Entender la dislexia
¿Qué es la dislexia?
La dislexia es un tipo de trastorno del aprendizaje. Las personas con un trastorno del aprendizaje tienen problemas para procesar las palabras y/o los números. Hay varios tipos de trastornos del aprendizaje. "Dislexia" es el término que se usa cuando una persona tiene dificultades para aprender a leer, a pesar de ser inteligente y de estar motivada para aprender.
¿Cuál es la causa de la dislexia?
La dislexia no es una enfermedad. Se trata de un trastorno con el que se nace y que se suele dar por familias. Las personas con dislexia no son tontas ni holgazanas. La mayoría de ellas tiene una inteligencia normal o por encima de lo normal, y se esfuerza mucho para superar sus problemas de lectura.
La dislexia ocurre porque el cerebro procesa la información de manera diferente. Las imágenes cerebrales muestran que, cuando la gente con dislexia lee, usa partes del cerebro distintas a las que usa la gente sin dislexia. Estas imágenes también muestran que el cerebro de las personas con dislexia no funciona eficazmente mientras leen. Por eso, su lectura parece tan lenta y complicada.
¿Qué ocurre en la dislexia?
La mayoría de las personas creen que la dislexia hace que una persona invierta las letras y los números, y que vea las palabras al revés. Pero la inversión de las palabras es una etapa normal del desarrollo y les ocurre a muchos niños hasta el primer o segundo grado.
El principal problema de la dislexia es la dificultad para reconocer los fonemas. Los fonemas son los sonidos básicos que conforman el lenguaje. Por lo tanto, un niño con dislexia tiene dificultad para relacionar el sonido con el símbolo de la letra correspondiente y para combinar los sonidos y formar palabras.
Esto hace que le resulte difícil reconocer palabras cortas y conocidas o pronunciar palabras más largas. A una persona con dislexia le lleva mucho tiempo pronunciar una palabra al leerla. Y como la lectura le lleva más tiempo y concentración, con frecuencia no captan el significado de la palabra y no logran comprender bien lo que leen.
No es de extrañar que las personas con dislexia tengan dificultad con la ortografía. También pueden tener problemas para expresarse, tanto por escrito como oralmente. La dislexia es un trastorno del procesamiento del lenguaje y puede afectar a todas las formas del lenguaje: escrito u oral.
Algunas personas tienen formas más leves de dislexia y, por eso, tienen menos dificultades en esas otras áreas del lenguaje escrito y oral. Algunas personas controlan la dislexia, pero se necesita de un gran esfuerzo y trabajo arduo. La dislexia no desaparece por sí sola ni es algo que una persona pueda superar con el tiempo. Afortunadamente, con la ayuda adecuada, la mayoría de las personas con dislexia aprenden a leer. Con frecuencia, descubren otras formas de aprender y usan esas estrategias para sus vidas.
¿Qué sienten los niños que tienen dislexia?
Si tienes dislexia, es probable que te cueste leer incluso palabras sencillas que haz visto muchas veces. Seguramente leas despacio y sientas que tienes que esforzarte mucho al leer. Quizás mezcles las letras de una palabra; por ejemplo, puede ser que leas "vea" en lugar de "ave". Además, las palabras se pueden entremezclar y no existan los espacios.
Tal vez te resulte difícil recordar lo que has leído. Es probable que recuerdes más fácilmente la información si alguien te la lee o si la escuchas. Los problemas con enunciados en matemática pueden resultarte especialmente complicados, aun cuando domines los conceptos básicos de aritmética. Si debes hacer una presentación frente a la clase, tal vez te cueste encontrar las palabras adecuadas o recordar los nombres de varios objetos. A las personas con dislexia les suele costar mucho la escritura y la ortografía.
¿Cómo se diagnostica la dislexia?
Las personas con dislexia suelen encontrar maneras de controlar su trastorno y entonces nadie sabe que están enfrentando una dificultad. Es posible que esto te ahorre malos ratos, pero recibir ayuda puede hacer que la escuela y la lectura sean mucho más sencillas. La mayoría de las personas reciben su diagnóstico en la infancia, pero con frecuencia se diagnostica a adolescentes e incluso adultos.
Si un padre o un maestro nota muchos de los siguientes problemas, es posible que se trate de un caso de dislexia:
- pocas habilidades lectoras, aun cuando el niño tiene una inteligencia normal
- pocas habilidades de escritura y ortografía
- dificultad para completar las tareas y los trabajos dentro del tiempo asignado
- dificultad para recordar el nombre correcto de las cosas
- problemas para memorizar números de teléfono o listas escritas
- problemas con las indicaciones (mezclarse la izquierda con la derecha o confundir arriba y abajo) o con la lectura de mapas
- dificultad en las clases de idiomas extranjeros
Que una persona presente uno de estos problemas, no significa que tenga dislexia. Pero si una persona tiene varios de estos síntomas, es conveniente que la evalúen para ver si sufre este trastorno.
La dislexia solo se puede diagnosticar mediante una evaluación exhaustiva e integral hecha por un especialista en lectura o un psicólogo, ya sea dentro o fuera de la escuela.
Control de la dislexia
La mayoría de los estudiantes con dislexia suelen trabajar con un profesor de apoyo, tutor o educador psicopedagógico especializado en la lectura que les enseña a leer y escribir, así como a controlar este trastorno. Algunos trabajan con un terapeuta académico (también llamado terapeuta educacional o terapeuta del lenguaje académico) que está capacitado para trabajar con estudiantes que tienen dislexia.
En EE. UU., las leyes federales otorgan a los niños y adolescentes con problemas de lectura y otros tipos de problemas de aprendizaje relacionados con el lenguaje (conocidos conjuntamente como "trastornos específicos del aprendizaje") el derecho a recibir ayuda especial en las escuelas públicas, instrucción especializada, tiempo adicional para hacer exámenes y/o deberes, o ayuda para tomar apuntes. La aplicación de estas leyes varía de un estado a otro. Pregúntale a uno de tus padres, a un maestro o a un coordinador de servicios de trastornos del aprendizaje cómo puedes hacer para recibir estos servicios si los necesitas.
El apoyo emocional es muy importante. Las personas con dislexia suelen frustrarse porque, sin importar cuánto lo intenten, no logran seguir el ritmo de los demás estudiantes. Tal vez sientan que no son tan inteligentes como sus compañeros y escondan sus problemas portándose mal o convirtiéndose en el payaso de la clase. Tal vez intenten que otros estudiantes hagan sus trabajos por ellos. Quizás finjan que no les preocupan sus calificaciones o actúen como si creyeran que la escuela es una tontería.
La familia y los amigos pueden ayudar a que las personas con la dislexia comprendan que no son tontas ni holgazanas, y que están haciendo todo lo que pueden. Es importante reconocer y apreciar las fortalezas de cada persona, ya sea que se destaque en los deportes, la actuación, el arte, la resolución creativa de problemas o cualquier otra cosa.
Las personas con dislexia no se deben sentir limitadas en sus opciones académicas y de desarrollo profesional. La mayoría de las universidades hacen adaptaciones para los estudiantes con dislexia y les ofrecen trabajar con tutores capacitados, herramientas de aprendizaje, software, grabaciones de las lecturas necesarias y arreglos especiales para los exámenes.