El acoso o bullying consisten en maltratar a los demás o de abusar de ellos.
Las personas que acosan o hacen bullying usan comentarios, gestos o actos crueles o amenazantes. Tratan de insultar, despreciar, excluir, avergonzar o herir a otras personas.
A veces, las personas acosan haciendo comentarios y/o actos de tipo sexual. Esto se conoce como acoso sexual o bullying sexual.
Ejemplos de acoso sexual
Entre las conductas de acoso sexual, se incluyen la siguientes:
- bromear sobre la orientación sexual de alguien o hacer bromas, comentarios o gestos de carácter sexual
- propagar rumores sexuales (sea en persona, mediante mensajes de texto o en las redes sociales)
- colgar comentarios, fotografías o vídeos de contenido sexual
- hacer o enviar fotografías o vídeos de contenido sexual
- pedirle a alguien que se fotografíe mientras está desnudo
- proponer mantener relaciones u ofrecerse para mantenerlas
- tocar o acariciar a otra persona de una manera sexual
Todo esto puede ocurrir en persona o en línea. Pero no importa quién lo haga ni dónde ocurra, nunca está bien. No hay excusa para comportamientos como estos, incluso si vienen de un amigo que trata de bromear, diciendo que sería divertido o gracioso. La persona acosada no es la responsable ni tiene la culpa.
¿Cómo afecta a la gente el acoso sexual?
Ser objeto de este tipo de comportamientos es muy hiriente y doloroso. La medida en que afecta a cada persona es algo que varía. La mayoría de la gente puede abordar sin problemas un comentario maleducado esporádico. Pero eso no significa que esté bien. Solo significa que le puede causar menos estrés. Pero este tipo de comportamiento pueden ser más difíciles de abordar si:
- Ocurre más de una vez.
- Se siente que el acosador tiene más poder (porque es mayor o más fuerte, por ejemplo).
- La persona acosada tiene más fuentes de estrés en su vida.
En estos casos, las personas acosadas se pueden sentir inseguras o atacadas. La persona puede evitar ir a los lugares donde tiende a recibir acaso, como la escuela o el trabajo. La persona puede estar triste, asustada o enfadada, o todas estas emociones a la vez. El estrés de que te acosen puede llevar a tener déficit de sueño, preocupaciones, depresión y a sacar peores notas.
El acoso sexual también puede crearle problemas al acosador. Algunas de las conductas arriba citadas van en contra de la ley. Los acosadores sexuales pueden no darse cuenta de cómo estos comportamientos podrían afectar a sus vidas, incluyendo la posibilidad de ser detenido por la justicia y de cumplir penas de cárcel.
¿Y si el acoso sexual llega al plano físico?
Si el acoso sexual llega al plano físico deja de ser solo acoso.
Forzar a una persona a cometer actos sexuales se llama agresión sexual o violación. Se trata de un delito grave. Abarca los besos, los tocamientos, el sexo oral y los coitos no deseados.
También se considera delito si un adulto (o un adolescente mucho mayor) pide a una persona menor posar para hacerle fotografías sexuales o participar en actos sexuales a través de una cámara web o de un teléfono inteligente. Esto recibe el nombre de abuso sexual de menores en línea.
Si alguien te obliga, te engaña o te pide que hagas este tipo de cosas, cuéntaselo a un adulto de confianza de inmediato. O denunciálo a la policía. Y no te quedes nunca a solas con la persona que te acose.
¿Qué debo hacer si sufro acoso sexual?
Si tú o alguien que conoces están pasando por este tipo de situación, cuéntaselo a un adulto de confianza, como uno de tus padres, el padre de un amigo, un pariente, un entrenador, un profesor, un orientador escolar o tu médico. No es algo que debas tratar de resolver por ti solo. Al principio, te puede resultar incómodo hablar de ello. Pero no permitas que eso te detenga.
Si levantas la voz y consigues que se involucren los adultos apropiados, podrás ayudar a frenar el acoso o bullying. Si hablar con el primer adulto no funciona, sigue contándoselo a otros adultos hasta que se detenga el acoso.
Aquí encontrarás algunas cosas que te pueden ayudar en la mayoría de las situaciones:
- Recuerda la verdad. Recuérdate a ti mismo que tú no tienes la culpa. Independientemente de lo que te diga el acosador, no existe nada parecido a "pedir que te acosen sexualmente." Y tienes derecho a sentirte seguro.
- Dile a la persona que te esté acosando sexualmente que deje de hacerlo. La primera vez que te ocurra, haz saber a la persona que te acosa que su manera de comportarse no está bien. Sé breve y habla con claridad y con calma. Luego, aléjate de ella. En algunos casos, bastará con eso, pero no siempre será así. Es posible que la persona no se detenga e incluso que se ría de tu petición, se burle de ti o te moleste todavía más.
- Denúncialo. Si el acoso te ocurre en la escuela o en el trabajo, informa al respecto al adulto responsable. La mayoría de los centros de estudio y de los lugares de trabajo disponen de una política de acoso y de acoso sexual para protegerte. Necesitan conocer el problema para poderte ayudar y también para evitar que les ocurra a otras personas.
- Busca apoyo. Si el acoso que recibes te estresa, hace que te sientas deprimido, ansioso, o te hace perder sueño, habla con un buen terapeuta o psicólogo. Esa persona te podrá ayudar a encontrar maneras de abordar la situación y de recuperarte del estrés.
¿Cómo puedo ayudar a alguien que está siendo acosado sexualmente?
Los testigos pueden desempeñar un papel importante a la hora de detener el acoso. Cuando la gente no hace nada, se limita a observar sin abrir la boca o a pasar de largo, está trasmitiendo el mensaje de que acosar no es grave. Pero si la gente dice algo, está trasmitiendo el mensaje de que acosar no está bien.
Si ves que están acosando a otra persona, la puedes ayudar haciendo alguna de las siguientes tres cosas:
- Levantar la voz para ayudarla. Si te parece seguro y natural, da la cara y di: "Venga, salgamos de aquí" a la persona que acaben de acosar o de molestar. Probablemente no deberías tratar de cambiar el comportamiento del acosador por ti solo. Pero está bien que el acosador sepa que hay gente observando lo que ocurre que se involucra en la situación.
- Informa sobre lo que ha sucedido. Haz que un adulto de confianza sepa lo que has presenciado. Esto no es ser chismoso. Es dar la cara por lo que crees que es lo correcto. Nadie merece que lo acosen. Y los adultos necesitan que los informen para poder ayudar.
- Apoya a la persona acosada. Habla con la persona que haya sido objeto del acoso. Pregúntale «¿Cómo estás?». Y dile que crees que lo que ha pasado está mal. Escúchala y muéstrale que te importa. Anima a esa persona a informar sobre el acoso que ha recibido a un adulto de confianza. Y explícale que el acoso no es culpa de quien lo recibe.