Hay personas de todas las formas y tamaños. Algunos adolescentes se ven enclenques y esqueléticos, y se preguntan si deberían hacer algo para evitarlo. Es normal ganar peso durante la adolescencia, pero tratar de ganar libras o kilos de más puede no ser la mejor forma de conseguirlo.
¿Por qué la gente quiere ganar peso?
Los adolescentes pueden querer ganar peso por distintos motivos, como los siguientes:
Me preocupa que me esté pasando algo malo. Si quieres ganar peso porque crees que podrías tener un problema médico, habla con tu médico. Algunas afecciones médicas pueden hacer que una persona pese menos de lo que debería pesar, pero la mayoría de ellas se asocian a más síntomas que la delgadez, como el dolor abdominal y la diarrea. Por lo tanto, lo más probable es que, si un problema médico está haciendo que estés muy delgado, no te encuentres bien.
Me preocupa que todos mis amigos hayan ganado peso, pero yo no. Muchos niños y niñas están muy delgados hasta que inician la etapa de la pubertad. Los cambios que vienen junto con la pubertad incluyen la ganancia de peso y, en los chicos, el ensanchamiento de los hombros y el aumento de la masa muscular.
Puesto que cada persona madura a su propio ritmo, es posible que algunos de tus amigos iniciaran la pubertad cuando solo tenían 8 años (si son chicas) o 9 (si son chicos). Pero algunas chicas no inician la pubertad hasta los 12 años o más tarde, y algunos chicos no la inician hasta los 14 años o más tarde. Cuando inicies la etapa de pubertad, puedes tardar de 3 a 4 años en desarrollarte completamente y en ganar el peso y los músculos que tendrás cuando seas un adulto.
Algunos adolescentes tienen un retraso de la pubertad. Si eres una de esas personas de "pubertad tardía", es posible que te enteres que tienes algunos parientes que también se desarrollaron más tarde que una persona promedio. La mayoría de los adolescentes con una "pubertad tardía" no tienen que hacer nada. Acabarán poniéndose al día, lo que incluye la ganancia de peso y de masa muscular. Si te preocupa el momento en que vas a iniciar la pubertad, habla con tu médico.
Siempre he querido practicar un deporte en concreto; pero ahora no sé si lo puedo practicar. Hay muchas personas a quienes les encanta un deporte en la escuela primaria y secundaria, pero, más adelante, se encuentran sentadas en el banquillo porque sus compañeros de equipo se desarrollan antes que ellas. Si siempre te ha gustado jugar a fútbol americano, puede ser duro ver que tu cuerpo no esté a la altura de las circunstancias. Tal vez debas esperar a que tu cuerpo atraviese la pubertad para poder jugar al fútbol americano en el equipo juvenil.
También te puedes plantear la posibilidad de cambiar de deporte. Si eras el defensa más rápido en el equipo de fútbol americano de secundaria, pero ahora resulta que tu cuerpo es esbelto y enjuto, tal vez sería más adecuado pasarte al atletismo. Muchos adultos comprueban que los deportes que les acaban gustando más son aquellos que encajan con su tipo de cuerpo.
¡Odio mi aspecto! El desarrollo ya es lo bastante duro de llevar sin que exista la presión por ser perfecto. Tu cuerpo cambia (o no cambia), los cuerpos de tus amigos cambian (o no cambian), y todos dedican mucho tiempo a fijarse en el aspecto. Es fácil juzgar a los demás y juzgarte a ti basándose en el aspecto.
Tu cuerpo es tuyo y, por frustrante que parezca, hay algunas cosas que tú no puedes cambiar ni acelerar. Pero hay algo que puedes hacer para ayudar: esforzarte por mantener sano tu cuerpo para que puedas crecer y desarrollarte adecuadamente.
Si te sientes mal con tu cuerpo o estás teniendo problemas con tu aspecto, habla con alguien a quien aprecies y en quien confías que haya pasado por el mismo proceso, tal vez uno de tus padres, tu médico, tu orientador escolar, tu terapeuta, tu entrenador o tu profesor.
Lo importante es crecer, no ganar peso
Independientemente de cuál sea el motivo de que quieras ganar peso, he aquí un dato: la mayoría de los adolescentes no tienen ningún motivo para tratar de ganar peso. Ganar peso aumenta la grasa corporal, exponiendo a la gente a tener problemas de salud.
O sea que céntrate en mantenerte sano y fuerte. Mantener tu cuerpo sano y en forma para que pueda crecer y desarrollarse como es debido es una parte importante de tu trabajo como adolescente.
He aquí algunas cosas que puedes hacer para ayudar a que eso ocurra:
Haz de la nutrición tu meta. Tus amigos que quieren adelgazar comen más fruta y más ensaladas. Aquí llega la sorpresa: tú tienes que actuar igual que ellos. Puedes hacer mucho más por tu cuerpo comiendo una variedad de alimentos saludables, en vez de ingerir muchos alimentos nada de saludables, es decir, ricos en calorías, en grasas y en azúcares. Si te alimentaras así de mal, lo más probable sería que solo ganaras grasa.
Come una amplia variedad de alimentos saludables y sigue un horario regular de comidas y tentempiés. Come solo hasta que te sientas satisfecho, no muy lleno.
Alimentarse bien no tiene que ser complicado. He aquí algunos consejos más:
- Come muchas verduras, hortalizas y frutas.
- Elige los cereales integrales.
- Desayuna cada día.
- Toma tentempiés saludables.
- Limita los alimentos que sean poco nutritivos, como las patatas fritas y los refrescos.
Comer bien en esta etapa de la vida es importante por muchos motivos. Una nutrición adecuada es clave para un crecimiento normal. Aprende ahora unos buenos hábitos de alimentación, y se acabarán convirtiendo en automáticos en el futuro. Esos hábitos te ayudarán a mantenerte sano y en forma sin tener que pensar en ello.
Los hábitos saludables son muy importantes
Sigue manteniéndote activo. Otra manera de mantener sano tu cuerpo consiste en convertir el ejercicio físico en una parte de tu rutina diaria. Esto puede incluir ir caminando a tu centro de estudios, jugar al Frisbee con tus amigos o ayudar en las tareas domésticas. O puedes escoger entrenar en un gimnasio o con tu equipo deportivo.
Durante la adolescencia: Trata de hacer un mínimo de 60 minutos de actividad física de moderada a intensa todos los días. Asegúrate de incluir ejercicios de cardio (como correr, montar en bicicleta y nadar), de flexibilidad (estiramientos o yoga), y de fuerza.
Para trabajar la fuerza, prueba ejercicios en que debas levantar tu propio peso (como las flexiones y los abdominales), tiras elásticas de resistencia o pesas. Los ejercicios de fuerza ayudarán a que los músculos se te pongan más fuertes, pero no necesariamente más voluminosos. Una vez un chico llega a la pubertad, el entrenamiento con pesas lo puede ayudar a ganar músculo, si esa es su meta. Las chicas también se benefician de los ejercicios de fuerza, pero no desarrollarán músculos tan voluminosos como los chicos.
Asegúrate de hacer los entrenamientos asesorado por un entrenador titulado u otro adulto cualificado que te pueda enseñar a entrenar sin hacerte daño.
Infórmate sobre los suplementos. ¿Te estás planteando la posibilidad de beber algo o de tomarte una pastilla para ponerte fuerte de un día para otro? Ten en cuenta lo siguiente: los suplementos y las pastillas que hacen este tipo de promesas son, en el mejor de lo casos, tirar el dinero, y pueden ser peligrosos para tu salud.
La mejor manera de obtener el combustible que necesitas para desarrollar los músculos es alimentarte bien. Antes de tomar cualquier tipo de suplemento, incluso si solo se trata de una vitamina, habla con tu médico.
Duerme a pierna suelta. Dormir es un componente importante del crecimiento y del desarrollo. Cuando duermes lo suficiente, estás añadiendo combustible a tu crecimiento. Tu cuerpo sigue trabajando mientras duermes: el oxígeno se desplaza a tu cerebro, se liberan las hormonas del crecimiento y tus huesos se vuelen más fuertes, mientras duermes a pierna suelta.