4 maneras de hacer que los deberes te resulten más fáciles
Los deberes pueden parecer muy agobiantes a veces, sobre todo en el secundario. Uno de los mayores retos de estudiar en una escuela secundaria consiste en aprender cómo se trabaja mejor, algo que puede ser un poco diferente dependiendo de cada persona.
Afortunadamente, puedes probar muchas estrategias diferentes para descubrir cuáles te dan mejores resultados.
1. Crea un plan para hacer los deberes
Comprende bien qué es lo que tienes que hacer. Anota tus tareas en un lugar que te permita llevar un buen registro, como la agenda, un cuaderno de notas, una aplicación o tu teléfono móvil. No temas hacer preguntas sobre qué es lo que se espera que hagas. Es mucho más fácil preguntárselo al profesor durante la clase o después de ella que esforzarse en recordarlo por la noche. Considera la posibilidad de preguntarle a tu profesor cuánto tiempo calcula que supone completar cada tarea.
Empieza lo antes posible. Aprovecha las horas de estudio o cualquier otro momento libre que tengas durante la jornada escolar para empezar a hacer los deberes. Si no dispones de ningún momento libre, dedica unos pocos minutos a echar un vistazo a tus tareas durante las horas de escuela para tener la oportunidad de hacer preguntas antes de llegar a casa.
Planifica tu tiempo. Es normal que los alumnos dediquen varias horas a hacer los deberes por las tardes. Si un día tienes una carga más importante de tareas, necesitarás dedicarles más horas. Trata de elaborar un horario para hacer los deberes, sobre todo, si participas en actividades extraescolares o trabajas después de las clases.
2. Encuentra un lugar adecuado para hacer los deberes
Cuando te dedicas a hacer los deberes o a estudiar, ¿dónde lo haces? ¿Espatarrado delante del televisor? ¿En la cocina, con el ruido de los platos y de otros miembros de tu familia distrayéndote? Tal vez esos lugares funcionaban cuando eras más pequeño, porque tus deberes eran más sencillos, pero lo más probable es que ahora sean más complicados y requieran mucha más concentración.
Busca un lugar tranquilo para concentrarte. Rendirás mucho mejor si dispones de un lugar alejado de posibles distracciones, como tu dormitorio, un despacho o una sala de estudio. Si tu casa es ruidosa en todas las habitaciones, trata de buscar por internet música adecuada para estudiar, como melodías relajantes o inspiradoras. Eso te puede ayudar a amortiguar el ruido que haya a tu alrededor, pero controla el volumen, no te vayas a lesionar los oídos.
Asegúrate de que estás cómodo. Siéntate delante de un escritorio o de una mesa que sea cómoda, o prueba a estirarte en el suelo. Suele ser mejor evitar la cama, porque te podrías adormilar o tener problemas más adelante para conciliar el sueño. En la medida en que seas capaz de encontrar un lugar donde te sientas cómodo (pero no cansado), podrás concentrarte mejor.
3. Ponte manos a la obra
Consigue un estado de ánimo adecuado. Si empiezas a trabajar sintiéndote estresado, ansioso o en otro estado de ánimo negativo, no podrás hacer bien muchas cosas. Prueba a practicar ejercicios de conciencia plena (mindfulness) o de respiración antes de ponerte a trabajar, aunque solo sea durante unos pocos minutos. Esto te ayudará a concentrarte mejor.
Decide por dónde empezar. A algunas personas les gusta empezar por tareas fáciles y sencillas para quitárselas de encima, mientras que hay otras que prefieren hacer antes lo más complicado. Prueba a ver cuál de estas dos estrategias te funciona mejor. Prueba las dos y elige la que te funcione.
Sigue avanzando. Si te estancas en algo, intenta resolver el problema de la mejor manera posible, pero no le dediques demasiado tiempo para que eso no haga que te falte tiempo para hacer las demás tareas. Si necesitas ayuda, pídesela a un adulto o a un hermano. O envía un mensaje de texto a un compañero de clase -y haz todo lo posible por mantenerte al día en las asignaturas.
Haz pausas para descansar. La mayoría de las personas tienen períodos de atención cortos. Si estás sentado durante mucho tiempo seguido sin estirarte ni relajarte, serás menos productivo que si haces pausas de tanto en tanto. Tomarse un descanso de 15 minutos cada hora es una buena idea para la mayoría de las personas. (Pero, si estás muy concentrado, espera hasta que sea un buen momento para detenerte).
4. Pide ayuda cuando la necesites
Aunque prestes atención en clase, estudies para las evaluaciones y hagas los deberes, es posible que algunas asignaturas te resulten demasiado difíciles. No temas pedir ayuda para hacer los deberes, a profesores, orientadores escolares, amigos o familiares. Ellos respetarán tu sinceridad y la mayoría estarán felices de poderte ayudar.