Pruebas prenatales: preguntas frecuentes
¿Qué son las pruebas prenatales?
Las pruebas prenatales son pruebas de cribado o pruebas de diagnóstico que ayudan a identificar problemas de salud que pueden afectar a la madre embarazada y/o al bebé antes del nacimiento. Algunas de las afecciones que permiten detectar se pueden tratar, por eso es muy importante detectarlas lo antes posible.
¿Por qué se hacen las pruebas prenatales?
Las pruebas prenatales se hacen durante el primer, segundo y tercer trimestres de embarazo. En el caso de la madre, estas pruebas pueden determinar aspectos fundamentales de su salud que pueden afectar a la salud del bebé, como:
- su grupo sanguíneo
- si padece una diabetes del embarazo o diabetes gestacional, una anemia u otras afecciones médicas
- su inmunidad ante determinadas enfermedades
- si tiene una enfermedad de transmisión sexual (ETS) o cáncer de cuello de útero (o cervical)
En un bebé en proceso de desarrollo, las pruebas prenatales pueden identificar:
- problemas de salud tratables que pueden afectar al bebé
- características del bebé, como el tamaño, el sexo, la edad y su posición dentro del útero
- la posibilidad de que el bebé presente defectos de nacimiento, problemas genéticos u otras afecciones
Algunas pruebas prenatales son pruebas de cribado, y solo revelan la posibilidad de que exista un problema. Otras pruebas prenatales son pruebas de diagnóstico, lo que significa que pueden determinar, con un buen grado de precisión, si el feto tiene un problema específico. Una prueba de cribado puede ir seguida de una prueba de diagnóstico.
Aunque el profesional de la salud que atiende su embarazo (sea un ginecólogo-obstetra, su médico de familia o una enfermera-partera titulada) le pueda recomendar estas pruebas, en última instancia, la decisión de someterse a ellas solo depende de usted.
¿Quién se debe someter a pruebas prenatales?
Algunas pruebas prenatales se hacen de forma sistemática, es decir, se someten a ellas casi todas las mujeres embarazas que reciben cuidados prenatales. Estas pruebas incluyen cosas como un análisis de orina, donde se determinan las proteínas, el azúcar o se buscan posibles signos de infección.
Hay otras pruebas que no se hacen de forma sistemática, de modo que solo son recomendables para algunas mujeres, sobre todo en los embarazos de alto riesgo. Estos embarazos incluyen a mujeres con las siguientes características:
- de 35 años en adelante
- adolescentes
- que hayan tenido un bebé prematuro
- que hayan tenido un bebé con defectos de nacimiento (sobre todo, con problemas de corazón y/o de tipo genético)
- que están embarazadas de más de un bebé
- que tienen la tensión arterial elevada, diabetes, lupus, enfermedades cardíacas, problemas renales, cáncer, una ETS, asma, o un trastorno convulsivo.
- disponen de antecedentes étnicos donde los trastornos genéticos son frecuentes (o tienen un cónyuge con estas características)
¿Qué más debería saber?
Recuerde que estas pruebas se le ofrecen, pero que es usted quien decide si se las hace o no.
Para decidir qué pruebas prenatales son adecuadas para usted, hable detenidamente con el profesional de la salud que atiende su embarazo sobre por qué le recomienda cada prueba, sus ventajas y sus inconvenientes y qué información le pueden aportar sus resultados.
Preguntas que puede hacer:
- ¿Cuál es el grado de precisión de la prueba?
- ¿Qué mide o qué evalúa?
- ¿Qué información permiten obtener los resultados de la prueba?
- ¿Es dolorosa?
- ¿Podría ser peligrosa para el bebé?
- ¿Sus ventajas superan sus inconvenientes?
- ¿Cuánto tiempo tardan los resultados en estar disponibles?
- ¿De qué opciones dispondría si los resultados indicaran la presencia de un problema?
- ¿Que podría ocurrir si no me someto a esa prueba?
- ¿Cuánto cuesta?
- ¿Está cubierta por mi seguro de salud?
- ¿Cómo me debería preparar para la prueba?