El sueño, o su falta, es una preocupación frecuente entre los padres. Algo que los padres primerizos no tardan en aprender es que el bienestar de todos los miembros de la familia depende de lo bien que esté durmiendo el bebé. Y, cuando se vuelven mayores, los niños que no duermen lo suficiente pueden tener problemas para prestar atención y cambios de humor, así como problemas de comportamiento y de aprendizaje.
¿Qué ocurre durante el sueño?
Cuando dormimos, nuestro cerebro deambula entre dos tipos de sueño: el sueño no MOR y el sueño MOR (movimientos oculares rápidos; REM, en inglés). Todas juntas, las fases de sueño no MOR y MOR forman un ciclo de sueño. Los bebés pasan una mayor parte de su tiempo de sueño en MOR y sus ciclos son más cortos que los de los adultos. La cantidad de tiempo de sueño MOR se reduce y los ciclos de sueño se alargan a medida que los niños se van haciendo mayores. En torno al momento en que los niños empiezan a ir al colegio, un ciclo de sueño completo dura unos 90 minutos, algo bastante parecido al sueño propio de los adultos.
Las fases 1 y 2 de sueño no MOR son fases de sueño ligero:
- una persona se puede despertar con facilidad.
- Los movimientos oculares se enlentecen, los ritmos cardíaco y respiratorio también son más lentos y baja la temperatura corporal.
La fase 3 de sueño no MOR es de sueño profundo:
- en esta fase, es más difícil despertar a la persona. Si una persona se despierta en esta fase del sueño, se suele sentir atontada y confundida.
- Los terrores nocturnos, el sonambulismo y mojar la cama suelen ocurrir durante esta fase.
- Se trata de la fase del sueño más reparadora. Es durante esta fase del sueño cuando el cuerpo libera las hormonas necesarias para crecer y desarrollarse.
Al final, la fase MOR completa el ciclo de sueño:
- los ojos se mueven deprisa bajo los párpados, la respiración se acelera y el corazón también late más deprisa. No se pueden mover los brazos ni las piernas durante la fase de sueño MOR.
- Es en esta fase cuando tenemos los sueños más vívidos.
- El sueño MOR es importante para el aprendizaje y la memoria.
¿Cuánto tiempo de sueño necesitan los niños?
La cantidad de tiempo que necesitan dormir los niños es algo que varía en función de la edad. Aunque cada niño es diferente, los expertos recomiendan:
- bebés (0–3 meses): 14–17 horas, incluyendo las siestas
- bebés (4–12 meses): 12–16 horas, incluyendo las siestas
- primera infancia (de 1 a 2 años): 11–14 horas, incluyendo siestas
- preescolar (3–5 años): 10–13 horas, incluyendo las siestas
- etapa escolar (6–13 años): 9–12 horas
- adolescentes (14–17 años): 8–10 horas
¿Cómo puedo saber si mi hijo está durmiendo lo suficiente?
Un niño que no esté durmiendo los suficiente puede:
- quedarse dormido durante día
- estar hiperactivo (sobre todo, si es pequeño)
- tener problemas para prestar atención
- tener dificultades académicas
- estar irritable, inquieto, malhumorado o cascarrabias
- tener problemas de comportamiento
¿Qué cosas pueden ayudar a los niños a dormir?
Para niños de todas las edades, establezca una rutina para la hora de acostarse que favorezca unos buenos hábitos de sueño. Estos consejos pueden ayudar a los niños a tener un sueño nocturno reparador:
- Tener una hora de acostarse que sea regular. Puede darle a su hijo dos avisos: uno, unos 30 minutos antes de acostarse y el otro, 10 minutos antes.
- Anime a los niños mayores y a los adolescentes a tener una hora de acostarse que les permita dormir las horas de sueño necesarias para su edad. Una rutina para la hora de acostarse pude incluir cepillarse los dientes, leer un libro o escuchar música tranquila.
- Apague todas las pantallas (de televisión, computadoras, teléfonos, tabletas y videojuegos) por lo menos 1 hora antes de acostarse. Considere la posibilidad de sacar todos los dispositivos provistos de pantalla del dormitorio de su hijo.
Más información sobre el sueño en función de la edad
Aprenda más cosas sobre el sueño a medida que su hijo vaya creciendo: