamente para el deporte que practicas. Cambia de calzado deportivo antes de que esté demasiado gastado por el uso.
- Intenta correr sobre superficies blandas, como el césped, caminos de tierra o pistas de fibra sintética. Las superficies duras, como el cemento o el asfalto, someten a las articulaciones a presiones excesivas. Evita también al máximo correr cuesta arriba o cuesta abajo.
- Haz varios tipos distintos de ejercicio, como el yoga, el ciclismo y la natación. Trabaja varios tipos de grupos musculares diferentes para mantenerte en buena forma y para no sobrecargar músculos específicos.
Si la tendinitis de Aquiles no te mejora, vuelve a ir al médico, porque podría ser un signo de que tienes una afección diferente.