Hoja informativa sobre la mononucleosis (para las escuelas)
Qué deben saber los maestros
La mononucleosis está causada por el virus Epstein-Barr, un virus frecuente al que se expone la mayoría de los niños en algún momento de su desarrollo. Los bebés y los niños pequeños que se infectan con el virus Epstein-Barr suelen presentar síntomas leves o ningún síntoma en absoluto. Pero los adolescentes y los adultos jóvenes que se infectan con este virus suelen desarrollar los síntomas propios de la mononucleosis. Los síntomas gripales que causa la mononucleosis suelen desaparecer por si solos después de varias semanas de reposo.
La mononucleosis (también conocida como la "enfermedad del beso") se contagia a través de los besos, al toser, al estornudar y al entrar en contacto con la saliva de una persona infectada, como cuando se comparten pajitas, vasos, cubiertos o cepillos de dientes.
Entre los síntomas de la mononucleosis, se incluyen la fiebre, el dolor de garganta con las amígdalas inflamadas, estar muy cansado y los ganglios linfáticos inflamados. Estos síntomas se suelen confundir con los de la faringitis estreptocócica o con los de la gripe.
Entre otros síntomas de la mononucleosis, se incluyen los siguientes:
- dolor de cabeza
- dolores musculares
- falta de apetito
- erupción cutánea
- dolor de vientre
Los alumnos con mononucleosis pueden necesitar:
- faltar a clase durante varias semanas
- hacer todos los deberes y tareas escolares en casa y que les reprogramen los exámenes
- evitar el deporte y las clases de gimnasia hasta que tengan el visto bueno de sus médicos (el virus puede hacer que les aumente de tamaño el bazo, con un riesgo potencial de rotura)
- que les modifiquen la jornada escolar debido al cansancio u a otros síntomas
Qué pueden hacer los maestros
La mononucleosis tiene que seguir su curso natural. Los síntomas suelen durar 2–4 semanas, pero algunos alumnos se pueden sentir cansados y débiles durante varios meses.
Si un alumno con mononucleosis falta a la escuela durante mucho tiempo, trate de encontrar maneras de que se mantenga al día en las tareas escolares para que no se quede atrás ni se sienta agobiado cuando retome las clases.
Para ayudar a prevenir el contagio de infecciones en sus clases, los maestros pueden:
- Animar a sus alumnos a lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia.
- Recordarles que tosan y estornuden siempre en el codo o en un pañuelo de papel desechable, en vez de hacerlo en las manos.
- Recordarles que no compartan bebidas, pajitas, cubiertos ni otros objetos de uso personal.