Pasar el rato en una piscina o en la playa en un día caluroso es una excelente manera de combatir el calor. Pero antes de que te sumerjas, aprende algunas cosas sobre la seguridad en el agua.
Consejos para nadar
¡Búscate un compañero! Nada siempre con otra persona sin importar si estás nadando en una piscina o en un lago. Hasta los nadadores experimentados pueden cansarse o sufrir calambres musculares y esto puede hacer que resulte difícil salir del agua. Cuando las personas nadan juntas, pueden ayudarse o buscar ayuda en caso de emergencia.
Prepárate. Es bueno estar preparado. Sobre todo, debes saber nadar. Nunca es demasiado tarde para aprender. Aprender algunas habilidades útiles en caso de emergencia, como las técnicas de rescate y reanimación cardiopulmonar (RCP), puede ayudarte a salvar una vida. Muchas organizaciones ofrecen clases gratuitas para nadadores y navegantes tanto principiantes como experimentados. Averigua en la YMCA o la YWCA, el hospital local o un capítulo de la Cruz Roja. También puedes buscar por internet:
- YMCA
- The Michael Phelps Foundation (Fundación de Michael Phelps)
- Cruz Roja
Conoce tus límites. Si no eres un buen nadador o si recién estás aprendiendo a nadar, no te metas en aguas demasiado profundas en las que no puedas tocar el fondo y no intentes seguir el ritmo de los nadadores experimentados. Esto puede ser difícil, en especial si tus amigos te desafían. Pero seguramente ellos preferirán que sigas a salvo y con vida.
Si eres un buen nadador y has tomado lecciones, presta atención a tus amigos que no se sienten tan seguros o que no son tan hábiles como tú. Si parecen estar cansados o incómodos, sugiere dejar de nadar por un rato.
Nada únicamente en zonas seguras. Siempre es mejor nadar en lugares supervisados por un guardavidas. Nadie puede anticipar las corrientes cambiantes o las corrientes de resaca en el mar, las tormentas repentinas u otros peligros ocultos. Si algo sale mal, los guardavidas están entrenados en técnicas de rescate.
Nadar en una extensión de agua natural (como un río, un lago o el mar) no es lo mismo que nadar en una piscina. Necesitas más energía para enfrentar las corrientes y otras condiciones cambiantes en aguas abiertas. Considera usar un dispositivo de flotación personal en aguas abiertas, aun cuando seas un gran nadador.
Si quedas atrapado en una corriente de resaca, no entres en pánico y no intentes ir contra la corriente. Intenta nadar de forma paralela a la playa hasta salir de la corriente, que suele ser un canal de agua estrecho. Trata de volver gradualmente hacia la playa mientras haces esto. Si no puedes nadar y salir de la corriente, mantén la calma y flota con ella. En general, la corriente se hará más lenta. Cuando esto ocurra, podrás nadar hacia la playa.
Aun los buenos nadadores que intentan nadar contra una corriente fuerte se agotan. Si tienes pensado nadar en una extensión de agua natural, es una buena idea tomar lecciones de natación que te ofrezcan consejos para enfrentar los peligros inesperados.
Algunas zonas tienen corrientes extremadamente fuertes y no es posible nadar en ellas. Investiga para saber dónde no debes nadar y presta atención a las señales de advertencia.
Ten cuidado con las zambullidas. Las zambullidas pueden causar lesiones en la cabeza, daños permanentes en la médula espinal, parálisis y, en algunos casos, la muerte. Haz zambullidas únicamente en zonas que sepas que son seguras, como la zona más profunda de una piscina. Si alguna zona tiene carteles que dicen "Prohibido nadar" o "Prohibido zambullirse", respétalos. Un cartel que diga "Prohibido zambullirse" significa que el agua no es segura para entrar a ella de cabeza. Incluso si tienes pensado saltar para entrar con los pies, comprueba la profundidad del agua antes de hacerlo para asegurarte de que no haya rocas ocultas u otros peligros. El agua de los lagos o los ríos pueden ser turbia y tal vez sea difícil ver los peligros.
Ten cuidado con el sol. Cuando el sol se refleja en el agua o la arena los rayos que te queman pueden ser más intensos. Tal vez no sientas que te estás quemando con el sol mientras el agua se siente fría y refrescante, pero más tarde sentirás el dolor. Recuerda volver a ponerte protector solar con frecuencia y cubrirte la mayor parte del tiempo. No te olvides de tu gorro, los anteojos de sol con protección UV y ropa que te proteja.
Bebe abundante líquido. Es fácil deshidratarse al sol, en especial si estás haciendo actividad física y transpirando. Toma líquidos (especialmente agua) para prevenir la deshidratación. Los mareos, la sensación de desfallecimiento o las náuseas pueden ser signos de deshidratación o de demasiado calor.
Enfriarse demasiado. Permanecer en agua fría durante largos períodos de tiempo puede hacer bajar la temperatura del cuerpo. Una temperatura de 70 °F (20 °C) es agradable en la tierra, pero en el agua esa temperatura es fría para la mayoría de los nadadores. La temperatura de tu cuerpo baja mucho más rápido en el agua que en la tierra. Y cuando estás nadando, estás usando energía y perdiendo calor corporal incluso con más rapidez. Cuídate cuando nades en aguas frías y mantente cerca de la orilla. Si sientes que tu cuerpo comienza a temblar o que se te acalambran los músculos, sal inmediatamente del agua. La hipotermia ocurre en poco tiempo.
No bebas alcohol si vas a nadar. El alcohol está presente en muchas lesiones relacionadas con el agua y hasta la mitad de todas las muertes relacionadas con el agua. Las estadísticas entre muchachos adolescentes son escalofriantes: la mitad de todos los fallecimientos por ahogamiento en muchachos adolescentes están ligados al consumo de alcohol.
En un parque acuático
Es verdad que chapotearás más de lo que nadarás, pero tu nivel de habilidad en natación también es importante en un parque acuático. Tómate un momento para leer las advertencias y otros carteles. Cada zona de un parque acuático tiene aguas de diferente profundidad; por eso, asegúrate de prestar atención.
Si no sabes nadar, usa un salvavidas aprobado por la Guardia Costera cuando sea necesario y asegúrate de que haya un guardavidas. Cuando uses las rampas deslizantes, hazlo siempre con los pies hacia adelante, de lo contrario podrías arruinar tu diversión y terminar en una visita al médico o al dentista.
Seguridad en embarcaciones
¿Sabías que cada año mueren más personas en accidentes de embarcaciones que en accidentes de aviones o de trenes? Pero con un poco de sentido común, navegar puede ser seguro y entretenido.
El capitán o la persona a cargo de la embarcación debe estar sobria, contar con experiencia y ser competente. Un tercio de las muertes de navegación están relacionadas con el alcohol. El alcohol distorsiona nuestro juicio sin importar en dónde estemos; pero esto es peor en el agua. Como en el agua no existen carteles de señalización o separadores de carriles y el clima puede resultar impredecible, es importante pensar rápidamente y reaccionar bien bajo presión. Si una persona está bebiendo, esto puede resultar prácticamente imposible.
Además, la Guardia Costera de los Estados Unidos advierte sobre una afección llamada fatiga del navegante, que significa que la combinación del viento, el ruido, el calor y la vibración de la embarcación nos hacen sentir más cansados en el agua.
Clima. Antes de salir a navegar, asegúrate de que las condiciones meteorológicas sean seguras. La radio local, la internet o los canales de televisión ofrecen el pronóstico local actualizado.
Dispositivos de flotación personales. Siempre es buena idea que las personas que se encuentran en una embarcación lleven salvavidas aprobados por la Guardia Costera, sin importar si se trata de una gran lancha o de una canoa (y sin importar si son buenos nadadores o no). En algunos estados, la ley obliga a llevar un salvavidas (o dispositivo de flotación personal) a personas de cierta edad y si no cumples con esta norma podrías enfrentar una pena dura.
Es posible que tu estado también obligue a usar un salvavidas aprobado para practicar esquí o hacer otras actividades acuáticas. Llevar un salvavidas equivale a usar casco al montar en bicicleta. Tal vez te lleve unos pocos minutos acostumbrarte, pero claramente puede salvarte la vida. No te adentres al agua sin él.
Mantén el contacto. Antes de salir a navegar, hazle saber a algún conocido lo que planeas hacer (a dónde irás y cuánto tiempo estarás en el agua). De este modo, si tienes algún problema, alguien tendrá una idea de por dónde buscarte. Si vas a estar en el agua durante mucho tiempo, es conveniente contar con una radio para poder escuchar los reportes del clima. Como el agua conduce la electricidad, si escuchas una alerta de tormenta, sal del agua de inmediato.
Jet skis. Al usar jet skis o embarcaciones personales, sigue las mismas reglas que al navegar. También debes conocer las leyes que rigen el uso de embarcaciones personales en tu zona. Algunos estados exigen que quienes las utilicen sean mayores de cierta edad; otros requieren que hagas un curso o pases un examen para poder usarlas.
La mayoría de las personas no piensan mucho en la seguridad en el agua, pero los ahogamientos son la segunda causa de muertes accidentales. Por eso, debes prestarle atención a la seguridad pero sin desanimarte. Estar preparado te hará sentir más cómodo y en control de la situación.