¿Qué es la mononucleosis?
¿Has oído hablar alguna vez sobre "la enfermedad del beso"? Si crees que se trata de la mononucleosis, ¡así es!
La mononucleosis infecciosa, a veces llamada "mono" para abreviar, está causada por una infección por el virus Epstein-Barr. El virus Epstein-Barr es uno de los virus más frecuentes. La mayoría de nosotros nos infectamos con este virus en algún momento de nuestras vidas. Los bebés y los niños pequeños que se infectan con el virus Epstein-Barr no suelen presentar ningún síntoma o pueden presentar síntomas leves similares a los de un refriado común.
Pero los niños mayores y los adolescentes infectados por el virus Epstein-Barr suelen desarrollar síntomas como fiebre y dolor de garganta.
¿Cómo la contraen los niños?
La mononucleosis es contagiosa, lo que significa que las personas que la contraen la pueden trasmitir a otras personas. Aunque se llame "la enfermedad del beso", hay otras formas de trasmitir esta enfermedad. Todas ellas suelen implicar el contacto con la saliva. Por lo tanto, compartir pajitas, cepillos de dientes, bebidas o alimentos usando la misma vajilla permite trasmitir el virus de la mononucleosis.
Al principio, después de haberse infectado con el virus Epstein-Barr, la gente no se siente enferma ni se encuentra mal. Los síntomas no suelen aparecer hasta uno o dos meses después de infectarse. Algunas personas no presentan ningún síntoma en absoluto. Por lo tanto, pueden trasmitir la enfermedad sin ni siquiera saber que están infectadas. Por eso es tan importante no compartir cosas como tenedores, pajitas, botellas de agua ni bálsamo para los labios en la escuela.
¿Cuáles son los signos de la mononucleosis?
La mononucleosis puede hacer que te sientas muy pero muy cansado, pero también es posible que presentes otros síntomas. Entre ellos, se incluyen los siguientes:
- fiebre
- dolor de garganta
- ganglios linfáticos del cuello inflamados
- dolores de cabeza
- dolores musculares
- dolor de vientre, con un hígado o un bazo agrandado e inflamado (dos órganos que se encuentran en la parte alta del vientre)
- pérdida del apetito
Puede parecer que has contraído la gripe o una faringitis estreptocócica, porque los síntomas de la mononucleosis se parecen mucho a los de estas enfermedades. La única forma de saber si tienes una mononucleosis consiste en ir al médico, quien se encargará de explorarte para saber si la tienes. A veces, los médicos piden un análisis de sangre para estar seguros.
¿Y si tengo una mononucleosis?
Si has contraído la mononucleosis, lo más probable es que necesites hacer mucho reposo. Esto significa dejar de ir a la escuela durante un tiempo, no hacer deporte, no correr ni jugar activamente con tus amigos ni pelearte con tu hermano pequeño si lo tienes.
Mientras descanses, bebe abundante agua y otros líquidos. Puedes pedir a tu mamá o a tu papá que te den un medicamento para aliviarte el dolor de garganta y los dolores musculares y para bajarte la fiebre. Pero no tomes aspirina, porque te podrías exponer al riesgo de desarrollar una enfermedad conocida como síndrome de Reye, que puede ser muy peligrosa.
Algunos niños con mononucleosis pueden no sentirse nada de enfermos. Pero es muy importante que escuches a tu cuerpo. Un niño con mononucleosis debe decírselo a su papá o a su mamá si se empezara a encontrar peor. Y, si un niño está muy cansado y se siente muy hecho polvo, esa es la forma que tiene su cuerpo de decirle que necesita descansar más.
Los niños que practican deportes de contacto (como el fútbol americano y el baloncesto) deben dejar de practicarlos durante aproximadamente un mes después de contraer esta enfermedad, sobre todo, si se les ha inflamado el bazo. Tu médico te indicará cuándo es seguro que retomes el deporte.
La mononucleosis suele remitir al cabo de pocas semanas; de todos modos, te lo tendrás que seguir tomando todo con calma durante un tiempo. Asegúrate de lavarte las manos después de toser o de estornudar. No compartas con nadie pajitas, tenedores ni cepillos de dientes y... ¡deja de dar besos durante unos pocos meses!