¿Por qué hacer yoga para aliviar el estrés?
La vida puede ser estresante. Por empezar, tienes una vida ajetreada: te levantas muy temprano para ir a la escuela, estudias hasta tarde para las evaluaciones y a eso se suman los entrenamientos deportivos, la tarea y las comidas. ¡Son muchas cosas para lograr el equilibrio!
Los problemas de todos los días también pueden sumar estrés emocional... aconsejar a un amigo que terminó una relación, lamentar un desacuerdo con tus padres, meditar sobre decisiones importantes o estresarte porque se acercan las últimas pruebas para ver quién queda en el equipo universitario. Con tantas cosas en mente, es fácil sentirse estresado.
Existen muchas formas diferentes de afrontar el estrés. Hablar con amigos, hacer ejercicio físico y ver a un consejero escolar son algunas de ellas. El yoga puede ayudar a reducir el estrés porque favorece la relajación, que es lo opuesto al estrés por naturaleza. El yoga puede favorecer tres aspectos que suelen verse afectados por el estrés: el cuerpo, la mente y la respiración.
No debes esperar a sentirte estresado para practicar yoga. Las personas que hacen yoga todos los días suelen notar que pueden manejar mejor las cosas cuando se complican. Practicar yoga mejora tu capacidad de calmarte, concentrarte, equilibrarte y relajarte.
El yoga es más que simplemente estirarse
Muchas personas creen que el yoga consiste en estirar y girar el cuerpo para lograr posturas imposibles. Pero el yoga es más fácil de lo que parece. Existen posturas simples y complicadas; por eso hay opciones para cada nivel de habilidad. Como no es necesario tener equipo especial para practicar yoga, puedes hacerlo casi en todos lados.
Las posturas de yoga son un buen ejercicio físico y pueden ayudar a aflojar los músculos tensos del cuerpo. Las zonas del cuerpo que suelen sufrir más el estrés son el cuello, los hombros y la espalda. Pero otras partes del cuerpo, como la cara, la mandíbula, los dedos o las muñecas, también pueden verse favorecidas con los estiramientos del yoga.
Pero el yoga es mucho más que un ejercicio físico. La clave para lograr lo mejor con cada postura es concentrarse no solo en el cuerpo, sino también en la mente y la respiración.
Aprovechar el yoga al máximo
Cuando estés en una postura de yoga, piensa en cómo puedes unir tu cuerpo, tu mente y tu respiración. Hasta una postura sencilla, como la de la montaña, ayuda a aliviar el estrés si te concentras en mantener la respiración lenta y rítmica, y te visualizas firme y estable como una montaña.
Está presente "en el momento". Cuando estás estresado, con frecuencia piensas lo que necesitas hacer en el futuro ("Tengo que estudiar mucho para la evaluación") o lo que podrías haber hecho mejor en el pasado ("Desearía no haber dicho eso"). Cuando practiques yoga, en lugar de dejar que los pensamientos fluyan, piensa en lo que tu cuerpo y tu respiración están haciendo en ese momento. Presta atención a la forma en la que se siente un músculo o una parte específica del cuerpo. Concéntrate en respirar lentamente a medida que tu cuerpo se estira y en respirar lentamente cuando lo relajas.
Estar presente en el momento te ayuda a mejorar tu capacidad de concentración y esto es beneficioso para todos los aspectos de la vida.
Usa la respiración cuando las cosas se pongan difíciles. Cuando una postura de yoga parezca compleja, imagínate enviando tu respiración a la zona del cuerpo que se siente rígida o tensa. ¿Te ayuda? Puedes usar esta habilidad en todos los aspectos de tu vida. Cada vez que te enfrentes a un desafío (un problema complicado en tus deberes, una pelea con tus padres) intenta concentrarte en la respiración. Tal vez te sorprenda cuánto mejor enfrentas esa situación.
Cuándo probar el yoga
Intenta tomar una clase semanal de yoga presencial o remota para aprender algunas posturas. Seguramente puedas encontrar clases de yoga especiales para adolescentes.
También puedes incorporar pequeñas técnicas de yoga en tu vida diaria que te ayudarán a manejar los momentos estresantes. He aquí algunas ideas:
- Antes de una evaluación. Haz movimientos sencillos de cuello y hombros en tu escritorio para aliviar la tensión muscular en el cuello, los hombros y la espalda. Además, trata de tensar y relajar los dedos y las manos. Estos ejercicios te llevarán tan solo 30 segundos y puedes repetirlos con la frecuencia que necesites.
- Mientras estudias. Intenta hacer unos pocos movimientos sencillos de yoga mientras estudias para relajar las áreas que puedan haberse tensionado. Los movimientos del cuello y los hombros pueden aliviar la tensión de la espalda y los hombros. Las flexiones hacia adelante y los giros aliviarán el dolor lumbar. Dale a tu cara un breve masaje para ayudar a relajar una mandíbula tensa. Las posturas de equilibrio, como la postura del árbol, pueden ayudar a focalizar la energía para que puedas concentrarte en lo que sea que necesites.
- Antes de dormir. Haz unos pocos estiramientos de yoga antes de dormir para ayudar a relajarte; en especial si tienes muchas preocupaciones. Las posturas en las que flexionas el tronco hacia adelante, como la postura del niño, suelen ser relajantes. Te permiten desconectarte del resto del mundo y sentirte tranquilo y en paz. Haz una flexión hacia adelante y mantente en esa posición mientras respiras lentamente 3 o 4 veces. Permite que tu cuerpo y tu mente se relajen.
El yoga y tú
Lo mejor del yoga es que te ayuda a descubrir más acerca de tu mente, tu cuerpo y tus emociones. El yoga puede ayudarte a estar más equilibrado, tranquilo, concentrado y relajado mientras atraviesas los altibajos habituales de la vida.
Obviamente, no te sentirás más optimista, tranquilo o con energía instantáneamente después de hacer unas pocas posturas de yoga. Como ocurre con todas las cosas, los efectos del yoga deben acumularse con el tiempo.
Pero si te tomas media hora todos los días para hacer unas pocas posturas de yoga, después de una semanas comenzarás a notar un cambio sutil. Continúa y el yoga se convertirá en parte de tu rutina diaria y podrá ayudarte a manejar el estrés de la vida en el futuro.