Violencia sexual y violación: Lo que necesitas saber
La violencia sexual es cualquier comportamiento sexual forzado hecho contra la voluntad de la víctima. Puede causar daños corporales y emocionales. La violación es un tipo de violencia sexual.
La violencia sexual puede afectar a personas de cualquier edad, raza, genero u orientación sexual. Con el cuidado y el apoyo adecuados, la gente se puede recuperar. Puede recuperar su sentido de seguridad y de bienestar.
Si te han violado, han abusado de ti o te han agredido sexualmente de otra manera, no es por tu culpa. Ocurriera lo que ocurriera, puedes estar seguro de que tú no eres el culpable. Mereces recibir apoyo y cuidados. Para empezar, confía en alguien que sea de tu confianza. Y acude a personas bien preparadas que te puedan ayudar.
Si necesitas ayuda ahora, dirígete a un lugar seguro. Y luego llama a la Línea Nacional de Agresiones Sexuales: 800.656. HOPE (4763). Se trata de un servicio es gratuito y confidencial. Es atendido por asesores con experiencia las 24 horas del día.
Averigua qué debes hacer después de una agresión sexual.
¿Qué es la violencia sexual?
La violencia sexual es cualquier comportamiento sexual no deseado que se impone a una persona contra su voluntad. La violencia sexual no forma parte del comportamiento sexual sano. Es una forma de agresión. Es un intento de dominar y ejercer el poder sobre otra persona.
La violencia sexual puede adoptar muchas formas. Puede incluir:
- las agresiones sexuales, como los intentos de violación y las violaciones
- tocamientos sexuales, besos, manoseos o caricias no deseados
- que una persona se exhiba de una manera sexual a otra persona, sea en directo o en línea
- obligar a otra persona a practicar u observar actos sexuales
- amenazas sexuales o hacer que una persona se sienta insegura
- comentarios sexuales no deseados o groseros, acoso sexual
- odio, ridiculización o amenazas basados en el género
La gente puede usar palabras diferentes para referirse a distintos tipos de violencia sexual. Por ejemplo, la pueden llamar violencia en las relaciones de pareja. O la pueden llamar abusos sexuales, traumas sexuales o incesto. El nombre dependerá de cada situación. Independientemente de cómo la llame la gente, la violencia sexual nunca está bien. No hay ninguna excusa posible para justificarla y no hay ninguna situación que dé a una persona el derecho a imponer un comportamiento sexual no deseado a otra persona.
¿Qué es una violación?
Si alguien introduce a la fuerza el pene, los dedos, otra parte del cuerpo o cualquier objeto dentro de la vagina, el ano o la boca de otra persona en contra de la voluntad de esta última, esto se conoce como violación. Si trata de hacerlo, pero no lo consigue, entonces se llama intento de violación. Si una persona comete este tipo de actos con su pareja actual, su ex-pareja, un conocido, alguien que conoce en una fiesta o en una cita, algunas personas lo pueden llamar violencia en la pareja íntima. También lo pueden llamar violencia en una cita o violencia entre conocidos. Cualquier tipo de violación, intento de violación u otro tipo de agresión sexual es un delito.
Las personas que cometen actos como estos pueden usar la fuerza o las amenazas. O pueden usar drogas o alcohol para que la víctima no se pueda defender.
¿La gente reacciona a la violencia sexual de maneras diferentes?
Sí. Cada persona y cada situación es diferente. En el momento en que ocurre una agresión sexual, mucha gente reacciona con miedo o tiene la sensación de que lo que le está ocurriendo parece irreal. Algunas personas luchan o arremeten contra el agresor. Otras pueden tratar de correr o escapar. Hay otras que gritan y piden ayuda. Y hay otras que se asustan tanto que se quedan congeladas, incapaces de gritar, correr, pelear ni moverse.
Todas estas reacciones son normales. Ocurren porque la violencia sexual amenaza el sentido de seguridad de una persona. Y desencadena una respuesta básica de supervivencia. Una persona hará cuanto pueda para protegerse y sobrevivir.
Después de un suceso de violencia sexual, algunas de las víctimas tienen lesiones físicas que requieren atención médica. Las personas también pueden tener profundos daños emocionales, llamados traumas.
¿La violencia sexual afecta a las víctimas más adelante?
Es posible. En los días y las semanas inmediatamente posteriores, es normal pensar en lo que ha ocurrido. La gente puede sentir emociones diferentes. Algunas personas sienten ansiedad, estrés o miedo. Otras sienten tristeza, aislamiento o enfado. Hay otras que se sienten avergonzadas, indignadas, traicionadas o lastimadas. Puede costar mucho volver a sentirse seguro o confiar en los demás. Algunas personas víctimas de la violencia sexual se pueden sentir solas o desapegadas de sus allegados. Hay otras que no saben qué hacer ni cómo sentirse.
Algunas personas pueden querer hablar sobre lo que les ha ocurrido. Tratan de buscar ayuda y apoyo. Hay otras que se lo guardan para sí mismas. Y otras que tratan de anular o suprimir sus sentimientos o actúan como si todo les fuera bien. Puede llevar un tiempo abrirse a otra persona y procesar lo que les ha ocurrido.
Muchas víctimas de la violencia sexual se pueden sentir culpables o responsabilizarse de lo que les ha ocurrido. Se pueden llegar a preguntar qué podrían haber hecho para impedirlo. Pero la violencia sexual nunca es la culpa de la víctima. No ocurre por nada que hizo la víctima o que dejó de hacer. No curre por cómo iba vestida, en quién confió, qué dijo ni adónde fue.
¿Puede la violencia sexual causar un TEPT (trastorno de estrés postraumático)?
Algunas personas (pero no todas) desarrollan síntomas de TEPT tras ser víctimas de una violación o recibir otro tipo de violencia sexual. Pueden tener ideas muy vívidas, pesadillas o flashbacks (recuerdos recurrentes) sobre el suceso. Se pueden sentir muy ansiosas y con el alma en vilo. Pueden ser fáciles de asustar, estar excesivamente pendientes del peligro, incluso cuando estén seguras. Pueden evitar aquellos lugares o personas que les recuerden la agresión sexual recibida. Si este tipo de síntomas duran más de unas pocas semanas, podría tratarse de un TEPT.
Las siglas TEPT se refieren a trastorno de estrés postraumático. Es un trastorno de ansiedad que se puede desarrollar después de vivir un trauma. Si se desarrolla después de sufrir una violación u otro tipo de agresión sexual, también se llama síndrome de trauma por violación. Hay un tipo de terapia que ayuda a las personas con TEPT después de un trauma sexual.
¿Cómo se puede recuperar la gente de la violencia sexual?
Hay maneras de recuperarse de la violencia sexual. Los expertos están preparados para escuchar. La terapia puede ayudar a las personas a curarse. Para empezar, la gente puede:
- Confiar en alguien que sea de su confianza. Dejar que esa persona sepa qué es lo que le ha ocurrido. En caso necesario, una persona de confianza la puede acompañar para que reciba cuidados médicos.
- Pedir ayuda médica para que le traten cualquier lesión u otras cuestiones relacionados con la salud.
- Recibir el apoyo y la terapia adecuados. Escoger a un terapeuta que tenga experiencia en ayudar a la gente a recuperarse de traumas provocados por la violencia sexual. Acudir a sus sesiones con la frecuencia que le indique este profesional de la salud mental. Entre sesiones, poner en práctica las habilidades de afrontamiento u otras tareas que le sugiera.
- Hablar con un experto sobre los siguientes pasos. Lo que necesita cada persona puede variar. Algunas personas necesitan saber cómo denunciar la violencia sexual o los abusos sexuales. Otras necesitan saber cómo dejar una relación violenta. Hay gente que la puede ayudar. Si necesitas encontrar a un buen profesional, tu terapeuta, la Línea Nacional sobre los Abusos Sexuales, o la Planificación Familiar te pueden ayudar.
¿Cómo encuentran las víctimas de la violencia sexual una manera de avanzar?
Salir adelante después de ser víctima de la violencia sexual es algo que ocurre poco a poco. Ayuda ir dando pequeños pasos encaminados a sentirse mejor, más fuerte y más seguro.
A medida que se van curando, muchas personas trabajan sus fortalezas internas. Algunas encuentran un coraje profundo. Otras aprenden a ser más amable consigo mismas. Otras se abren más a los demás. Otras encuentras nuevas maneras de gestionar sus emociones. Otras encuentran más alegría en sus vidas. Lentamente, las personas que han sido víctimas de la violencia sexual van recuperando su sentido de seguridad y de bienestar. Y encuentran su manera de salir adelante.
Estas personas no olvidan lo que les ocurrió. Pero, cuando reciben la ayuda y se recuperan tal y como ellas necesitan, la mayoría comprueba que deja de obsesionarse con ello. Es posible que apenas piensen sobre eso. Y cuando lo hagan, sus recuerdos no desencadenen los sentimientos dolorosos que les causaban al principio. Se convierten en un suceso del pasado. Prestan más atención a lo que está presente en sus vidas. Y pueden mirar hacia el futuro con esperanza.