Seis maneras de estudiar mejor para los exámenes
Te acabas de enterar de que tienes un examen de matemática el viernes... justo el mismo día que el complicado examen de historia y la evaluación semanal de verbos en inglés. ¿Se han vuelto locos? ¿Cómo harás para estudiar todo?
No entres en pánico. Existen muchas formas de estudiar bien. Estos consejos te pueden ayudar a hacer tus exámenes con confianza.
1. Comienza a estudiar en la escuela
El estudio para los exámenes y las evaluaciones comienza mucho antes de que te enteres de que tendrás un examen. Las buenas técnicas de estudio comienzan en la clase, mientras tomas apuntes.
Puede llevarte algo de tiempo aprender las estrategias para tomar apuntes más adecuadas para ti. Tal vez te des cuenta de que solo necesitas escribir frases breves que te ayudarán a recordar lo que dijo el profesor. O quizás seas de los que prefieren escribir todo lo posible. A algunas personas les gusta usar un organizador gráfico para tomar apuntes. Existen libretas que tienen páginas con recuadros y otras formas para que puedas escribir dentro de ellas y esto te ayude a estructurar algo, como un ensayo. Prueba las distintas maneras de tomar apuntes para poder decidir la que mejor se adapta a ti.
Mantén los apuntes o notas organizados por asignatura y asegúrate de que sean fáciles de leer y repasar. Esto puede implicar que debas copiar algunos apuntes en tu casa o durante una hora libre cuando todavía tienes la información fresca en tu mente, pero esto te ayudará a recordar mejor el material.
2. Planifica tu horario de estudio
Cuando te sientes a estudiar, piensa cuánto tiempo quieres dedicarle a cada tema. Esto te ayudará a no sentirte agobiado. Si es lunes y tienes tres evaluaciones el viernes, piensa cuánto tiempo necesitas para cada asignatura entre hoy y el día de las evaluaciones. Planifica para hacer un poco cada día.
Intenta dividir los temas extensos en bloques más pequeños. Supongamos que tienes una evaluación de historia sobre la Segunda Guerra Mundial. En lugar de pensar en estudiar toda la Segunda Guerra Mundial (que seguramente resultaría abrumador hasta para un experto), intenta estudiar un período de 2 años en cada sesión de estudio o estudiar el material basándote en batallas específicas.
Planifica la duración de tu sesión de estudio a conciencia. Si tienes planeado estudiar por un largo rato, asegúrate de tomarte descansos. Asegúrate de que tu horario de estudio no interfiera con tu horario de sueño. Cuando notes que te distraes, es un buen momento para tomarte un breve descanso.
3. Estudia de acuerdo al tipo de evaluación que tendrás
Muchos profesores les dicen a los estudiantes con tiempo qué tipo de examen les tomarán. Esto puede ayudarte a adaptar tu forma de estudiar. Por ejemplo, las preguntas de opciones múltiples pueden centrarse en hechos y detalles, mientras que las preguntas para desarrollar suelen requerir una comprensión más profunda del material y la capacidad de escribir una respuesta.
Cuando intentes memorizar fechas, nombres u otros hechos, recuerda que suelen ser necesarios varios intentos para recordar algo. Por eso, comienza a estudiar con tiempo. Preparar tarjetas puede ayudarte a recordar la información. Algunas personas usan una técnica que consiste en repetir rápidamente toda la información de un tema, sin que sea siempre en el mismo orden. Los ayudamemorias o las reglas mnemotécnicas también pueden ayudarte a memorizar la información.
Haz algunos ejercicios de práctica. Toma nota de los problemas de práctica que te cueste resolver y pídele a tu profesor o tutor que te ayude a comprenderlos.
4. Evita dejar las cosas para más tarde
Algunas personas realmente trabajan mejor cuando están bajo presión, por eso, con frecuencia esperan hasta último momento para comenzar a trabajar. Pero esto no tiene tan buenos resultados cuando se trata de estudiar. Necesitas tiempo para digerir la información, pero tal vez terminas dejando las cosas hasta último momento porque no sabes por dónde comenzar.
Si eres de los que dejan las cosas para último momento, intenta evitarlo organizándote. Una vez que hayas marcado o guardado las fechas de las evaluaciones o de la entrega de un proyecto en un calendario impreso o digital, será difícil que las ignores. Estos recordatorios pueden ayudarte a planificar con tiempo para mantenerte al día.
Si te sientes agobiado, no tengas miedo de pedirles ayuda a los profesores, los asesores psicológicos, tus padres u otros adultos. Los adultos respetan a los estudiantes atentos y que trabajan a conciencia.
5. Únete a un grupo de estudio (o forma uno)
Cuando estudias con compañeros de clase, pueden comparar sus apuntes, encontrar maneras de recordar la información y evaluarse mutuamente. También puedes escuchar a distintas personas explicar los mismos conceptos y tú mismo podrás explicar los conceptos. Ambas cosas te ayudarán a profundizar tu comprensión.
Intenta ir a la biblioteca si puedes. El ambiente hará que a tu grupo le resulte más sencillo mantenerse enfocado en el tema sin distraerse. También puedes comenzar un grupo de texto para hacer preguntas si no tienes tiempo de reunirte en persona.
6. Estudia con la actitud adecuada
¿Cómo te sientes cuando te sientas a estudiar? ¿Estás tratando de resolver algo que ocurrió antes o estás ansioso por otras cosas que tienes que hacer? Si estás distraído o no estás de buen humor, te será difícil concentrarte.
Tómate un momento para ver cómo te sientes antes de estudiar. Si es necesario, puedes probar estrategias para mejorar tu estado de ánimo, como ejercicios de respiración o meditación. Esto puede ayudarte a sentirte con calma y confianza, que es el estado de ánimo ideal para estudiar. ¿Crees que no te alcanzará el tiempo? Hacer una pausa durante un minuto para respirar profundo puede ayudarte a aclarar la mente y concentrarte mejor.
La recompensa
Cuando has estudiado bien, sientes que puedes completar la evaluación o el examen con confianza.
No te preocupes si no puedes recordar algo la noche anterior a la evaluación. Tu cerebro necesita tiempo para absorber la información. Es más importante descansar bien por la noche, comer bien y prepararte mentalmente.
Por último, resiste la tentación de memorizar mucha información justo antes de la evaluación. Aprovecha ese tiempo para relajarte y aclarar la mente. De este modo, ahorrarás energía mental para la evaluación. Si has estudiado, puedes confiar en que recordarás lo que necesitas saber.