¿Qué es la alergia a los mariscos?
La alergia a los mariscos no es exactamente lo mismo que la alergia a los productos del mar. Entre los productos del mar se incluyen tanto los pescados (por ejemplo, el atún o el bacalao) como los mariscos (por ejemplo, las langostas de mar o las almejas). Si bien tanto el pescado como los mariscos pertenecen a la categoría de productos del mar, el pescado y los mariscos son diferentes desde el punto de vista biológico. Por lo tanto, los pescados no provocarán reacciones alérgicas en aquellas personas que sean alérgicas a los mariscos, a menos que esa persona también sufra de alergia al pescado.
Los mariscos pueden ser de dos tipos diferentes:
- los crustáceos (como las gambas, los cangrejos o las langostas)
- los moluscos (como las almejas, los mejillones, las ostras, las vieiras, el pulpo y el calamar)
Algunas personas con alergia a los mariscos son alérgicas a ambos tipos de alimentos pero hay otras que solo son alérgicas a uno de ellos.
La mayoría de las reacciones alérgicas a los mariscos ocurren al comer mariscos. Pero algunas personas reaccionan incluso al entrar en contacto con los mariscos o al inhalar los vapores procedentes del marisco durante su proceso de cocción.
La alergia a los mariscos se puede desarrollar en cualquier momento de la vida. Incluso aquellas personas que antes comían mariscos sin problemas la pueden desarrollar. Algunas personas acaban superando determinadas alergias alimentarias con el paso del tiempo, pero las personas alérgicas a los mariscos suelen presentar esta afección de por vida.
¿Cuáles son los signos y los síntomas de la alergia a los mariscos?
Cuando una persona es alérgica a los mariscos, su sistema inmunitario, que normalmente lucha contra las infecciones, reacciona de una forma desproporcionada a las proteínas de los mariscos. Y cada vez que esa persona come (o, en algunos casos, toca o inhala) mariscos, su cuerpo interpreta que esas proteínas son invasores nocivos y libera una serie de sustancias químicas, como la histamina. Esto puede causar síntomas como:
- resuello y sibilancias al respirar (hacer "pitos" al respirar)
- problemas para respirar
- tos
- ronquera
- opresión de garganta
- dolor abdominal
- vómitos
- diarrea
- ojos hinchados, llorosos y que pican
- urticaria
- ronchas rojas
- hinchazón
- una bajada de la tensión arterial que causa mareo o pérdida de la conciencia (desmayo)
Las reacciones alérgicas a los mariscos pueden diferir entre sí. A veces, una misma persona puede reaccionar de forma diferente en momentos diferentes. Algunas reacciones alérgicas son muy leves y solo afectan a un sistema corporal, como la aparición de urticaria en la piel. Otras reacciones alérgicas pueden ser más graves y afectar a más de una parte del cuerpo.
La alergia a los mariscos puede causar una reacción grave llamada anafilaxia, incluso aunque la reacción previa haya sido leve. La anafilaxia puede empezar con algunos de los síntomas propios de una reacción alérgica menos grave, pero los síntomas pueden empeorar rápidamente. La persona puede tener dificultades para respirar y/o llegar a desmayarse. En una anafilaxia siempre participa más de una parte del cuerpo. Y, si no se trata, puede ser de riesgo vital.
¿Cómo se trata una reacción alérgica a los mariscos?
Si te han diagnosticado una alergia a los mariscos (o cualquier otro tipo de alergia grave), tu médico querrá que tengas siempre a mano dos dosis de epinefrina para usar en caso de emergencia.
La epinefrina es un medicamento de venta con receta médica que viene en un envase pequeño y es fácil de transportar. Es fácil de usar. El médico te enseñará a usarlo. Siempre deberás llevarlo encima o tenerlo cerca, en vez de dejarlo en tu casillero o en la enfermería de tu escuela.
A veces, los alergólogos recomiendan llevar también antihistamínicos de venta sin receta ya que estos pueden ayudar a tratar los síntomas leves de una alergia. Pero, si su hijo presenta una reacción alérgica grave, se deberá usar el antihistamínico después de la epinefrina, nunca como sustituto de ella.
El médico también le puede facilitar un plan de acción contra la alergia, que ayuda a prepararse, reconocer y tratar las reacciones alérgicas. Compártelo con cualquier persona que necesite saberlo, como tus parientes, el personal de la dirección de tu escuela y tus entrenadores. Considera también la posibilidad de llevar siempre puesta una pulsera de alerta médica.
Cada segundo cuenta en una reacción alérgica. Si empiezas a tener síntomas alérgicos graves, como inflamación de la boca o de la garganta o dificultades para respirar, ponte la epinefrina de inmediato. Póntela también si tus síntomas afectan a más de una parte del cuerpo, como urticaria sumada a vómitos. Luego, llama al teléfono de emergencia (911 en Estados Unidos) y haz que alguien te lleve a un servicio de urgencias médicas. Después de tener una reacción alérgica grave, deberás estar bajo supervisión médica porque, incluso aunque parezca que ya ha pasado lo peor, podrías presentar una segunda oleada de síntomas alérgicos graves.
¿Qué más debería saber?
Si tienes alergia a los mariscos, no debes comer mariscos. Tampoco deberás comer ningún alimento que pueda contener mariscos como ingrediente. Si eres sensible al olor que se desprende cuando se cocina marisco, deberás mantenerte alejado de los restaurantes y otras áreas donde se cocinen mariscos.
Lee siempre las etiquetas alimentarias para saber si un alimento contiene mariscos. Los fabricantes de productos alimenticios que se venden en EE. UU. deben informar en las etiquetas de sus productos si estos contienen alguno de los ocho alérgenos alimentarios más frecuentes, entre los que figuran los mariscos pertenecientes al grupo de los crustáceos. La etiqueta debería decir "marisco", o bien afirmar que "contiene marisco" después de la lista de ingredientes.
Algunos alimentos pueden parecer adecuados si tenemos en cuenta solo sus ingredientes, pero pueden haber entrado en contacto con mariscos durante su proceso de elaboración. Esto se conoce como contaminación cruzada. Fíjate en advertencias del tipo: "puede contener mariscos", "procesado en instalaciones que también procesan mariscos" o "fabricado con maquinaria usada también con mariscos". No todas las compañías de productos alimenticios informan en sus etiquetas sobre la contaminación cruzada; por lo tanto, si tienes alguna duda al respecto, llama o contacta a la compañía por correo electrónico para estar seguro.
Los fabricantes tampoco tienen la obligación de especificar que un alimento contiene mariscos del tipo de los moluscos en el listado de ingredientes, porque los moluscos (almejas, mejillones, ostras o vieiras) no pertenecen al grupo de los principales alérgenos alimentarios. Cuando en una etiqueta se especifica que el alimento contiene mariscos, se refieren exclusivamente a los crustáceos. Ponte en contacto con la compañía para informarte sobre el riesgo de contaminación cruzada con moluscos.
La contaminación cruzada ocurre a menudo en los restaurantes. En la cocina, el marisco puede entrar en contacto con otros alimentos si el personal usa las mismas superficies, utensilios (como cuchillos, tablas de cortar o sartenes), o bien el mismo aceite, para preparar y cocinar el marisco y otros alimentos.
Esto es particularmente frecuente en las marisquerías y los restaurantes de productos de mar, por lo que algunas personas prefieren evitar este tipo de restaurantes. Cuando salgas a comer afuera, puede ser recomendable evitar los fritos, porque en muchos restaurantes el pollo, las patatas fritas y los mariscos se cocinan con el mismo aceite.
Cuando comas fuera de casa, asegúrate de llevar contigo dos dosis de epinefrina que no estén vencidas. Así mismo, informa sobre tu alergia a los mariscos a las personas que te preparen o te sirven la comida. A veces, tal vez prefieras llevarte tu propia comida de casa. No coman en ningún restaurante donde el chef, el director o el dueño parezca sentirse incómodo cuando pides una comida que no te hará daño.
Informa también al personal de la escuela sobre el riesgo de contaminación cruzada en los alimentos del comedor y de la cafetería. Puede ser mejor prepararte la comida en casa para controlar lo que comes.
Para más información sobre cómo gestionar las alergias, visita:
- FARE (Educación e Investigación de las Alergias Alimentarias).