Lectores en edad escolar
Escuchar y aprender
Desde el jardín de infantes hasta tercer grado, la capacidad de lectura de los niños crece a pasos agigantados. Si bien los maestros ofrecen mucha ayuda, los padres siguen cumpliendo un papel muy importante en el desarrollo de la lectura de los niños.
Los niños que están empezando a aprender a leer incorporan más información escuchando la lectura de un libro en voz alta que leyéndolo por su cuenta. Esto es especialmente cierto en lo que hace al desarrollo del vocabulario: los niños aprenderán mucho mejor el significado de las palabras si escuchan la lectura de un libro en voz alta y conversan sobre las palabras nuevas con sus padres que si leen un libro por su cuenta.
A medida que las habilidades lectoras de su hijo mejoren, comenzará a leer solo. Pero esto no significa que usted deba dejar de leerle. Leer juntos en voz alta puede ayudar a ampliar el vocabulario, mejorar las habilidades lectoras y fomentar la intimidad entre usted y su hijo. Anímelo a conversar sobre los personajes y comparta sus opiniones sobre los libros para ayudarlo a reforzar la conexión entre lo que se lee y la vida cotidiana.
Su lector en crecimiento
Aquí se puede ver de qué manera suele progresar la lectura desde el jardín de infantes hasta tercer grado:
Jardín de infantes. Este es el momento en el que la mayoría de los niños comienzan a aprender a leer. Es probable que, al finalizar el año escolar, conozcan la mayoría de las letras y sus sonidos, puedan unir palabras con los mismos sonidos al principio o al final y lean o escriban varias palabras sencillas. Quizás también puedan leer un texto simple.
Primer grado. En este año, la mayoría de los niños aprende a leer muchas más palabras. Los niños vocalizan las palabras con una variedad de patrones fónicos, reconocen una mayor cantidad de palabras a simple vista y relacionan el significado con las palabras y las oraciones que leen. Al finalizar el año escolar, la mayoría de los niños de primer grado pueden leer libros simples por sí solos.
Segundo y tercer grado. Los niños de segundo y tercer grado continúan aprendiendo más patrones fónicos y palabras que pueden leer a simple vista. Son capaces de leer en voz alta de forma más expresiva y de corrido, recurren a la lectura para descubrir más acerca del mundo que los rodea y, tal vez, tengan una preferencia por determinados autores o tipos de libros. Es posible que comience a ver un cambio, ya que su hijo comenzará a concentrar su energía en incorporar nueva información a partir del texto. En el mejor de los casos, los niños de esta edad habrán aprendido a leer y ya estarán leyendo para aprender.
Si en algún momento está preocupado por el nivel de lectura de su hijo, hable con el maestro, un consejero escolar y el médico. Tal vez, los niños que no demuestren un progreso adecuado en la lectura tengan algún trastorno de la lectura, como la dislexia. Con la ayuda educativa adecuada, la mayoría de los niños pueden convertirse en pequeños lectores; pero los resultados serán mejores si se detecta y trata el problema a tiempo.
¿Qué puede leer?
A medida que su hijo adquiera más confianza como lector, siga ofreciéndole una gran variedad de libros para que escoja. Cuando tenga que leer en voz alta, busque dos tipos de libros: aquellos que su hijo puede leer por su cuenta y los que se encuentran por encima de su nivel de lectura independiente. Con esta combinación, su hijo puede leer y releer algunos libros por su cuenta, mientras que usted le leerá (o al menos lo ayudará a leer) los libros más difíciles. De este modo, su hijo podrá aprender nuevas palabras.
Cuando tenga que escoger un libro, déjese guiar por los intereses de su hijo. ¿Deportes? ¿Música? ¿Dinosaurios? Ofrézcale libros sobre temas que sabe que le interesan. Por ejemplo, si sabe que su hijo está interesado en las ballenas, busque libros que hablen de exploradores famosos o una ficción histórica que transcurra en buques balleneros. A medida que su hijo crezca, tal vez disfrute con libros más complejos que pueden dejar enseñanzas del mundo y presentan cuestiones sociales o éticas.
Hable con su hijo sobre los libros que está leyendo por su cuenta y en la escuela, y converse sobre sus temas y autores favoritos. Si el autor ha escrito una serie de libros, anime a su hijo a leerlos todos. A algunos niños les gusta hacer una lista con los libros de su autor favorito para leerlos todos.
Otros tipos de libros que los niños pueden disfrutar son los siguientes:
- biografías de personas famosas
- libros sobre niños que enfrentan desafíos
- libros con juegos de palabras
- misterios
- libros de ciencia ficción e historias fantásticas
- sagas
Otra forma de captar el interés de su hijo es escoger libros que tengan una conexión personal. Muéstrele cuáles eran sus libros favoritos en la infancia y cuéntele por qué. Tal vez, los niños también quieran leer versiones infantiles de las revistas que usted lee.
Cuándo y cómo leer
La agenda de un niño en edad escolar puede estar muy ocupada. Es posible que no tengan tiempo para sentarse a cenar porque tiene que pasar a buscar a su hijo por la práctica de fútbol para llevarlo a la clase de música. Pero si puede dedicar 30 minutos al día a la lectura con su hijo, ayudará a garantizar su futuro éxito con la lectura. Y aunque no logre dedicarle 30 minutos, recuerde que cualquier momento que pueda pasar leyendo es mejor que nada.
Use las mismas estrategias que usaba cuando el niño era más pequeño: hable acerca de lo que leyeron antes, durante y después de la historia y hágale preguntas abiertas para animarlo a conversar. Lea de manera expresiva y con entusiasmo.
A esta edad, es importante dejar que su hijo le lea a usted. Podrían optar por turnarse para leer ("Tú lees una página y luego yo leo otra página"). Para ayudarlo con las palabras que no conoce tanto, puede "practicarlas" con antelación pidiéndole al niño que señale las palabras que usted dice en una página determinada o en un renglón específico del texto.
Si su hijo está leyendo y se encuentra con una palabra que le resulta difícil o desconocida, anímelo a leer la palabra pronunciando los sonidos de cada letra o leyendo la palabra por partes. Si la palabra continúa resultándole muy difícil, propóngale salteársela y leer el resto de la oración. Después puede pensar en otra palabra que tendría sentido en ese contexto ("¿Qué palabra quedaría bien en esa oración?").
Tenga cuidado de no corregir todos los errores que cometa su hijo porque esto será frustrante para los dos. Si el libro es muy difícil, ofrézcale cambiarlo y permita que su hijo escoja uno con el que se sienta cómodo para ayudarlo a mejorar su confianza.
Si están leyendo un libro más largo, con capítulos, aquí encontrará algunos consejos para mantener el interés del niño:
- Antes de comenzar un capítulo nuevo, hablen un poco sobre lo que ocurrió en el capítulo anterior.
- Vuelvan a leer las partes que a su hijo le hayan parecido divertidas.
- Deje que su hijo le lea (si desea hacerlo).
- Si una parte del texto es muy complicada para su hijo, no tema resumirla o saltearla. También puede ofrecerse para continuar leyendo.
- Pregúntele a su hijo qué opina de las acciones y las decisiones de un personaje. ¿Qué haría en la misma situación? Deje las preguntas para el final; así su hijo podrá disfrutar de la historia.
- Dé su opinión honesta sobre lo que hayan leído y pídale a su hijo que comparta la suya.
Dedicarle tiempo a la lectura
Leer en voz alta no es la única manera de animar a sus hijos a leer. En la vida cotidiana se presentan muchas oportunidades, como pedirle a su hijo que lea una receta mientras cocinan juntos. O si van a jugar a un juego nuevo, puede pedirle a su hijo que lea las instrucciones en voz alta.
Podría invitar a los niños a participar en la planificación de las vacaciones familiares y pedirles que lean los folletos y las revistas sobre los posibles destinos y que destaquen las cosas que les interesen.
Compre un diccionario infantil para que los niños puedan buscar definiciones de palabras nuevas y, si tienen preguntas, ayúdelos a buscar las respuestas en una enciclopedia o en línea. Cuando usen Internet, ayude a sus hijos a cuestionar y analizar de manera crítica la información que encuentren.
Los niños deben tener un pase para una biblioteca y contar con muchas oportunidades de usarlo. Permita que ellos seleccionen los libros y pídale ayuda al bibliotecario para encontrarlos.
Hágase un tiempo para leer juntos todos los días. A medida que su hijo crezca y pase menos tiempo del día con usted, leer juntos diariamente puede ser una forma de conectarse. Hablar sobre lo que han leído le permite saber lo que su hijo imagina y piensa del mundo.