Los niños hablan sobre: Tener miedo
A todo el mundo le dan miedo algunas cosas. Eso es lo que nos dijeron más de 1.700 niños sobre los miedos y los temas terroríficos. Algunos no soportan la oscuridad. A otros les asustan las pesadillas y las películas de terror. Y hay otros a quienes les asustan los perros, las serpientes o las arañas.
A Tommy, de 11 años, le asusta la oscuridad porque teme que alguien les entre a robar en casa.
Madison, de 10, teme los pinchazos de las vacunas, y una vez se metieron con él cuando explicó que le asustaban las tormentas. "Traté de cambia la historia, pero ellos ya lo sabían. Y pasé mucha vergüenza", nos dijo.
Los miedos principales
Dimos a un grupo de niños una lista con 14 cosas que suelen asustar a la gente y les preguntamos cuáles de ellas les asustaba más. Aquí tienes las 5 respuestas que obtuvieron las puntuaciones más altas en nuestra encuesta:
- películas y programa de miedo de la televisión
- pesadillas o sueños que asustan
- tormentas, huracanes, tempestades y otros problemas relacionados con el clima
- la guerra y el terrorismo
- los ruidos que oyen por la noche
Pero no todo el mundo se asusta de las mimas cosas. Y lo que asusta mucho a una persona puede no ser gran cosa para otra persona. Muchos niños nos dijeron que su mayor miedo no se encontraba en la lista.
Raquel, de 11 años, fue una de ellos. Su mayor miedo era una medusa gigante que vive en la costa australiana. "No me gustaría toparme con una porque son más grandes que una persona y tienen unas púas enormes que te pueden matar en solo 3 segundos", dijo Raquel.
A Kate, de 9, le encantaría superar su problema con el salto mortal hacia atrás. Nunca lo hago aunque sé que puedo hacerlo. Tengo mucho miedo de hacerme daño", nos dijo.
Un par de niños nos dijeron que les asustaban los funerales. Había otros niños que temían los fuegos artificiales. A unos pocos niños, les asustaba incluso ir solos a unos lavabos grandes, como los de la escuela o los de unos grandes almacenes.
Las cuestiones relacionadas con la salud también pueden asustar a algunos niños. Aparte de que les pongan las inyecciones de las vacunas, algunos niños dijeron que les asustaba vomitar, mojar la cama por la noche, o ponerse gordos.
A Morgan le encantaría dejar de tener miedo a montar en la montaña rusa. ¿Por qué? "Pues, porque tengo 9 años, y a toda mi familia le encanta. Y no solo por eso -nos dijo Morgan-. Kerri, mi mejor amiga me dijo que era rara porque no me gustan muchas cosas con las que la gente se lo pasa bien."
Pero ¿qué es el miedo?
El miedo es una emoción que tiene todo el mundo, todos lo llevamos programado, y eso es bueno, porque el miedo nos protege. Todos nacemos con la capacidad de tener miedo para que podamos reaccionar ante las cosas que pueden ser peligrosas.
Un bebé llora cuando tiene miedo, incluso aunque el ruido que lo haya asustado solo sean los golpes que su hermano mayor le está dando a las cacerolas en la cocina. El bebé llora, viene su mamá y lo consuela, ayudándole a sentirse seguro de nuevo. ¡Y así se siente mejor! Ahora, con la ayuda de su mamá, el bebé puede experimentar la calma después de haber tenido miedo, algo que todo el mundo necesita aprender conforme se va haciendo mayor. (¡Bien hecho, bebé!) Los niños mayores oyen el alboroto de la cocina y se dicen a sí mismos: "No es nada. Mi hermano está haciendo ruido en la cocina".
Miedo real y miedo ficticio
La mejor manera de vencer un miedo es informarse más sobre él. A medida que un niño va creciendo, va entendiendo más el mundo y empieza a captar la diferencia entre lo real y lo ficticio. Por lo tanto, cuando la imaginación de William lo lleva a pensar en brujas y hombres lobo, se puede decir a sí mismo: "Espera un minuto. Solo son cosas de tu imaginación. No necesito preocuparme por ellas."
Lo mismo se aplica a la oscuridad. La imaginación de un niño se puede desbocar cuando se apagan las luces. ¿Qué hay debajo de mi cama? ¿Eso que oigo podría ser un ladrón? Con la ayuda de sus padres, los niños se sentirán más cómodos en la oscuridad. Usando una lamparita o una linterna y orientándola hacia debajo de la cama para ver que allí no hay nada puede ayudar a vencer el miedo.
También te puedes decir: "Los ladrones existen, ¿entonces?" Cierto, pero te sentirás más seguro sabiendo que la puerta de tu casa está bien cerrada y que tus padres estarían cerca en el caso de que surgiera algún problema. En otras palabras, ¡tápate bien y duerme a pierna suelta!
Cuando los miedos están bien
Hay otros miedos que tienen los niños que tiene sentido y que no se tienen que superar. Si te asusta montar en bicicleta en una autopista de mucho tráfico, está bien. Debes temerlo porque es peligroso. No es necesario superar un miedo como ese, ni siquiera si alguien te tienta a hacerlo. En lugar de eso, busca un lugar seguro para montar en bicicleta.
También es adecuado que Raquel tenga miedo de las medusas australianas gigantes porque son realmente peligrosas. Pero no tiene que temerlas constantemente, ni siquiera cada vez que nade en el mar. Esas medusas solo viven en las aguas de algunos océanos que bañan Australia. Por lo tanto, cuando Raquel nade lejos de esas aguas, no se debe preocupar por las medusas gigantes.
Y está bien que a Kate le dé un poco de miedo hacer mortales hacia atrás, porque se podría hacer daño. Pero Kate también puede crear unas condiciones más seguras para hacer el mortal hacia atrás, como que su entrenador le enseñe hacerlo y la ayude a hacerlo. Y, a la larga, se acabará sintiendo preparada para hacerlo sola.
Nick, de 12 años, sabe que dar pequeños pasos lo puede llevar al éxito. Le solía dar miedo tocar la trompeta delante de la gente. Pero, con el paso del tiempo, fue aprendiendo a tocarla delante de grupos cada vez más grandes. Nos dijo: "Al principio, solo tocaba la trompeta delante de mi mamá, luego de mi familia, luego de mis compañeros de clase y ahora ya me atrevo a hacerlo delante de toda la escuela".
¿Qué hacer?
A veces, lo peor de tener miedo es no saber qué hacer. Aquí encontrarás las 3 principales cosas que hacían los niños que contestaron a nuestra encuesta para sentirse mejor cuando tenían miedo:
- Hacer algo, como jugar fuera de casa, escuchar música o ver la tele.
- Hablar con uno de sus padres.
- Hablar con un amigo.
Hablar con un amigo puede ayudar, sobre todo si se trata de una persona que te apoya. En torno a la mitad de los niños que hicieron la encuesta dijeron que se habían metido con ellos porque tenían miedo. Y hubo incluso más, el 75%, que dijeron que a veces habían dicho que no tenían miedo cuando lo tenían. Y que lo hacían para que no se pudieran meter con ellos. ¡Apoya a tu amigo hoy y es posible que él te apoye a ti mañana!
Aquí tienes varios mensajes que nos han dado los niños para afrontar sus miedos:
Mónica, de 10 años, sugiere que, si tienes miedo al costarte, escuches la radio hasta que concilies el sueño. Naruto, también de 10, recomienda escribir o dibujar lo que te asusta y luego romper el papel. Jesica, de 8 años, ha comprobado que la ayuda inspirar profundamente cuando se asusta.
Amanda, de 10 años, cree que los niños deben hablar con uno de sus padres o con el orientador escolar cuando tengan miedo. "Ellos ya encontrarán una manera de ayudarte a superarlo", dice.
Bethany, de 9 años, quiere que los niños se mantengan firmes, o sea que le damos a ella la última palabra: "Inténtalo, vuélvelo a intentar y no tires nunca la toalla", dice. "¡No estás solo!"