Fumar tabaco es la principal causa de muerte evitable en Estados Unidos. El tabaco también puede causar muchas enfermedades.
Pero mucha gente joven adquiere el hábito de fumar cada año. De hecho, el 90 % de los fumadores adultos empezaron a fumar cuando eran niños. Por eso, es importante que los padres aprendan cuanto puedan y que hablen abierta y frecuentemente con sus hijos para ayudarlos a mantenerse alejados del tabaco.
¿Qué problemas puede causar fumar tabaco?
El humo del tabaco contiene muchas sustancias químicas nocivas (como el plomo, el arsénico y el monóxido de carbono) que pueden dañar todos los sistemas corporales cuando se inspiran. Y esto afecta no solo a las personas que fuman sino también a las personas que están junto a ellas, los fumadores pasivos.
Hay una sustancia química, la nicotina, que daña el cuerpo de una manera diferente. Hace que una persona se vuelva adicta pocos días después de consumir tabaco. De hecho, la nicotina presente en el tabaco puede ser tan adictiva como la cocaína o la heroína. Una vez una persona empieza a fumar, le cuesta dejar de hacerlo.
Entre los problemas de salud asociados a la conducta de fumar, se incluyen los siguientes:
- las enfermedades cardíacas
- las enfermedades pulmonares como la neumonía (pulmonía), el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- los accidentes cerebro-vasculares
- muchos tipos de cáncer
- las úlceras
- la enfermedad de las encías, que puede llevar a que se caigan los dientes
- las enfermedades oculares que hasta puede llevar a la ceguera
- la diabetes
- problemas en las articulaciones, como la artritis
- problemas en la piel, como la psoriasis y la formación de muchas arrugas.
- problemas de fertilidad (haciendo que sea más difícil quedarse embarazada)
- problemas durante el embarazo que pueden afectar a la salud del bebé
- huesos más frágiles, que pueden llevar a tener facturas.
Hay otras cosas en que pensar cuando la gente empieza a fumar en la niñez. En primer lugar, la nicotina puede dañar el cerebro en proceso de desarrollo. A un niño que fuma le puede costar más aprender cosas nuevas o prestar atención. También tiene más probabilidades de volverse adicto muy deprisa (incluso más que los adultos). La nicotina también va unida a la depresión y a la ansiedad. Y muchos estudios muestran que los fumadores jóvenes tienen más probabilidades de beber alcohol o de probar la marihuana, la cocaína, la heroína y otras drogas.
Los cigarrillos electrónicos y las pipas de agua no son mejores. Pueden estar llenas de nicotina o de otras sustancias nocivas. Las autoridades sanitarias informan sobre graves daños pulmonares en las personas que vapean, incluyendo algunas muertes. Hasta el uso del tabaco no asociado a la conducta de fumar (por ejemplo, el tabaco de mascar, el que se succiona y el que se inhala por la nariz) no es sano y puede llevar a muchos problemas, incluyendo las enfermedades cardíacas y el cáncer.
¿Cómo pueden los padres hablar a sus hijos sobre el tabaco?
Los niños pueden sentirse atraídos por fumar por muchos motivos: parecer mayores, perder peso o sentir que son tipos duros e independientes.
Pero los padres pueden combatir estas tentaciones y evitar que los niños fumen y se vuelvan adictos al tabaco. Tenga presentes estos consejos:
- Establezca unas reglas firmes que prohíban fumar en su casa y explique por qué: los fumadores huelen mal, tiene mal aspecto y no son bienvenidos porque su hábito es malo para la salud de todo el mundo.
- Hable sobre este tema de tal modo que su hijo no tema ser castigado ni juzgado. Demuéstrele que valora las opiniones y las ideas de su hijo.
- Pregunte a su hijo qué le parece atractivo y qué le parece desagradable de fumar. Escúchelo con paciencia.
- Concéntrese en lo que su hijo haga bien, en vez de en lo que haga mal. La confianza en uno mismo es la mejor protección frente a la presión de sus iguales.
- Hable sobre formas de responder a la presión grupal para fumar. Tal vez su hijo se sienta bien diciendo simplemente: "no". Pero ofrézcale otras respuestas, como: "No me gusta el olor que deja en la ropa y en el aliento" o "No me gusta nada el aspecto que tendría yo fumando". En caso necesario, su hijo debería sentirse bien alejándose de aquellos amigos que no respeten su decisión de no fumar.
- Anime a su hijo a implicarse en actividades que sean incompatibles con fumar, como el deporte.
- Explíquele hasta qué punto fumar se apodera de la vida diaria de los fumadores. ¿Cómo pagaría sus cigarrillos? ¿Tendría dinero para pagar otras cosas que le gustan? ¿Cómo afectaría a sus amistades?
Siga hablando con su hijo sobre los peligros del tabaco a lo largo del tiempo. Hasta los niños más pequeños pueden comprender que este hábito es malo para el cuerpo.
¿Y si mi hijo ya fuma?
A pesar de que los niños conozcan bien los riesgos para la salud de la conducta de fumar, algunos acaban probando el tabaco. Si esto ocurre, trate de no enfadarse con su hijo. En vez de ello, céntrese en comunicarse con su hijo.
- Averigüe qué es lo que a su hijo le parece atractivo de fumar y hable sobre este tema con sinceridad.
- A menudo, los niños no perciben cómo sus conductas actuales pueden afectar a su salud en el futuro. Por lo tanto, hable con su hijo sobre los problemas que aparecen antes: menos dinero para gastarse en las cosas que le gustan, falta de aire, mal aliento, dientes amarillos y ropa con mal olor.
- Mantenga firmes las reglas que haya establecido sobre el tabaco y no permita que su hijo fume en casa.
- Si su hijo le dice: "puedo dejar de fumar cuando quiera", pídale que se lo demuestre dejando de fumar por completo durante una semana entera.
Evite darle sermones e intente no regañarlo. A fin de cuentas, dejar de fumar es una decisión personal. Cuando su hijo esté preparado para ello:
- Ayúdelo a desarrollar un plan para dejar de fumar. Felicítelo por haber tomado esa decisión.
- Céntrese en las recompensas que obtendrá por dejar de fumar: liberarse de una adicción, mejorar su forma física, mejorar su rendimiento deportivo y mejorar su aspecto.
- Anime a su hijo a visitar a su médico, quien lo puede apoyar y aconsejar sobre planes de tratamiento.
Cuando los padres fuman
Los niños detectan rápidamente las contradicciones que hay entre lo que sus padres dicen y lo que hacen. Y la mayoría de los niños dicen que el adulto a quien más se quieren parecer cuando sean mayores es su padre o su madre.
Si usted es fumador:
- Primero, admita que cometió un error al empezar a fumar. Dígale a su hijo que, si pudiera volver el tiempo atrás, no empezaría a fumar.
- En segundo lugar, abandone el hábito de fumar. No es fácil y tal vez necesite intentarlo varias veces y recibir la ayuda de un programa o de un grupo de apoyo. Pero esto sentará un buen ejemplo para su hijo porque él verá que usted es capaz de superar su propia adicción al tabaco. Puede encontrar más información y apoyo en línea en:
- Smoking Quitline (línea telefónica para dejar de fumar)
- Quit Tobacco (dejar el tabaco)
- Smokefree.gov