¿Qué es el asma?
El asma es una afección de las vías respiratorias. Las personas con asma tienen problemas respiratorios que vienen y van. Pueden toser, tener resuello, emitir "pitos" al respirar o faltarles el aliento. Esto ocurre porque sus vías respiratorias se inflaman, se estrechan y se llenan de mucosidades.
El asma es frecuente en los niños y los adolescentes y tiende a darse por familias. Puede ser leve o tan grave como para llegarse a interponer en las actividades cotidianas.
Con medicación y un buen plan de acción contra el asma, se pueden controlar los síntomas del asma para que niños y adolescentes puedan hacer cuanto quieran hacer.
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¿Qué es el asma?
Sepa qué es el asma y cómo se trata.
¿Cuáles son las causas del asma?
Nadie sabe exactamente cuál es la causa del asma. Los expertos creen que se puede deber a una combinación de factores ambientales y los genes de la persona.
Una persona con asma puede tener un padre u otro pariente cercano con asma. El asma también es más frecuente en personas con afecciones alérgicas (como el eccema, la fiebre del heno y las alergias alimentarias) o con sobrepeso u obesidad. Parece ser que los sucesos que ocurren pronto en la vida de una persona están relacionados con el hecho de que desarrolle asma más adelante, como nacer en un parto prematuro, tener bajo peso natal, exponerse al humo del tabaco y haber contraído algunos tipos de infecciones de origen viral.
¿El asma afecta la respiración?
Normalmente, cuando una persona inspira, el aire entra por la nariz o por la boca, baja por la tráquea y luego llega a los pulmones a través de los bronquios. Cuando una persona espira, el aire le sale de su cuerpo en la dirección contraria.
En el asma, las vías respiratorias están siempre un poco inflamadas (irritadas e hinchadas), incluso cuando la persona no presenta ningún síntoma asmático. Las vías respiratorias también reaccionan rápidamente a ciertas cosas (los “desencadenantes”), lo que hace que se inflamen más y que se llenen de mucosidades, obstruyendo el paso del aire. Los músculos que hay alrededor de las vías respiratorias se contraen, haciendo que estas se estrechen todavía más, lo que dificulta la respiración. Cuando esto ocurre, se llama crisis asmática, también conocida como ataque de asma.
Los desencadenantes varían de una persona a otra, pero, entre los más frecuentes, se incluyen los siguientes:
- las infecciones respiratorias, como los resfriados y la gripe
- las alergias a cosas como el polen, el moho y la caspa animal
- los agentes irritantes y los contaminantes presentes en el aire, como el humo del tabaco o la niebla tóxica.
- las condiciones meteorológicas, como aire frío y seco o el aire caliente y húmedo
- las emociones fuertes, como reír, llorar o estar estresado
- el ejercicio físico
¿Cuáles son los signos y los síntomas del asma?
Entre los síntomas del asma, se incluyen los siguientes:
- tos, sobre todo nocturna o mientras se está activo
- problemas para respirar
- opresión de pecho
- resuello o respiración sibilante (hacer "pitos" al respirar)
Algunos niños pueden no presentar ningún síntoma asmático en absoluto entre crisis asmáticas. Pero hay otras que siempre presentan síntomas asmáticos leves que empeoran durante las crisis asmáticas. Algunas crisis asmáticas son leves, pero hay otras que son graves. Pueden ocurrir de repente, aunque se suelen ir preparando a lo largo del tiempo.
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Ataques de asma: ¿Qué sucede?
Vea cómo los ataques de asma afectan la respiración.
¿Cómo se diagnostica el asma?
Para diagnosticar el asma, el médico hará preguntas sobre la salud de su hijo, sus problemas para respirar y los antecedentes médicos de su familia. También le hará preguntas sobre cualquier alergia, enfermedad y exposición a cosas que empeoren la respiración de su hijo.
Le harán una exploración física y tal vez una prueba de la función pulmonar. Esto suele implicar evaluar la respiración con un espirómetro, una máquina que analiza el flujo del aire que pasa a través de las vías respiratorias.
¿Cómo se trata el asma?
El asma no tiene cura, pero se suele poder controlar previniendo las crisis asmáticas. Hay algunas personas que superan el asma con la edad, pero sigue siendo importante tenerla bajo control durante la primera etapa de la vida. El tratamiento del asma consta de dos partes importantes: evitar los desencadenantes y tomar medicamentos.
Evitar los desencadenantes
Hay muchas maneras de evitar los desencadenantes después de haberlos identificado. El médico de su hijo trabajará con usted para elaborar un plan que ayude a su hijo a evitar los desencadenantes del asma.
Por ejemplo, si la caspa animal o el moho que hay en su casa desencadenan los síntomas asmáticos de su hijo, puede hacer que su casa sea segura para el asma cambiando las sábanas a menudo, pasando la aspiradora con regularidad e impidiendo que la mascota de la familia entre en la habitación de su hijo. Si las alergias a elementos del exterior (como el polen) son un problema, su hijo debería evitar los exteriores aquellos días en que los índices de polen sean altos.
Si el ejercicio físico es un desencadenante, es posible que el médico le recete a su hijo un medicamento para que se lo tome justo antes de cualquier actividad física a fin de impedir que se le contraigan las vías respiratorias. Es importante que las personas con asma se mantengan activas y que no eviten la actividad física. El ejercicio físico puede ayudar a mantenerse sano a nivel general (de hecho, ¡muchos atletas profesionales tienen asma).
También es importante ponerse la vacuna antigripal anual y la vacuna contra el COVID-19, ya que estas enfermedades pueden actuar como desencadenantes de las crisis asmáticas.
Medicamentos para el asma
La mayoría de los medicamentos para el asma se respiran para que lleguen directamente a los pulmones o se "inhalan", pero también los hay en forma líquida y de pastillas. Generalmente, los medicamentos para el asma actúan de dos maneras diferentes:
- Los broncodilatadores actúan de inmediato, relajando los músculos que rodean las vías respiratorias y abriéndolas, proporcionando, así, un alivio rápido de los síntomas. Por eso se suelen llaman medicamentos de alivio rápido, "de rescate" o "de efecto inmediato".
- Los medicamentos antiinflamatorios actúan a lo largo del tiempo para reducir la inflamación y la hinchazón de las vías respiratorias y limitar la fabricación de mucosidades. Se suelen tener que tomar cada día, incluso cuando una persona se encuentra bien y no presenta ningún síntoma. Se suelen llamar medicamentos de control a largo plazo "preventivos" o "de mantenimiento". Algunos niños con asma leve pueden usar medicamentos antiinflamatorios solo durante los períodos de incremento de los síntomas asmáticos, en vez de hacerlo cada día.
Algunos niños tomarán ambos tipos de medicamentos a partir del mismo inhalador. Pueden tener que usar esta “combinación”, usando un inhalador cada día, con una dosis adicional del mismo inhalador cuando presenten síntomas. Algunos niños mayores con asma leve pueden usar el inhalador solo como medicamento de alivio rápido cuando presenten síntomas o justo antes de hacer ejercicio físico. El profesional de la salud lo ayudará a saber qué inhalador es el mejor para su hijo, y cómo y cuándo lo debería usar.
Durante las crisis asmáticas más graves, a veces los médicos recetan esteroides orales (que se toman por boca) durante 5–7 días. Estos medicamentos actúan más deprisa para reducir la inflamación cuando no basta con los medicamentos inhalados.
¿Qué más debería saber?
El asma puede se puede hacer una montaña, sobre todo, al principio. Pero usted dispone de muchas herramientas para ayudar a su hijo a controlar esta enfermedad.
Un plan de acción contra el asma es un plan de actuación que usted desarrollará junto con el médico de su hijo. Este plan da instrucciones detalladas sobre cómo controlar el asma, incluyendo:
- qué medicamentos necesita su hijo y cuándo los necesita
- cuáles son los desencadenantes del asma de su hijo y cómo evitarlos
- cómo afrontar las crisis asmáticas
- cuándo acudir a un servicio de urgencias médicas
Seguir ese plan puede ayudar a su hijo a hacer todas sus actividades cotidianas sin presentar síntomas asmáticos.
Llevar un diario sobre el asma es otra forma de ayudar a controlar esta enfermedad. Llevar un registro de los síntomas de su hijo y de los medicamentos que toma lo ayudará a saber cuándo es más probable que tenga una crisis asmática.
Usando estas herramientas, dando a su hijo los medicamentos según las indicaciones de su médico y evitando los desencadenantes, ayudará a su hijo a mantenerse sano y a respirar bien.