Diez maneras de gestionar el estrés de cada día
Seamos realistas: la vida puede ser estresante a veces. Y no son solo las cosas importantes las que causan estrés. El horario ajetreado de cada día, las demandas de los demás y las presiones también pueden causar estrés.
Cuando estás estresado, tu cuerpo responde fabricando unas hormonas que te proporcionan más energía, más concentración y más fuerza. Esto se conoce como respuesta de lucha o huida.
A veces, una pequeña oleada de estrés puede ser algo positivo. Puede ayudar a rendir cuando estás bajo presión, a llegar a tiempo o a cumplir una fecha de entrega. Este tipo de estrés te puede alertar sobre un problema que tienes que resolver. Te puede motivar para alcanzar tus metas. Te puede empujar a estudiar, planificar las cosas y prepararte.
Pero demasiado estrés, o un estrés que no puedas gestionar, impide que te sientas bien y que hagas bien las cosas. Puede hacer que te sientas agotado, dejarte sin energía y hacer que te cueste mucho hacer las cosas. Un exceso de estrés puede hacer que te pongas muy nervioso, muy gruñón e irritable y hasta disperso.
No puedes evitar el estrés. Pero te puedes crear la meta de mantener bajo tu nivel de estrés cotidiano. Cuando te estresas menos por las pequeñas cosas de cada día, te sientes más capaz de afrontar los retos importantes que te podrías encontrar más adelante.
Si quieres mejorar en la gestión del estrés cotidiano, aquí encontrarás algunos consejos para hacerlo:
1. Equilibra el trabajo con el disfrute. Resérvate tiempo para trabajar en tus tareas y tus metas (como los deberes, los trabajos escolares, las tareas domésticas y el estudio). Resérvate tiempo para hacer las cosas con las que disfrutas (como tocar un instrumento, escuchar música, entrenar, jugar con tu mascota, pasar tiempo con tus amigos). Incluso aunque solo sea durante unos pocos minutos, el tiempo diario para relajarte y recargar pilas sirve para bajar el estrés.
2. Planifícate el día. Utiliza un calendario o aplicación de planificación para programar tus tareas diarias. Rellénalo con el horario de tus clases, los exámenes y las tareas que tengas que entregar. Añade otras actividades que practiques. Incluye tiempo de estudio para hacer los exámenes y tiempo para hacer los trabajos escolares. Incluye también tiempo para hacer cosas que te gustan. Disponer de un plan y de rutinas diarias sirve para bajar el estrés.
3. Sigue tu plan. Por descontado, planificar no sirve de nada si no haces lo que planificas. Convierte en un hábito el hecho de ir revisando tu planificador cada día. Tacha lo que ya hayas hecho. Prepárate para lo que se avecina. Haz del estudio una rutina. Mantente al día en todas las asignaturas. Así reducirás el estrés diario provocado por la sobrecarga escolar.
4. Pide ayuda si la necesitas. Las tareas escolares, las calificaciones y los exámenes son importantes fuentes de estrés para muchas personas. Estar al día en todo no siempre es fácil. Si necesitas ayuda para prepararte los exámenes, planificar tus proyectos y hacer las tareas, pide que te guíe a un profesor, padre o tutor. Si tiendes a posponer las tareas, queda con un compañero de clase para estudiar o hacer los deberes los dos juntos.
5. Usa la energía positiva del estrés. No pospongas las tareas hasta el último minuto. Eso es demasiado estresante. Y es difícil hacerlo lo mejor posible cuando se va con prisas. En vez de eso, deja que el estrés te motive a hacer bien las cosas. Si te han puesto una fecha de entrega, date un empujoncito mental y lo conseguirás. Dite: "De acuerdo, lo tengo que cumplir. Estoy en ello." Luego lánzate y empieza.
6. Afronta los problemas cuando surjan. No ignores los problemas de cada día, pero tampoco te estreses por resolverlos. En vez de eso, averigua cómo gestionarlos. Si no sabes cómo hacerlo, pide ayuda y consejo a otras personas.
7. Come alimentos saludables. Lo que comes afecta a tu estado de ánimo y a tu nivel de energía y de estrés. Elige alimentos que te hagan bien. No tienes que evitar por completo los manjares deliciosos. Pero, si los dulces son tu principal fuente de energía, es muy probable que estés de malhumor ¡y estresado!
8. Duerme lo suficiente. Después de un largo día de escuela y otras actividades, es posible que te apetezca quedarte despierto hasta tarde. Tal vez te queden algunos deberes por acabar. O te apetezca hablar con tus amigos o ver un programa en la tele que acaba muy tarde. Pero acostarte tarde no te permite dormir lo suficiente porque te tienes que levantar pronto para ir al colegio. Si no duermes lo suficiente, es más probable que te sientas estresado por los altibajos de cada día.
Para evitar ir de bólido por la mañana, sigue un horario regular para acostarte por la noche y levantarte por la mañana. Apaga todas las pantallas bastante antes de la hora de acostarte por la noche. Y relájate antes de acostarte con actividades tranquilas.
9. Haz ejercicio físico cada día. El estrés se esfuma cuando entrenas, haces deporte o bailas tu música favorita. El ejercicio físico hace mucho más que mantenerte en forma. Es una manera de gestionar el estrés, reducir la ansiedad y la depresión y mejorar el estado de ánimo.
10. Respira hondo. Cuando te sientas estresado, agobiado o superado por la situación, haz varias respiraciones lentas, profundas y abdominales (usando el abdomen). Las respiraciones abdominales son una forma rápida y segura de desactivar la respuesta de lucha-huida del cuerpo (estrés). Practica la respiración abdominal o la conciencia plena (mindfulness en inglés) cada día para reducir el estrés cotidiano.