¿Es bueno estar en el medio? A veces no lo es, como cuando te sientas en el asiento central (o del medio) en un viaje largo en coche. Pero a veces sí que lo es, como cuando estás a mitad de una película estupenda. ¿Qué pasará a continuación?
La escuela media tiene un poco de esto. Recibe el nombre de escuela media porque está justamente a la mitad de tus estudios escolares. Ya habrás acabado la enseñanza primaria (también llamada "básica" o "elemental"). La escuela secundaria o el bachillerato, y tal vez la universidad, te seguirán esperando.
La escuela media suele incluir los cursos de sexto, séptimo y octavo, pero es posible que tú empieces tus estudios intermedios antes o después, dependiendo de cómo se organicen las cosas en tu zona.
Empezar a ir a una escuela media suele ser un gran cambio para un niño:
- En primer lugar, suele suponer cambiarte a un edificio nuevo, al que tardarás un tiempo en adaptarte.
- En segundo lugar, tal vez tengas que ir en un autobús diferente y con otros niños.
- En tercer lugar, es posible que los amigos que hiciste en la primaria acaben yendo a otras escuelas medias.
Todo esto te puede hacer tener un poco de miedo el primer día de clase.
Otras cosas que también cambiarán son los profesores que tendrás y las tareas.
Aprender cosas nuevas
Lo más probable es que los deberes (y todo lo que hagas en clase) te planteen más retos, pero eso no tiene que ser algo malo. Estás creciendo y vas a seguir construyendo todo ese aprendizaje a partir de lo que aprendiste en la escuela primaria. También aprenderás algunas cosas nuevas y diferentes en la escuela media, como lenguas extranjeras, niveles más avanzados de tecnología, música, arte, salud y destrezas para la vida cotidiana, como cocinar.
Y, por si eso fuera poco, lo más probable es que la escuela intermedia te ofrezca una variedad de nuevos equipos, clubes y actividades en los que podrás participar. Tal vez te guste el lacrosse, la cerámica o el jazz. Quizás encuentres oportunidades para practicar estas tres actividades en la escuela media.
¿Todavía sigues preocupado por empezar la escuela media? Veamos cómo hacer que esta transición te resulte más sencilla.
Visita la escuela más de una vez. La mayoría de las escuelas medias celebran un día de orientación en otoño para sus futuros alumnos. El día de orientación es una sesión en la que a los alumnos les muestran la escuela y les dan un poco de información sobre cómo será asistir a ese centro. Otra forma genial de hacer esto consiste en asistir a un concierto o a un evento deportivo que se lleve a cabo en sus instalaciones. Y hablar con amigos tuyos que vayan a esa escuela. Pregúntales por los problemas que han tenido. Pregúntales si te podrían ayudar cuando estés allí, si es necesario. ¡Está muy bien contar con un amigo que sea mayor que tú en tu nueva escuela!
También te puede ayudar que uno de tus padres te lleve a la escuela durante el verano. Tal vez podrías ver a los equipos deportivos mientras entrenan en el campo de la escuela y te podrías hacer una buena idea sobre el lugar. También es bueno que te orientes sobre la ubicación del centro en tu área. ¿Está cerca del centro comercial o en la otra punta de la ciudad?
Prepárate para el primer día. Lee todo el material que te facilitaron el día de orientación y el que hayas recibido por correo tradicional o correo electrónico durante el verano. ¿Hay algún libro que necesites leer o material escolar que tengas que comprar? También te interesa saber a qué hora empieza la escuela y a qué hora te recogerá el autobús, si necesitas utilizarlo. En función de eso, podrás decidir a qué hora te tienes que despertar. También deberías saber a qué hora será la comida en tu nueva escuela. Si es más tarde de lo habitual, tal vez necesites llevarte un tentempié para tomártelo a media mañana. Piensa, también con tiempo de antelación, qué ropa te pondrás. Elije algo que te guste y con lo que te sientas cómodo. Si has de llevar uniforme, pruébatelo antes para asegurarte de que todas las prendas sean de tu talla y te queden bien.
¡Acuéstate temprano la noche anterior! Intenta dormir bien por la noche, incluso aunque estés tan nervioso o emocionado que creas que no vas a poder pegar un ojo. Es de gran ayuda tener un buen ritmo de sueño semanas antes de que comiencen las clases. De este modo, no solo dormirás lo suficiente, sino que te acostumbrarás a acostarte y levantarte a la misma hora. La noche anterior al primer día de clases, deja las cosas preparadas para no olvidarte de nada. Programa tu reloj despertador, pero dile a tu papá o a tu mamá a qué hora te debes levantar ¡por si te quedas dormido!
Cuando llegue el gran día, desayuna bien y sé valiente. Es posible que te parezca que te puedes saltar el desayuno si estás apurado, pero ni se te ocurra hacerlo. Te encontrarías muy mal a media mañana, justo cuando necesitarías toda tu energía y capacidad mental para orientarte bien por tu nueva escuela. Come algo en el automóvil o en el autobús, aunque sea algo pequeño; puede ayudarte a comenzar bien el día.
Cuando estés a punto de salir, recuerda llevar contigo todo lo que necesites y piensa que estás viviendo una gran aventura. Tal vez te pierdas por los pasillos. Pero no pasa nada: ¡se trata de tu primer día! Saluda a amigos que ya conoces y trata de ser valiente y di "hola" a niños que aún no conozcas. ¿No conoces al niño cuyo casillero está al lado del tuyo? Pues dile "hola". ¡Se van a ver mucho durante todo el año!
En clase, escucha lo que explique el profesor y toma apuntes porque será difícil que lo recuerdes todo. Trata de anotar la información importante, como la combinación de tu casillero y el número de tu aula principal. Así, cuando llegues a casa, podrás revisar tus notas y prepararte para tu segundo día.
El segundo día, vuelve a hacer lo mismo. El segundo día, haz todo lo que hiciste el primer día. Por suerte, las cosas empezarán a ir un poco mejor. Continúa revisando tus apuntes. Te puede ayudar el hecho de revisar tu horario escolar cuando estés en casa para que empieces a memorizar que la clase de matemáticas sigue a la de inglés y que la de ciencias va después que la de gimnasia, ¡pero eso es solo los martes!
Al cabo de una semana, date una palmadita en la espalda. Cuando ya hayas ido a tu nueva escuela durante una semana entera, será el momento de que te felicites a ti mismo con unos buenos aplausos. Lo más probable es que hayas incorporado mucha información y en muy poco tiempo. Seguramente ya te sepas la combinación de tu casillero, qué asiento has de ocupar en todas tus clases, dónde están los baños y cómo llegar al comedor de la escuela. ¿Aún te sigues perdiendo cuando tienes que ir al gimnasio? Si es así, busca a un compañero que vaya al gimnasio al mismo tiempo que tú y ve con él.
Resolver los problemas más allá de la primera semana
Si resulta que estás teniendo problemas con las tareas escolares o con tus compañeros de clase, no entres en pánico, pero pide ayuda. Como hacías cuando ibas a la escuela primaria, pide ayuda adicional a tu profesor después de las clases si no entiendes algo de lo que estás estudiando. Es posible que también tengas horas de estudio en tu centro de escuela media; esas sesiones son excelentes oportunidades para hablar con tu profesor o para dar un buen adelanto a tus deberes.
Habla con tus padres u otro adulto presente en tu hogar si tienes problemas con tus clases. Tal vez estás un poco "oxidado" después de un verano tan largo. Pero, si tus problemas no desaparecen, te interesará hablar con tu profesor o tal vez con tu orientador escolar.
En lo que se refiere a las amistades, el cambio a un nuevo centro escolar te puede dejar un poco desubicado. ¿Y si tu mejor amigo no está en ninguna de tus clases y nunca lo ves? ¿Y si ninguno de tus amigos va a tu escuela? La escuela media es una buena oportunidad para hacer contactos y para crear nuevas relaciones de amistad.
Algunas veces, es fácil hacer un nuevo amigo. Tal vez conozcas a alguien el primer día de clase y luego sigan juntos durante todo el año. Pero las cosas también pueden avanzar más lentamente, sobre todo si parece que muchos niños ya se conocían antes y forman grupos que no te incluyen a ti. Deja que alguien que te conozca bien sepa cómo te están yendo las cosas. Habla con tu mamá, tu papá, con otro adulto en quien confíes o con tu consejero escolar si te sientes muy solo y las cosas no parecen mejorar.
Tal vez te preguntes qué podrías hacer para sentirte menos solo y hacer nuevos amigos. He aquí algunas ideas: Intenta inscribirte en un club, deporte o actividad. Es una forma genial de conocer a niños que aún no conoces. Formar parte de esos grupos también te ayudará a sentir que perteneces a tu escuela y a encontrarte en ella como si estuvieras en tu casa. Y el año que viene, tú serás ese niño mayor que echará una mano a ese niño nuevo que acaba de llegar a tu escuela. Si se pierde de camino al gimnasio, ¡haz el favor de enseñarle dónde está!