Los hidratos de carbono y la diabetes
Todos los niños, incluso los que tienen diabetes, pueden y deben ingerir hidratos de carbono como parte de una dieta saludable.
De todos modos, los niños con diabetes deben prestar una mayor atención a lo que comen. ¿Por qué? Porque cuantos más hidratos de carbono ingieras, más insulina necesitará tu cuerpo. ¿Por qué? Porque tu cuerpo transforma los hidratos de carbono en glucosa, una sustancia que tus células utilizan como fuente de energía. Y la glucosa no puede entrar en las células sin una sustancia llamada insulina.
Los niños con diabetes tienen un problema con la insulina, lo que hace que a la glucosa le cueste mucho entrar dentro de las células:
- En la diabetes tipo 1, el páncreas no puede fabricar insulina.
- En la diabetes tipo 2, el páncreas puede fabricar insulina, pero el cuerpo no la usa como debería.
En ambos tipos de diabetes, cuando la glucosa no puede entrar en las células, la concentración de azúcar en sangre sube demasiado. Si una persona tiene unas concentraciones de azúcar alta en sangre, es muy probable que se sienta mal.
El azúcar, la fécula y la fibra son todos hidratos de carbono
Los hidratos de carbono, que se encuentran en alimentos como el pan, la fruta y las golosinas, aumentan tu azúcar en sangre. Por eso, si tienes una diabetes, es posible que creas que no debes comer hidratos de carbono en absoluto. Pero los hidratos de carbono son uno de los tres componentes principales de los alimentos (los otros son las proteínas y las grasas).
Los hidratos de carbono vienen en tres formas: azúcar, almidón y fibra. Conseguir el equilibrio adecuado entre los tres es fundamental para mantener el azúcar en sangre dentro de unos márgenes saludables. Ayuda saber que:
- Los azúcares añadidos suben el azúcar en sangre rápidamente. Los alimentos con azúcar añadido (como los pasteles, las galletas y los refrescos) aumentan muy deprisa la concentración de azúcar en sangre. Es posible que veas escritas las palabras azúcar, jarabe de maíz, dextrosa, sacarosa o fructosa en las etiquetas alimentarias. Los alimentos que contienen azúcar de forma natural (como la fruta, la leche o el yogur griego) no hacen que el azúcar te suba tan deprisa como los azúcares añadidos y son mucho mejores para ti.
- Algunos almidones suben el azúcar en sangre lentamente. Por lo general, los almidones que están menos procesados tienden a subir el azúcar el azúcar en sangre con mayor lentitud. Esto incluye alimentos como el arroz integral, las lentejas y la avena. Los alimentos muy procesados, como el arroz blanco y el pan blanco, suben el azúcar en sangre más deprisa.
- La fibra ayuda a enlentecer la absorción de azúcar. Una dieta que contenga mucha fibra puede ayudar a los niños con diabetes a mantener las concentraciones de azúcar en sangre dentro de unos márgenes saludables. La fibra de los alimentos ayuda a descomponer los hidratos de carbono en azúcar más despacio. Unas buenas fuentes de fibra son la fruta y la verdura, los frutos secos y las semillas, así como los cereales integrales. La fibra también ayuda a sentirse lleno, y hace que el sistema digestivo vaya más ligero.
Los hidratos de carbono te proporcionan la energía que necesitas para avanzar a lo largo del día. Hacer buenas elecciones en lo que se refiere a los hidratos de carbono y seguir tu plan de control de la diabetes te ayudarán a mantener el azúcar en sangre dentro de unos márgenes saludables. Si algunos alimentos que te encantan no se encuentran en tu plan de alimentación actual, pide a tus padres o a los miembros del equipo médico que te lleva que te los incluyan. Si necesitas contar los hidratos de carbono o tienes preguntas sobre qué puedes comer, habla con el dietista o nutricionista de tu equipo médico. Adoptando un enfoque inteligente para equilibrar los hidratos de carbono con la insulina y el ejercicio físico que haces, podrás disfrutar de la comida y mantenerte sano.