Preguntas más frecuentes sobre la lactancia materna: regurgitación, arcadas y mordidas
Puede llevar tiempo y práctica acostumbrarse a la lactancia materna. Aquí encontrará lo que necesita saber sobre la regurgitación, las arcadas y otras preocupaciones que pueden surgir durante el amamantamiento.
¿Es normal que mi bebé regurgite después de las tomas?
Las bebés a menudo regurgitan. A veces, sucede cuando comen demasiado o cuando eructan o babean. Muchos bebés regurgitan un poco al eructar o después de algunas tomas (o en todas). Esto es totalmente normal.
Siempre que su bebé esté creciendo y aumentando de peso y no parezca pasarlo mal al regurgitar, no se preocupe. La leche que regurgitan los bebés suele parecer más cantidad de la que es en realidad. Pero regurgitar no es lo mismo que vomitar toda o gran parte de la toma.
¿Cuál es la diferencia entre regurgitar y vomitar?
Vomitar es expeler con fuerza el contenido del estómago. Regurgitar es un escape más suave y sin esfuerzo de los líquidos. Los bebés no suelen tener ninguna reacción al regurgitar, pero si vomitan se los suele ver molestos o llorando.
Si le preocupa que su bebé esté vomitando, llame a su médico. En casos muy infrecuentes, esto se podría deber a una alergia, un problema digestivo u otro tipo de problema que requiere atención médica. Es muy útil llevar un registro de la frecuencia y la cantidad que su hijo vomita o regurgita.
¿Cómo puedo evitar que mi bebé regurgite?
Si el médico considera que las regurgitaciones de su bebé son normales, aquí encontrará algunas cosas que usted puede hacer para reducirlas:
- Haga eructar a su bebé después de la toma de cada pecho. A veces es mejor darle tomas más pequeñas en lugar de una única toma de más volumen.
- Mantenga a su hijo erguido después de cada toma y durante un mínimo de 30 minutos. Lo mejor es que lo lleve en brazos, porque la postura del bebé en una silla infantil puede hacer que sea más probable que regurgite.
- No menee, meza, haga botar ni juegue activamente con su bebé justo después de las tomas.
- Cuando lo alimente, mantenga la cabeza del bebé por encima de los pies. No sujete a su bebé inclinándolo hacia abajo cuando le dé de mamar.
- Proteja a su bebé de la exposición al humo del tabaco. La exposición al humo del tabaco, incluso en la ropa o en el coche, hace que las regurgitaciones sean más frecuentes y más graves.
Si su bebé toma biberones de leche materna o de fórmula:
- Hágalo eructar después de que tome entre 1 y 2 onzas de un biberón.
- No le dé el biberón mientras esté recostado.
- Asegúrese de que el orificio de la tetina sea del tamaño adecuado para el flujo de leche que necesita su bebé. Por ejemplo, las tetinas de flujo rápido pueden provocar arcadas o hacer que salga más leche que la que el bebé puede tragar cómodamente. Muchos bebés se alimentan bien con una tetina de flujo lento hasta que cumplen 3 meses de edad o incluso más.
Muchos bebés dejan de regurgitar al cumplir un año. Pero si le preocupa que su bebé regurgite, llame al médico. También llámelo si nota que su bebé:
- tiene tos o dificultad para respirar después de comer.
- tiene sangre en las heces (caca)
- se siente molesto
- tiene más de unos pocos episodios de vómitos fuertes.
¿Cómo puedo evitar que mi bebé haga arcadas?
A veces, la fuerza de la leche (en especial cuando "baja") es tan fuerte que puede causarle arcadas a su bebé y este soltará el pecho. Si ocurre esto mientras lo está amamantando:
- Haga la prueba de amamantar a su bebé en una posición más erguida (la cabeza por encima del pecho). Esto puede aliviar la fuerza de la leche.
- Amamante recostada sobre un lado, esto podría ayudar a hacer más lento el flujo de leche.
- Asegúrese de no tener los pechos congestionados o sobrecargados. Para prevenir la congestión de los pechos, puede ser útil amamantar cada 2 a 3 horas. Si tiene los pechos demasiado cargados o la preocupa que la bajada de la leche sea muy fuerte, extraiga un poco de leche unos minutos antes de amamantar al bebé.
Si el bebé suelta el pecho y hace arcadas o tose mientras lo amamanta, siéntelo para hacerlo eructar. Dele unas suaves palmaditas en la espalda para ayudar a su pequeño a calmarse antes de continuar alimentándolo. Si ya intentó los pasos anteriores y esto continúa ocurriendo, hable con el médico o un asesor en lactancia.
Si a veces su bebé hace arcadas o se ahoga mientras toma un biberón:
- Pruebe una tetina diferente con menos flujo.
- Ponga en práctica la alimentación con biberón "controlada". Esto consiste en reducir el flujo de leche del biberón sujetándolo en un ángulo menos pronunciado y permitiendo que el bebé haga pausas para descansar.
Mi bebé me muerde cuando lo amamanto. ¿Qué puedo hacer?
Con frecuencia, los bebés usan las encías para jugar con los pezones de sus mamás, pero sin intención de lastimarla. Pero en cuanto comienzan a aparecer los dientes, es posible que muerdan sin saber que están lastimando a su mamá.
A veces, es posible darse cuenta cuando el bebé está a punto de morder: suele ser cuando está satisfecho y comienza a alejarse del pecho. Cuando sienta que su bebé terminó de alimentarse y puede estar aburrido o con ganas de jugar, deje de amamantarlo. Elimine la succión colocando un dedo en la comisura de los labios del bebé.
Si el bebé ya está mordiendo, acérquelo más a usted para que le resulte más difícil tironear. Después, elimine la succión. Reaccione con calma, sin levantar la voz.
Aquí encontrará más formas de hacer que sea menos probable que su bebé la muerda:
- Antes de amamantarlo, dele algo que pueda morder. Asegúrese de que sea lo bastante grande como para que no se lo pueda tragar ni atragantarse con él y de que no se pueda romper en fragmentos pequeños (riesgo de asfixia por aspiración). Los mejores anillos de dentición son los de goma. Límpielo después de cada uso.
- Dígale: "No hay que morder a mamá. Puedes morder esto." Después, ofrézcale al pequeño un mordillo o un juguete que pueda morder.
- Felicite a su bebé (con un abrazo, un beso o caricias) cada vez que se alimente sin morderla ni intentar morderla.
En general, esto es suficiente para que el bebé deje de morder, pero si continuara haciéndolo, hable con su médico o asesor en lactancia para pedirles consejo.