Qué es el sueño y por qué es necesario que duerman todos los niños
¿Por qué necesito dormir?
Dormir es más importante de lo que tal vez creas. Un niño promedio tiene días muy ajetreados. Ir a la escuela, cuidar de tus mascotas (si las tienes), hacer cosas con tus amigos, practicar deporte u otras actividades y hacer los deberes. Al final del día, tu cuerpo necesita tomarse un descanso. El sueño permite que tu cuerpo se prepare para el día siguiente.
Todo ser vivo necesita dormir para sobrevivir. Hasta tu perro o tu gato se acurrucan para hacer la siesta. Los animales duermen por el mismo motivo que tú: para dar a su cuerpo unas breves vacaciones.
Tu cerebro necesita Zzzzz
Tu cuerpo y tu cerebro necesitan dormir. Mientras duermes, tu cerebro organiza y almacena información, fabrica y segrega sustancias químicas y hasta llega a resolver problemas mientras estás roncando.
La mayoría de los niños no duermen lo suficiente. Los niños de 5 a 12 años necesitan dormir de 9 a 12 horas cada noche. No todos los niños son iguales y hay algunos que necesitan dormir más que otros.
¿Recuerdas algún momento en que no dormiste lo suficiente? Esa sensación de pesadez y de somnolencia es muy desagradable y, cuando te encuentras así, no das lo mejor de ti. Si no duermen lo suficiente, los niños pueden estar cansados, nerviosos, irritables o malhumorados. Les puede resultar difícil prestar atención o seguir instrucciones. Las tareas escolares que les suelen resultar fáciles les pueden parecer imposibles de hacer, o se pueden sentir muy patosos o poco hábiles al practicar su deporte favorito o al tocar su instrumento preferido.
Una razón más para dormir lo suficiente: si no lo haces, podrías no crecer como debes crecer. Así es, porque dormir poco puede afectar al crecimiento y al funcionamiento del sistema inmunitario, encargado de luchar contra los gérmenes que nos podrían enfermar.
¿Cómo puedo dormir mejor?
A la mayoría de los niños, el sueño les llega de una forma bastante natural. He aquí algunos consejos para ayudarte a conciliar el sueño:
- Trata de acostarte y de levantarte a las mismas horas todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a que tu cuerpo se acostumbre a una rutina.
- Apaga el televisor, la computadora y otros dispositivos electrónicos, incluyendo el teléfono móvil, por lo mensos una hora antes de acostarte por la noche.
- Sigue una rutina relajante para ir a la cama, como darte un baño caliente o leer.
- No tomes bebidas que contengan cafeína, sobre todo por la tarde o cerca de la hora de la cena. El café, el té, las bebidas energizantes y algunos refrescos contienen cafeína.
- No veas películas ni programas de televisión de miedo o terror cerca de la hora de acostarte porque te podría resultar más difícil conciliar el sueño.
- No hagas ejercicio físico justo antes de acostarte. Haz ejercicio más temprano, porque el ejercicio físico ayuda a dormir mejor.
- Utiliza la cama solo para dormir; no para hacer los deberes escolares, estudiar, leer, jugar ni hablar por teléfono. Así, entrenarás a tu cuerpo a conectar la cama con el sueño.
Si no consigues o te cuesta mucho conciliar el sueño durante más de una o dos noches o si hay cosas que te preocupan y que te impiden conciliar el sueño, cuéntaselo a tu mamá o a tu papá. Ellos te pueden ayudar a resolver tus problemas relacionados con el sueño. De hecho, hablar sobre ello con tus papás te puede ayudar a relajarte lo suficiente como para estar listo para dormir. ¡Ah...! ¡Qué sueño!