¿Qué es el botulismo del lactante?
El botulismo del lactante es una enfermedad que puede ocurrir cuando un bebé ingiere toxinas procedentes de un tipo de bacteria. Los bebés con esta afección pueden tener debilidad muscular, llanto débil y dificultades para respirar. Deben ser tratados en un hospital. Con un diagnóstico precoz (temprano) y las atenciones médicas adecuadas, un bebé se puede recuperar por completo de esta enfermedad.
Causas del botulismo del lactante
El botulismo del lactante está causado por una toxina (un veneno) procedente de la bacteria Clostridium botulinum, que vive en la tierra y en el polvo. Esta bacteria se puede encontrar en superficies como las alfombras y los suelos y también puede contaminar la miel. Por este motivo, no se debe dar nunca miel a bebés de menos de un año de edad.
Estas bacterias son inofensivas para los niños mayores y para los adultos. Esto se debe a que sus sistemas digestivos, más maduros, son capaces de desplazar las toxinas por el cuerpo antes de que les causen algún daño.
El botulismo del lactante suele afectar a bebés entre 3 semanas de vida y 6 meses de edad. Pero todos los bebés corren el riesgo de contraerla hasta que cumplen un año.
¿Cuáles son los signos y los síntomas del botulismo del lactante?
Los bebés con botulismo del lactante pueden tener:
- estreñimiento (a menudo es el primer signo que perciben los padres)
- debilidad en los músculos faciales que hace que su cara parezca ser inexpresiva
- llanto débil
- debilidad en los músculos de brazos, piernas y cuello
- dificultades para respirar
- dificultades para tragar, con mucho babeo
También se pueden alimentar mal o moverse menos de lo normal.
¿Cómo se diagnostica el botulismo del lactante?
Los médicos diagnostican el botulismo del lactante preguntando a los padres por los síntomas del bebé. También explorarán al bebé y es posible que pidan pruebas para saber cómo están funcionando sus músculos.
¿Cómo se trata el botulismo del lactante?
Los bebés con botulismo del lactante necesitan cuidados hospitalarios, y suelen ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Los equipos médicos que los atienden intentarán limitar los problemas que puede causar la toxina en el cuerpo del bebé.
Los médicos tratan el botulismo con una antitoxina llamada inmunoglobulina botulínica humana intravenosa (IGB-iv). Administran esta sustancia a los bebés lo antes posible. Los bebés con botulismo que reciben este tratamiento se recuperan antes y pasan menos tiempo en el hospital que los que no lo reciben.
Si la toxina afecta a los músculos que participan en la respiración, puede ser necesario conectar al bebé a una máquina que lo ayude a respirar (o respirador) durante unas pocas semanas hasta que se ponga más fuerte. El botulismo también puede afectar a los músculos que se usan para tragar, por lo que los bebés suelen necesitar que los alimenten por vía intravenosa (VI).
¿Se puede prevenir el botulismo del lactante?
Los expertos no saben por qué algunos bebés desarrollan botulismo y otros no.
Una forma de reducir el riesgo de que los bebés contraigan esta enfermedad consiste en no dar miel o cualquier alimento procesado que contenga miel antes de que cumplan un año de edad. La miel es una fuente probada de bacterias. Si tiene alguna duda sobre otros productos que es mejor evitar, pregúnteselo al médico de su hijo.