Ayudar a los niños a sobrellevar los grupos cerrados o "camarillas"
Mientras que los grupos de amigos permiten que los niños salgan con otras personas, los grupos cerrados (o camarillas), aparte de tener sus propias reglas sobre quién está dentro y quién está fuera, se centran mucho en el estatus. Las camarillas pueden hacer que sea duro relacionarse y rendir en la escuela, sobre todo en secundaria, pero los padres pueden hacer muchas cosas para apoyar a sus hijos.
¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a sobrellevar las camarillas?
Algunos niños pertenecen a grupos cerrados. Hay otros que se mantienen al margen de este tipo de grupos. Y hay otros que "vienen y van": un día están dentro y al día siguiente están fuera.
Si su hijo parece descontento o está angustiado o, de repente, empieza a pasar tiempo a solas cuando solía ser muy sociable, pregúntele qué le pasa. He aquí algunos consejos:
- Hable sobre sus propias experiencias. Comparta sus propias experiencias de cuando era niño e iba a la escuela -¡los grupos cerrados llevan existiendo desde siempre!
- Ponga el rechazo en perspectiva. Recuérdele a su hijo los momentos en que se ha enfadado con sus padres, sus amigos o sus hermanos, y lo deprisa que pueden cambiar las cosas.
- Converse con su hijo sobre las dinámicas sociales. Explíquele en qué difieren las amistades sanas de las amistades insanas. Enseñe a su hijo a identificar las amistades que son unidireccionales o falsas. Explíquele también que la gente suele ser juzgada por su aspecto y por su manera de actuar o de vestir. Pero la gente que es cruel y a quien le gusta hacer de menos a los demás suele tener una falta de confianza en sí misma y trata de ocultarla intentando mantener el control.
- Explíquele que los líderes de las camarillas suelen ser personas inseguras. Lo más probable es que al líder de una camarilla le preocupe tanto (o incluso más) ser popular y sentirse aceptado que las personas que no forman parte de su grupo.
- Busque historias que puedan ayudar a su hijo sobre el tema de las camarillas. Hay muchos libros, programas de televisión y películas que muestran a personas excluidas de grupos cerrados triunfando a pesar del rechazo, con claros mensajes sobre la importancia de ser honesto con tu propia naturaleza y el valor de la verdadera amistad. Para niños de enseñanza primaria, libros como "La Ballena", de Judy Blume, muestran lo deprisa que pueden cambiar las camarillas. Los niños mayores y los adolescentes pueden sentirse identificados con películas como "Chicas Malas", "Angus", "El club de los cinco" y "Fuera de onda".
- Fomente las amistades fuera de la escuela. Haga que su hijo participe en actividades extracurriculares (en el caso que no lo esté haciendo ya), como las clases de artes plásticas y manualidades, el deporte, las artes marciales, aprender un idioma extranjero o el voluntariado. Este tipo de actividades le dará a su hijo la oportunidad de crear otros grupos sociales y de aprender nuevas habilidades.
¿Y si mi hijo ya pertenece a una camarilla?
Si su hijo forma parte de un grupo social cerrado y es uno de los que se meten con los demás o los rechazan, es importante que usted lo aborde cuanto antes. Los programas de televisión, los concursos y las series de telerrealidad, donde se glorifica ser grosero y maleducado, hace que resulte muy difícil que las familias promuevan la amabilidad, el respeto y la compasión.
Conversen sobre el papel del poder y el control en las amistades y trate de entender emocionalmente por qué su hijo se siente impelido a ocupar esa posición. Comente con él quién está dentro y quién está fuera de su camarilla, y qué ocurre cuando un niño está fuera (¿se limitan a ignorarlo, lo rechazan, lo acosan?). Recuerde a su hijo que hay una diferencia entre pasar tiempo con unos pocos amigos y dejar a los demás fuera del grupo a propósito. Desafíe a su hijo a pensar y a hablar sobre si está o no orgulloso de la manera en que actúa su camarilla en la escuela.
Pida a los profesores, orientadores escolares o el personal de la dirección del centro su opinión sobre lo que está ocurriendo dentro y fuera de las clases. Es posible que le puedan informar sobre cualquier programa que haya en la escuela para abordar el tema de los grupos cerrados y ayudar a sobrellevarlos a los niños con diferencias.
¿Cómo puedo favorecer las amistades sanas?
Puede ayudar a su hijo a tener amistades sanas y a no dejarse dominar por las camarillas aconsejándole que:
Encuentre el encaje adecuado, en vez de solo limitarse a encajar. Anime a su hijo a pensar qué valora y qué le interesa, y en qué medida esas cosas se ven reflejadas en su grupo de pertenencia. Hágale preguntas como:
- “¿Cuál es el principal motivo de que quieras ser parte de ese grupo?”
- “¿A qué te tendrás que comprometer? ¿Merece la pena?”
- “¿Qué harías si el líder del grupo insistiera en que te metieras con otros niños o hicieras algo que no quisieras hacer?”
- “¿Cuál es la diferencia entre divertirse y bromear, por un lado, y burlarse y acosar a otras personas?”
Sea fiel a sus propios gustos. Si a su hijo siempre le ha encantado tocar el piano, pero, de golpe, lo quiere dejar porque esa actividad se considera poco "aceptada", converse con él para intentar resolver la situación. Anime a su hijo a participar en actividades con las que disfrute y que le ayuden a ganar seguridad en sí mismo.
Forme círculos sociales abiertos y compuestos por gente diversa. Anime a su hijo a hacerse amigo de personas de diferentes ambientes, orígenes, edades e intereses con quienes se sienta a gusto y se lo pase bien. Dele un buen ejemplo usted mismo en la medida de lo posible, teniendo amigos y conocidos de diferentes edades, ambientes y tipos.
Centrarse demasiado en si su hijo va con amigos “adecuados” o pertenece a equipos o clubs "adecuados" le puede hacer que se preocupe excesivamente por el estatus. En lugar de ello, céntrese en la calidad de sus amistades.
Hable claro y dé la cara. Si su hijo está preocupado o se siente presionado por lo que ocurre dentro de su camarilla, anímelo a defenderse o a defender a otros niños que se sientan acosados o que sean expulsados del grupo. Indíquele que no participe en nada que le parezca incorrecto, sea hacer bromas o hablar mal a espaldas de otras personas.
Asuma la responsabilidad de sus propios actos. Fomente en su hijo la sensibilidad ante los demás, en vez de limitarse a dejarse llevar por el grupo. Recuérdele que un amigo de verdad siempre respetará sus opiniones, intereses y elecciones, por mucho que difieran de las suyas propias. Hágase eco de lo duro que puede ser dar la cara, pero que, al final, los niños son responsables de lo que dicen y de lo que hacen.
Se haga una imagen global de la situación. Por mucho que cueste abordar el tema de las camarillas, las cosas pueden cambiar rápidamente. Lo más importante es hacer buenos amigos, personas en las que su hijo pueda confiar y con quienes se pueda reír y disfrutar. El verdadero secreto de ser "popular", en el sentido más real de la palabra, consiste en ser el tipo de amigo que a todo el mundo le gustaría tener: alguien respetuoso, justo, comprensivo, afectuoso, fiable, leal y amable.