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Leucemia mielomonocítica juvenil (LMMJ)

Revisor médico: Emi H. Caywood, MD

¿Qué es la leucemia?

La leucemia es un cáncer que afecta mayoritariamente a los glóbulos blancos. Los glóbulos blancos (también llamados "leucocitos") combaten las infecciones. 

La médula ósea es un tejido blando y esponjoso que se encuentra dentro de los huesos y se encarga de producir glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. En las personas con leucemia, la médula ósea genera glóbulos blancos que no funcionan. Estas células anormales no son capaces de proteger al cuerpo de los gérmenes. Se amontonan dentro de la médula ósea, entran en el torrente sanguíneo y se extienden a otras partes del cuerpo, como los ganglios linfáticos, el cerebro o el hígado.

La leucemia es el tipo de cáncer más frecuente en los niños. Puede ser aguda (de crecimiento rápido) o crónica (de crecimiento lento). La mayoría de los niños y adolescentes que reciben tratamiento contra la leucemia se curan de esta enfermedad.

¿Qué es la leucemia mielomonocítica juvenil?

La leucemia mielomonocítica juvenil aparece cuando las células sanguíneas inmaduras (llamadas "blastos") producen demasiados mielocitos y monocitos (dos tipos de glóbulos blancos). Los mielocitos, los monocitos y los blastos comprimen a las células normales de la médula espinal y otros órganos del cuerpo, y causan problemas.

La leucemia mielomonocítica juvenil suele aparecer en niños menores de 4 años. Muchos niños tienen un cambio en los genes (una mutación) que afecta a los monocitos.

Algunas afecciones médicas (como la neurofibromatosis tipo 1 y el síndrome de Noonan) incrementan las probabilidades de que un niño desarrolle esta enfermedad.

¿Cuáles son los signos y los síntomas de la leucemia mielomonocítica juvenil?

La leucemia mielomonocítica juvenil se desarrolla a lo largo del tiempo y este proceso lleva semanas o meses. Al principio, los niños tienen muy pocos síntomas. Con el paso del tiempo, pueden tener anemia, que es una afección en la que el cuerpo tiene muy pocos glóbulos rojos. Esto se debe a que la médula ósea deja de producir la cantidad habitual de glóbulos rojos.

Los niños con anemia pueden:

  • estar pálidos
  • estar muy cansados o sentirse débiles
  • quedarse sin aliento mientras juegan

Cuando un niño no tiene una cantidad suficiente de plaquetas, es posible que se le formen moretones con facilidad, tenga hemorragias nasales o sangre durante mucho tiempo, incluso después de hacerse un corte pequeño.

Entre otros síntomas de la leucemia, se incluyen los siguientes:

  • dolor en los huesos o las articulaciones, que a veces causa cojera
  • ganglios linfáticos hinchados en el cuello, la ingle u otras partes del cuerpo
  • falta de apetito y pérdida de peso
  • fiebre
  • dolor abdominal

Como los glóbulos blancos de los niños con leucemia no pueden combatir las infecciones, estos niños son más proclives a contraer infecciones virales o bacterianas.

A veces, la leucemia se puede extender o hacer metástasis. Si se extiende y afecta al cerebro, los síntomas tal vez incluyan dolores de cabeza, convulsiones, problemas de equilibrio o problemas en la vista. Si se extiende y afecta a los ganglios linfáticos del pecho, los síntomas pueden incluir dificultad para respirar y dolor de pecho.

¿Cómo se diagnostica la leucemia mielomonocítica juvenil?

Los médicos analizan si un niño tiene leucemia a través de pruebas especiales. Esto incluye los siguientes elementos:

  • Análisis de sangre. Análisis como un hemograma completo, las pruebas de la función hepática y la renal, y la bioquímica sanguínea pueden proporcionar información importante sobre la cantidad de células sanguíneas normales que contiene el cuerpo y lo bien que están funcionando sus órganos. Las formas y los tamaños de las células sanguíneas se analizan usando un microscopio.
  • Técnicas de diagnóstico por la imagen. Estas técnicas incluyen las radiografías, las tomografías computadas (o TC), las resonancias magnéticas (o RM) y las ecografías. Los médicos recurren a estas técnicas para descartar otras posibles causas de los síntomas o para ver si hay una masa de células leucémicas en el pecho que podría estar afectando a la respiración y/o la circulación sanguínea.
  • Aspiración y biopsia de médula ósea. Para someterse a esta prueba, al niño le dan un medicamento para que se quede dormido y esté cómodo. El médico introduce una aguja en un hueso grande, generalmente el de la cadera, y extrae una pequeña cantidad de médula ósea. El laboratorio hace alguna de las siguientes pruebas con la muestra de médula ósea:
    • Pruebas de citometría de flujo. Los médicos analizan detenidamente las células cancerosas para determinar el tipo y el subtipo de la leucemia. Esto es importante porque el tratamiento varía entre los distintos tipos de leucemia.
    • Pruebas genéticas. Observando detenidamente la sangre o la médula ósea, los médicos pueden detectar cambios o alteraciones en los genes. Esto puede ayudarlos a determinar cuál es el mejor tratamiento.
    • Histotipado o tipado de antígeno leucocitario humano (o tipado HLA, por sus siglas en inglés). Si un niño necesita someterse a un trasplante de células madre (también conocido como "trasplante de médula ósea"), esta prueba ayuda a encontrar a un donante de células madre que sea compatible. Se trata de una comparación de las proteínas de la superficie de las células sanguíneas del niño con las proteínas de las células de un posible donante. Cuantos más “marcadores HLA” compartan el niño y el donante, mayores serán las probabilidades de que el trasplante vaya bien.
  • Punción lumbar. El médico usa una aguja hueca para extraer una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo (el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal). Este líquido se analiza en busca de células cancerosas. Esto ayuda a los médicos a planificar el tratamiento.

¿Cómo se trata la leucemia mielomonocítica juvenil?

Al principio, se puede administrar quimioterapia (el uso de fármacos para eliminar las células cancerosas) para controlar la leucemia mielomonocítica juvenil. Pero el tratamiento más eficaz es el trasplante de células madre o de médula ósea. Para llevarlo a cabo, los médicos:

  1.  Administran dosis elevadas de quimioterapia para destruir las células cancerosas junto con las células normales de la médula ósea y del sistema inmunitario.
  2.  Introducen en el cuerpo del paciente células madre de un donante sano. Las nuevas células madre permiten reconstruir un suministro de sangre y un sistema inmunitario sano.

Los investigadores están estudiando otros tratamientos, como los siguientes:

  • Las terapias moleculares dirigidas: estos medicamentos enlentecen el crecimiento de las células cancerosas bloqueando ciertas moléculas o proteínas que contribuyen a su crecimiento.
  • Inmunoterapia: estos medicamentos marcan a las células cancerosas para que el sistema inmunitario del cuerpo las pueda detectar a fin de eliminarlas.

¿Qué más debería saber?

Tener un hijo a quien se le debe tratar un cáncer puede ser abrumador para cualquier familia. Pero no está solo. Para encontrar apoyo, hable con alguna persona del equipo médico de su hijo o con un trabajador social del hospital. Hay muchos recursos disponibles para ayudarlos a atravesar esta difícil etapa.

También puede encontrar información y apoyo en línea:

Revisor médico: Emi H. Caywood, MD
Fecha de revisión: septiembre de 2024