¿Qué es la osteocondritis disecante?
La osteocondritis disecante es cuando un trozo de hueso y el cartílago a él adherido se desprenden y quedan sueltos. La parte suelta se puede desprender completamente desde el extremo del hueso.
La osteocondritis disecante ocurre más a menudo en la rodilla, el codo o el tobillo. Suele tardar tres meses o más en curarse por completo. Si se cura bien, los niños que la desarrollan no suelen tener problemas duraderos.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la osteocondritis disecante?
La osteocondritis disecante causa dolor en la articulación afectada. El ejercicio físico suele hacer que el dolor empeore.
Si no se trata, esta afección puede conducir a dolor, inflamación, chasquido, crujido o bloqueo de la articulación y posiblemente a artritis.
Causas de la osteocondritis disecante
Los médicos no están seguros de cuál es la causa de la osteocondritis disecante. Se puede formar a raíz de:
- una falta de riego sanguíneo al hueso afectado
- una sobrecarga del hueso por un uso repetido y excesivo, al practicar un deporte u otro tipo de actividad física
- otros procesos
Puesto que la osteocondritis disecante se puede dar por familias, podría tener un origen genético.
¿Quién puede desarrollar una osteocondritis disecante?
La mayoría de los casos de osteocondritis disecante son de niños y adolescente de entre diez y veinte años de edad. Menos a menudo, la pueden desarrollar los adultos, que pueden haberla tenido desde que eran niños o adolescentes.
Esta afección se suele dar en niños muy deportistas y muy activos, como los que practican gimnasia artística, béisbol y fútbol. También afecta a personas cuyos huesos no están rectos, por ejemplo, las que tienen piernas arqueadas (o genu varum) o piernas en X (o genu valgum).
¿Cómo se diagnostica la osteocondritis disecante?
Para diagnosticar una osteocondritis disecante, los profesionales de la salud:
- preguntan sobre los deportes y otras actividades que practica el niño
- le hacen una exploración física
- piden una radiografía y, a veces es, una resonancia magnética (RM)
¿Cómo se trata la osteocondritis disecante?
El tratamiento de la osteocondritis disecante incluye:
- El reposo. Al principio, el reposo debe ser completo y la articulación no debe soportar ningún tipo de peso. Luego, las actividades ligeras de la vida cotidiana y que supongan soportar pesos ligeros, se pueden ir introduciendo lentamente siempre que se toleren bien. Se puede tener que llevar una escayola, una férula, u otro dispositivo ortopédico para mantener inmóvil la articulación.
- Evitar todo movimiento que cause dolor.
- Dejar de hacer deporte u otras actividades intensas.
- Fisioterapia para favorecer la flexibilidad y la fuerza.
Puede ser recomendable operar:
- si no hay mejora después del reposo y de la fisioterapia
- si se desprende por completo un trozo de hueso
- para corregir el problema que está causando la osteocondritis disecante (como las piernas arqueadas o en X)
Para aliviar el dolor, los niños pueden:
- Colocarse hielo o una bolsa de frío sobre el área afectada cada 1 o 2 horas durante 15 minuto seguidos. Poner una toalla fina entre el hielo y la piel para protegerla del frío.
- Tomar medicamentos para el dolor (llamados "analgésicos") según las indicaciones de su médico.
¿Cuándo puede volver a hacer deporte un niño con osteocondritis disecante?
Los niños con osteocondritis disecante suelen necesitar estar un mínimo de varios meses seguidos sin hacer ningún tipo de deporte. Quienes se hayan sometido a una operación necesitarán más tiempo para recuperarse. Retomar el deporte demasiado pronto puede conducir a dolor y a problemas articulares a largo plazo.
Los niños solo deben retomar el deporte si:
- les ha dejado de doler el área afectada
- no tienen ningún problema para llevar a cabo las actividades cotidianas
- han seguido las recomendaciones del médico de dejar reposar la articulación y hacer fisioterapia
- su médico les haya dado el visto bueno para que retomen el deporte
¿Cómo pueden ayudar los padres?
Los niños con osteocondritis disecante se recuperan mejor cuando:
- Van a todas las visitas de seguimiento con su médico.
- Siguen las recomendaciones del médico sobre dejar reposar la articulación y hacer fisioterapia.
- No vuelven a hacer deporte hasta que el médico les haya dado el visto bueno.
Después de retomar el deporte, los niños deben:
- Usar las técnicas adecuadas y jugar siguiendo las normas de seguridad de cada deporte.
- Si juegan a béisbol, seguir las directrices sobre los lanzamientos.
- Ir variando entre deportes. Así, evitarán las lesiones articulares por sobrecarga.
- Dejar de jugar de inmediato si les doliera alguna parte del cuerpo durante un entrenamiento o un partido. Si prosiguiera el dolor, deberían ser evaluados por un entrenador, monitor o profesional de la salud antes de volver a hacer deporte.