Viajar con una alergia alimentaria
Organizar un viaje puede ser estresante para cualquiera. Pero las personas con alergias alimentarias se pueden angustiar incluso más por el hecho de tener que alejarse de su ambiente conocido y familiar. Pero con planificación y preparación, puedes disfrutar viajando con seguridad.
¿Cómo me puedo preparar el viaje?
Tal vez la mejor forma de tranquilizarte y de aumentar la seguridad en ti mismo sea que investigues y te informes bien para que puedas organizar tu viaje a conciencia. Piensa con tiempo de antelación. Tú ya sabes convivir con tu alergia alimentaria; lo haces día tras día. Las estrategias que te ayudan a abordar tu alergia cuando estás en casa pueden funcionar igual de bien cuando viajes.
En vez de tratar de ignorar tus preocupaciones, utilízalas como una guía para prepararte y así poder afrontar los tipos de situaciones con que te podrías encontrar en tu lugar de destino.
Piensa sobre qué tipo de situaciones te podrías encontrar y cómo las deberías afrontar. Habla sobre cualquier preocupación que tengas con tus mejores amigos y con los miembros de tu familia que vayan a viajar contigo. No solo pueden ayudarte a evitar situaciones arriesgadas, sino que también pueden ser tu sistema de apoyo emocional.
Si el viaje lo va a organizar una persona que no pertenece a tu familia (como un profesor o el padre de un amigo tuyo), asegúrate de que esa persona tiene bien claras cuáles son tus necesidades. Asegúrate también de que esa persona está lo bastante informada sobre las alergias alimentarias como para poder cuidar de ti.
Planificar las cosas con antelación te ayudará a sentirte menos angustiado por lo que podría ir mal y más entusiasmado con la aventura que se avecina. Empieza elaborando un listado detallado de las cosas que tienes que hacer con un par de semanas a un mes de antelación.
- Elige bien el lugar de destino. A las personas con alergias alimentarias, les puede resultar más complicado decidir a dónde ir. Asegurarte de que hay lugares seguros para comer y de que existe un hospital cercano puede desempeñar un papel en tu decisión.
- Comprueba que dispones de suficientes medicamentos. Comenta con tu alergólogo tus planes de viaje con tiempo de antelación para estar seguro de que dispondrás de todos los medicamentos que vas a necesitar durante el viaje, desde los antihistamínicos hasta los inyectores de adrenalina (o epinefrina). No confíes en las farmacias del lugar de destino para obtener tus medicamentos, puesto que en el extranjero los medicamentos pueden no ser los mismos. En vez de ello, llévate los medicamentos. Si tu seguro de salud o tu farmacia limita la cantidad de medicamentos que se pueden adquirir a la vez, una carta de tu médico donde explique tu situación podría permitir hacer una excepción. Asimismo, si vas a viajar en avión o tren, pídele a tu médico que escriba una carta donde te autorice a llevar tus medicamentos a fin de evitar posibles confusiones o retrasos en los controles de seguridad.
- Infórmate sobre los hospitales y la atención médica disponibles en el lugar de destino. Antes de salir de viaje, averigua dónde se encuentra el servicio de urgencias médicas más cercano y cuánto tiempo tardarías en llegar allí. De este modo, en caso de necesitar atención médica urgente, sabrás a dónde ir.
- Infórmate sobre los establecimientos de comida, los restaurantes y los alojamientos. Mucho antes de iniciar el viaje, averigua qué establecimientos (en caso de que haya alguno) de tu lugar de destino disponen de productos seguros para ti, es decir, restaurantes que tengan en cuenta el tema de las alergias alimentarias, y qué alojamientos disponen de habitaciones provistas de cocina. Los grupos de apoyo y los sitios web de las asociaciones de alergias alimentarias pueden ser de gran ayuda, independientemente de que viajes por tu país o al extranjero.
- Si vas a viajar al extranjero y hablas el idioma del lugar de destino, dirígete directamente a los responsables de los establecimientos de comida, restaurantes y alojamientos. Si tienes el impedimento de no conocer el idioma del país o necesitas más respuestas, pide ayuda a las organizaciones de alergias alimentarias, las agencias de viajes, los organizadores del viaje o los amigos o parientes que vivan en el lugar de destino. Prepara un listado de preguntas a formular antes de hacer las llamadas y anota sus respuestas.
- Infórmate sobre el transporte. Si piensas compartir coche, informa a tus compañeros de viaje sobre tu alergia alimentaria. Si piensas viajar en tren, autobús o avión, infórmate sobre sus reglamentos y servicios. ¿Acaso sirven tentempiés que contienen ingredientes a los que eres alérgico? ¿Puedes embarcar con tiempo de antelación para limpiar el área donde te vas a sentar sin molestar a otros pasajeros?
- Si vas a viajar en avión, infórmate sobre las distintas líneas por adelantado. Algunas líneas son más serviciales que otras en lo que respecta a las alergias alimentarias. Expón y comenta cuáles son tus necesidades mucho antes de hacer la reserva. Puedes pedir tentempiés que sean seguros para ti, pero lleva encima tu propia comida por si acaso. Cuando embarques, recuerda cuáles son tus necesidades al personal de vuelo. Si así te sientes más seguro, pide al personal de vuelo que informen a otros pasajeros sobre tu alergia.
- Lleva encima suficientes medicamentos. Guarda tus medicamentos en tu bolsa de mano para que te resulten de fácil acceso. Lleva también en tu bolsa de mano tu plan de acción contra la alergia. Debería estar firmado por tu médico y describir la alergia que padeces y el tratamiento que necesitas. Envuelve bien y coloca con cuidado los envases de tus medicamentos dentro de la bolsa para que no se aplasten, rompan o tengan escapes.
- Lleva toallitas húmedas para las manos. Lávate las manos a fondo y con frecuencia. Y no te las lleves a la boca, la nariz o los ojos para prevenir posibles contactos accidentales con los alérgenos. Cuando estés viajando, es posible que no puedas acceder al agua corriente ni al jabón. Si viajas bien abastecido de toallitas húmedas desechables, podrás tener la seguridad de que siempre llevas las manos limpias y podrás limpiar el área del asiento en cualquier medio de transporte, donde podrías entrar en contacto con posibles alérgenos.
- Incluye alimentos seguros en tu equipaje. De ser posible, lleva suficiente cantidad de alimentos seguros para poderte alimentar por lo menos al principio del viaje. Por descontado, la cantidad de comida a llevar dependerá de adónde vayas y del tiempo que vaya a durar tu viaje. Si te diriges a un lugar donde es difícil comprar o pedir alimentos no alergénicos, llévate unas buenas provisiones. Si vas a estar en un lugar donde puedes comprar y prepararte tu propia comida, lleva menos cantidad de alimentos. Si piensas viajar al extranjero y no conoces el idioma del lugar de destino, no podrás leer las etiquetas de los productos de los establecimientos de alimentación. Entérate de qué está permitido introducir en el país de destino, ya que puede haber restricciones.
- Informa a los demás sobre tu alergia. Es una buena idea llevar una pulsera de identificación médica cuando viajes para que la gente te pueda ayudar en el caso de que necesitaras recibir ayuda de emergencia. También es posible que te interese llevar un formulario, firmado por tu médico, donde se autorice a otras personas a administrarte medicamentos, como la adrenalina, en caso de emergencia.
- Si vas a comer alimentos preparados por otras personas, lleva encima una "tarjeta para el chef" personalizada. Este tipo de tarjetas detallan las alergias alimentarias de cada persona y ayudan al personal de la cocina a prepararle comidas seguras. En los sitios web sobre alergias alimentarias, existen modelos de este tipo de tarjetas en muchos idiomas diferentes. De todos modos, la tarjeta no es un buen sustituto de la comunicación directa. Lo mejor es hablar directamente con el camarero y tal vez con el chef cuando comas fuera.
Estar alerta, adoptar precauciones y llevar siempre encima medicamentos de emergencia forman parte de la vida normal de una persona afectada por una alergia alimentaria. Cuando hayas viajado una vez o un par de veces, te acostumbrarás a la dinámica, y viajar con una alergia alimentaria también pasará a formar parte de tu rutina. Y, gracias a los viajes, pronto descubrirás lo bien que sabes cuidar de ti mismo.